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img img Romance img Esclava del enemigo de mi Ex esposo
Esclava del enemigo de mi Ex esposo

Esclava del enemigo de mi Ex esposo

img Romance
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img angelsummer
4.0
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Acerca de

Era nuestro tercer aniversario, pero Marcus nunca llegaría. Lo sabía desde el momento en que vi la hora pasar, una vez más. Había preparado todo: su cena favorita, su bebida preferida, y me vestí para él, con la esperanza tonta de que tal vez esta vez se dignara a mirarme, a tocarme, a darme lo que tanto deseaba. Pero no. Ni siquiera una llamada. Mi nombre es Lissandra, y llevo tres años casada con Marcus, un hombre que alguna vez amé, pero que, con el tiempo, se convirtió en mi mayor dolor. La realidad de mi matrimonio me golpeó con dureza: él nunca me amó y jamás me amaría. Y yo, atrapada en ese amor no correspondido, me quedé a su lado, soportando humillaciones, tratando de ser la esposa perfecta. Pero nunca lo fui. Nunca fui suficiente. Hasta que me humilló una vez más y exploté, quería el divorcio y no daría pie atrás. Esa misma noche, después de una serie de humillaciones que ya no podía soportar más. Decidí ir al bar de señoritas. No me importaba ya lo que pensara el mundo. Estaba rota. Necesitaba olvidar. Fue allí donde lo conocí. El hombre enmascarado, alto, fuerte, con una mirada que me atrapó desde el primer momento. No sabía su nombre, pero en esa oscuridad, no me importaba. Lo único que necesitaba era sentirme deseada, sentir que aún podía ser amada. Y esa noche, él me hizo sentir lo que nunca experimenté con Marcus: pasión, deseo, y sobre todo, atención. Pasaron las horas, y esa noche fue una locura de pasión y desenfreno, con él fue todo lo que necesitaba para desconectarme del dolor. Al despertar, me sentí renovada, no seguiría rogando amor, esa noche apasionada me mostró lo feliz que podía ser. Decidida me divorcié, pero al poco tiempo me di cuenta de que algo había cambiado dentro de mí. No solo en mi alma, sino también en mi cuerpo. Descubrí que estaba embarazada. La noticia me golpeó con la fuerza de un tsunami. Mi hijo, el único hombre que me devoró con pasión me había dejado una parte de él, mi pequeño bebé. La felicidad solo duró 4 años, mi bebé, ese ser que me mantenía en pie, necesitaba mi protección porque otro golpe fatal vino con el diagnóstico: mi hijo, Erick, tenía una rara deficiencia sanguínea, y su vida corría peligro sin una transfusión urgente. El problema era que solo dos personas en la ciudad podían salvarlo: Marcus... mi ex esposo que tanto daño me hizo y Ashton Gardner, el enemigo de mi ex esposo en los negocios y al que tantas veces humillé quitándole proyectos millonarios. La desesperación me llevó a la oficina de Ashton. Él, un hombre tan frío como su mirada, no era alguien que tuviera piedad, y mucho menos alguien que haría algo por un desconocido. Pero lo hizo. Sin embargo, no sin un precio. El contrato que me ofreció era claro: convertirme en su esposa durante cinco años. Ser su esclava, su asistente, a su disposición total las 24 horas, cuando él lo quisiera y para lo que él quisiera. A cambio, mi hijo viviría. "¿Estás dispuesta a pagar el precio?", me dijo con su voz helada, mientras me miraba con esos ojos azules que me desarmaban. No tenía elección. Erick necesitaba esa tranfusión. Y si eso significaba entregar mi vida a un hombre despiadado como Ashton, lo haría. Lo acepté. Mi alma, mi libertad, mi dignidad. Todo por mi hijo. Esa misma noche, mientras Erick dormía en la cama de hospital, sentí que algo dentro de mí se rompía por completo. Sabía que había dado un paso irreversible. Pero no había vuelta atrás. Y mientras firmaba el contrato con Ashton, una parte de mí se moría al pensar que, para salvar a mi hijo, tendría que convertirme en la propiedad de este hombre frío y despiadado.

Capítulo 1 Noche de aniversario

Era de noche, era nuestro 3er aniversario, sabía que no llegaría, pero aún tenía la esperanza que todo el amor que le había entregado estos años ablandara su corazón. Pero no fue así.

Lo había esperado con una cena, su favorita que se helaba en el horno, como aún sentía que quizás llegaría subí a mi habitación, me puse una lencería sexy de color rojo, su color favorito, esperaba que esta noche por lo menos me tocara.

Mi nombre es Lissandra, llevo casada 3 años con el que soñé era el amor de mi vida, pero se convirtió en mi dolor más grande.

Cuando iba en secundaria, unos chicos aventaron un balón mientras jugaban, me sentí mareada, solo escuchaba voces, uno de esos muchachos me tomó en sus brazos.

- Hey, Liss, mantente despierta, llegaremos a la enfermería, no te desmayes, mantente conmigo.

Su voz era tan dulce, pero no pude evitarlo y me desmayé en sus brazos, al despertar ahí estaba mi héroe, tenía un plato de comida en sus manos, era Marcus, mi vecino. Él me trajo a enfermería en sus brazos, estaba preocupado por mí.

- Hola Liss, ¿cómo te sientes? fue un duro golpe.

- Bien, solo un poco mareada.

- Tranquila no te muevas, la enfermera volverá de inmediato.

Marcus era un chico muy guapo, pelo Rubio, ojos verdes, alto, era un deportista, yo siempre lo esperaba a que saliera de su casa y salía detrás de él como si fuera una casualidad y llegar juntos a la preparatoria.

