La alarma, que había sido ignorada cerca de dos horas atrás, estaba sonando con todo el volumen posible. Brooke arrojaba todo lo que le iba a servir en el interior de su mochila, mientras sentía que no alcanzaría a llegar a tiempo.
-Brooke, ¡Deja de correr así! Un día de estos terminarás rompiéndote una pierna, y no necesariamente será desearte buena suerte en el teatro- se quejó la madre de Brooke a sus espaldas.
La joven estaba intentando no llegar demasiado tarde a su primer día de clases; estudiaría diseño de moda, era algo que había soñado desde que tenía memoria; más aún, viendo a su modelo favorita, y a la cual le había seguido los pasos desde su comienzo en el mundo de la moda. ¿Algún día la conocería? Era incierto, pero no descansaría hasta lograrlo, así fuera dentro de un par de años.
Brooke, en ocasiones, sentía como si el tren de la vida estuviera marchándose sin ella, muchos de sus amigos y de las personas cercanas estaban haciendo sus vidas y avanzando rápidamente en sus proyectos personales, y Brooke, bueno, ella simplemente era...
-¡Brooke! ¡Cuidado con la escalera! - advirtió mi madre viendo que corría en dirección a esta, el impacto me detuvo en seco. -¿Estás bien? - preguntó.
Ella simplemente era... un desastre.