"Nadie contestó. ¿Estás seguro de que es la esposa de Kenneth?".
"¿Cómo podría estar equivocado acerca de algo así? Esta mujer definitivamente está casada con Kenneth Powell. ¡Estoy totalmente seguro!".
"Lo llamé varias veces, y le envié mensajes diciendo que tenemos a su esposa. Entonces, ¿por qué no ha respondido?".
Selena Powell fue secuestrada.
La noche anterior asistió a una supuesta reunión de negocios, la cual resultó ser una trampa.
Ya había pasado una noche y, a medida que se acercaba la hora límite del rescate, los secuestradores comenzaron a ponerse nerviosos.
"Oye, ¿por qué tu esposo no ha contestado? ¿No se preocupa por ti?", le preguntó uno de los secuestradores a Selena.
Tratando de mantenerse fuerte, la chica respondió con una sonrisa en sus labios ensangrentados: "Kenneth Powell no es del tipo que atiende cualquier llamada. Denme mi celular y lo llamaré. Estoy segura de que responderá".
Los raptores intercambiaron miradas. Su objetivo era claro; querían el dinero, pero no estaban interesados en quitarle la vida. Por esa razón, decidieron darle una oportunidad a Selena.
"Señor Powell" era el nombre que encabezaba la lista de contactos de la chica, lo que significaba que era Kenneth.
Y así, con creciente ansiedad inició la llamada.
Fueron necesarios tres intentos persistentes para que Kenneth por fin contestara.
"Señor Powell, me secuestraron. Ayúdame, por favor". A pesar de que Selena hizo su mejor esfuerzo por sonar tranquila, el temblor en su voz delató su creciente miedo.
Después de una breve pausa, el hombre colgó sin pronunciar ni una palabra.
El abrupto final de la conversación telefónica dejó a Selena atónita.
A pesar de que estaba acostumbrada al comportamiento frío y distante de su esposo, le impactó profundamente el descarado desprecio que mostró por su situación.
"¡Maldita sea, debí haberme imaginado que ella era inútil!", exclamó uno de los secuestradores con evidente ira en los ojos. Luego, mientras levantaba la mano y estaba a punto de golpear a Selena, el otro raptor intervino rápidamente. "¡Espera! El hombre que está en la televisión es Kenneth Powell, ¿no es así?".
Al escuchar eso, los ojos de la mujer se dirigieron rápidamente a la pantalla, donde vio a un hombre elegantemente vestido con traje y zapatos de cuero lustrados, acompañado de una mujer deslumbrante, caminado hacia un restaurante. Mientras ella susurraba algo, él inclinó la cabeza con ternura.
Kenneth y Selena habían estado casados durante cinco años. A pesar de que las cámaras solo captaron las dos siluetas, Selena reconoció a su esposo instantáneamente. Sin duda se trataba de Kenneth; el principal heredero del Grupo Powell y el magnate más importante de Friesey.
Selena también conocía muy bien a la mujer que iba a su lado; era Giselle Adams, la verdadera dueña del corazón de su esposo.
Cinco años atrás, la empresa más influyente de Friesey, el Grupo Owen, se hundió de la noche a la mañana, lo que provocó el trágico suicidio de los señores Owen. Posterior a eso, el Grupo Powell, un gigante en el mismo sector, rápidamente adquirió el caído imperio.
En un intento por resaltar la generosidad de los Powell, el patriarca, Joshua, organizó un matrimonio entre su nieto mayor, Kenneth, y la hija de la familia Owen, Selena.
Dicha unión abrió una brecha entre Kenneth y Giselle, condenándolos al agonizante destino.
Ese día quedó claro para todos que la indiferencia de Kenneth hacia la difícil situación de su esposa se debía al hecho de que ahora estaba con su verdadero amor.
Después de recuperarse del shock inicial, una oleada de amargura se apoderó de Selena. Respirando profundamente para estabilizarse, miró fijamente a los ojos de los secuestradores, y dijo: "A juzgar por lo lejos que han llegado, secuestrarme debe de haber requerido un esfuerzo considerable. Si me ocurre algo malo, no solo se irán con las manos vacías, sino que todos sus esfuerzos habrán sido en vano, lo cual sería una auténtica pena, ¿no lo creen? Quizás lo mejor que podrían hacer sería dejarme ir. Después de todo, tengo mi propio dinero".
Teniendo en mente que su celular todavía estaba activo, Selena confiaba en que Joshua podría rastrearla. En esos momentos, lo único que necesitaba hacer era ganar algo de tiempo, y seguramente la ayuda llegaría.
"¿Cuánto puedes ofrecer? ¡Es muy fácil hablar! Al parecer, solo la mujer de la televisión podría hacer que Kenneth aporte una suma significativa para su rescate".
"Si su esposo no quiere negociar, tal vez habría que acabar con ella. Pero antes de tomar cualquier decisión precipitada, quizás deberíamos divertirnos un poco con nuestra hermosa rehén. ¡No quisiera desperdiciar un cuerpo tan delicioso!".