Cuando mi día se tornaba más feliz, era cuando él iba a pedir ayuda con matemáticas, yo siempre fui buena en matemáticas y a él le costaba mucho así que yo era feliz ayudándolo. Nuestros padres eran amigos así que su padre siempre lo enviaba a mi casa a pedir ayuda, yo amaba enseñarle, y me perdía en su perfil y sus ojos verdes, y la manera que fruncía el ceño y mordía el lápiz, podía explicarle mil veces los ejercicios de matemáticas con tal que pasara tiempo conmigo.

Verlo allí de pie sosteniendo una bandeja de comida y un jugo, mientras esperaba por mí en la enfermería, me hizo sentir la mujer más feliz del mundo.

- Toma Liss, bebe algo. - Lo miré y era mi jugo favorito, ¿cómo sabía que era mi jugo favorito? Eso me llenó de ilusiones.

Él fue tan dulce, abrió el jugo y me dio a beber, desde ese día nos volvimos cercanos, nuestros padres estaban felices, pasaron los años y fuimos amigos inseparables, sabía que Marcus tenía una novia, pero se fue cuando él tenía 19 años, dicen los rumores que se fue con otro hombre, con más dinero que Marcus.

Después de casarnos, me esforcé al máximo en ser una buena esposa, lo amaba, a pesar de que él no me quería, le cocinaba su comida favorita, sin condimentos porque sufría del estómago, siempre le tenía sus medicamentos, y no solo eso, era su asistente.

Pronto se volvió Ceo de su compañía y yo le manejaba todos los proyectos, le quitamos 5 proyecto millonarios de las manos a su competencia, el frio Ashton Gardner, todos le temían, era un hombre frío y sin sentimientos, odiaba a Marcus y trataba que quitarle todos los clientes y proyectos que él tenía.

Pero yo siempre lograba quitarle los proyectos más millonarios de las manos, yo era una eminencia en números y cálculos, además de exponer los proyectos para que fueran atractivos para nuestros clientes.

A pesar de que todos me admiraban, Marcus siempre me miraba con desprecio.

La pesadilla se hizo mayor al año de matrimonio, el abuelo le exigía un heredero a Marcus, él llegaba a mi habitación, no me dejaba tocarlo, ni besarlo, solo el acto en sí y se iba asqueado, mientras yo me quedaba llorando.

Después de meses de intentos no pude quedar embarazada, eso hubiera sido un consuelo, por lo menos tener un bebé del amor de mi vida, pero no lo logré.

Una noche Marcus llegó enojado después de hablar con el abuelo y me tomó de los brazos con fuerza, sus ojos irradiaban odio.

- ¡¡¿Que le dijiste al abuelo?!!, ahora no quiere herederos porque eres estéril, ni siquiera para eso sirves.

- Solo te quité la obligación de estar conmigo a la fuerza Marcus, lo he intentado de todas las formas, pero sé que solo sientes odio por mí, no importa lo que haga, jamás seré agradable a tus ojos.

- Por supuesto que no, solo me das asco, cada vez que tenía que estar contigo debía tomarme una tableta para poder hacerlo, no me causas nada Lissandra, nada, de cierta manera me siento aliviado, ya no tendré que tocarte otra vez.

Sus palabras se clavaron como mil dagas en mi corazón, me sentí horrible, no deseada, mi amor como mujer se fue al suelo, no pude evitar que mis lágrimas cayeran al mirar sus ojos llenos de desprecio.

- ¿Por qué me odias tanto? Yo jamás te hice nada.

- ¿Nada? Sé que le mandaste un mensaje a Caroline, le dijiste que nos casaríamos, ella iba a volver conmigo, pero ese día le rompiste el corazón y jamás volvió.

Mi corazón se congeló, yo jamás había contactado a su novia, ni siquiera sabía cómo se llamaba, ¿de donde sacó eso?

- Marcus, yo jamás hice eso, ni siquiera sé cómo contactarla o donde está.

- ¡No mientas! Ella me envió el correo con la imagen de tu mensaje, por tu culpa el amor de mi vida me dejó.

- Marcus te juro que eso no es cierto - Yo le lloraba tratando de que me creyera, pero eso no pasó. Solo se fue dejándome sola, desde ese día jamás me volvió a tocar.

Yo seguía siendo al señora Black, Marcus actuaba muy bien en las fiestas y reuniones, todos me alagaban por mi belleza e inteligencia, muchas veces me encontré con Ashton Gardner en esas fiesta, sus ojos fríos siempre se clavaban en mí, con una mirada indescifrable, sabía que de cierta manera debería odiarme por quitarle tantos proyectos millonarios.

Al año siguiente el abuelo murió, dejando un testamento, la mitad de la compañía sería mía, eso hizo que Marcus hirviera en rabia, estuvo a punto de golpearme.

Han pasado 6 meses de la muerte del abuelo, lo extraño tanto, decidí devolverle la empresa a Marcus, ya no puedo seguir engañándome, él no me ama y no me amará jamás, hoy es nuestra última noche juntos, me he preparado para él, solo quiero despedirme del amor de mi vida y dejarlo libre en nuestro tercer aniversario.

Tengo los papeles firmados del divorcio y además del traspaso de su empresa, los tengo en la pequeña mesita, se los entregaré una vez que pueda sentirlo, solo quiero una vez, solo una con el amor de mi vida, Solo quiero sentir sus labios besándome, solo eso, un beso sería suficiente.

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