Capítulo 3 Besos sabor a menta

Después de aquel almuerzo, en el cual vi a mi jefe de diferente modo, y en los cuales he tenido sueños húmedos con el todas las noches desde ese día, él todos los medios días me vuelve a insistir para ir a almorzar, cosa que rechazo siempre, todas las chicas están embobadas, hay muchos rumores sobre él, que han ido sacando de la sucursal de Francia, y yo evito escucharlos, quiero seguir viendo como lo que es... mi jefe.

El sábado decidimos volver a salir de fiesta, Alex ha insistido y descarta la idea de quedarnos en casa viendo haciendo las tres P

Peli, Pizza y pijama. Así que me encuentro enfrente al espejo, poniendo un vestido negro ajustado y unos taconazos plateados de vértigo.

- Vaya pivón. - se burla Alex.

- No sigas que con las ganas que tengo de salir me quedo en casa. - le digo enfadada.

Alex sonríe y me da un beso en la mejilla.

- venga bajemos que estará por llegar nuestro taxi.

Voy a desgana, pero después de la segunda copa en la Tropical, ya me voy entonando, bailamos, reímos y bebemos.

Suena nuestra canción, y cantamos a unísono las dos.

- Mi niña bonita mi dulce princesaaaa.

Se nos acercan unos chicos pero en nuestra canción nos gusta disfrutarla las dos solas... el que intentaba ligar con Alex lo entiende pero el que estaba conmigo no lo entiende.

- que me dejes. - le empujo.

Pero el parece no entender y me agarra por detrás y me apretuja las tetas, de pronto alguien le da un puñetazo, cuando miro quién es... me encuentro con esa mirada azul.

- TE HA DICHO QUE LA DEJES. - grita enfadado.

- Señor Williams, ¿Qué hace aquí?

- Patri, me voy con un amigo te importa irte sola. - me dice Alex al oído.

Yo asiento, solo miro a mi jefe, que hace aquí. Él me agarra de la cintura y me saca de la discoteca, aun estoy aturdida por lo que pasó y por las copas, y cuando el aire fresco me da en la cara reacciono.

- Pero... ¿Qué coño hace aquí? - digo soltándome de sus brazos.

- Pues supongo que igual que todos los que están aquí... señorita Robles ha bebido bastante, la llevo a su casa.

- No se preocupe me voy con Alex, cogeré un taxi.

El señor Williams, vestido sin traje esta aun mas sexy, y sus labios gruesos que cuando entonan una sonrisa me dan ganas de besarlos y morderlos, me sacudo la cabeza para sacar esos pensamientos calenturientos de mi cabeza y me muerdo el labio.

- Señorita Robles, su amiga se fue con un amigo... - y después me pasa sus dedos por mis labios. - y no se muerda el labio. - sonríe

- ¿Por qué no?

se acerca a mi oído y me susurra con la voz mas sexy que he escuchado nunca.

- Porque tengo ganas de hacerlo yo.

Lo miro quedamos frente a frente, noto su respiración acelerada y lo beso, sus labios son suaves su lengua se entrelaza con la mía y sus besos me saben a menta, mientras lo beso lo disfruto pero cuando escucho alguien gritando.

- Váyanse a un hotel.

Me separo.

- Perdón, he bebido demasiado esta noche.

E intento salir corriendo, pero me agarra del brazo me estrecha contra su musculoso pecho, y me vuelve a besar.

            
            

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