La sumisa de Leon
img img La sumisa de Leon img Capítulo 5 Capítulo 5 - Lana
5
Capítulo 6 Capítulo 6 - Leon img
Capítulo 7 Capítulo 7 - Lana img
Capítulo 8 Capítulo 8 - Leon img
Capítulo 9 Capítulo 9 - Lana img
Capítulo 10 Capítulo 10 - Leon img
Capítulo 11 Capítulo 11 - Lana img
Capítulo 12 Capítulo 12 - Leon Lana img
Capítulo 13 Capítulo 13 - Leon Lana img
Capítulo 14 Capítulo 14 - Leon Lana img
Capítulo 15 Capítulo 15 - Leon Lana img
Capítulo 16 Capítulo 16 - Leon Lana img
Capítulo 17 Capítulo 17 - Leon Lana img
Capítulo 18 Capítulo 18 - Leon Lana img
Capítulo 19 Capítulo 19 - Leon Lana img
Capítulo 20 Capítulo 20 - Leon Lana img
Capítulo 21 Capítulo 21 - Leon Lana img
Capítulo 22 Capítulo 22 - Leon Lana img
Capítulo 23 Capítulo 23 - Leon Lana img
Capítulo 24 Capítulo 24 - Leon Lana img
Capítulo 25 Capítulo 25 - Leon Lana img
Capítulo 26 Capítulo 26 - Leon Lana img
Capítulo 27 Capítulo 27 - Leon Lana img
Capítulo 28 Capítulo 28 - Leon Lana img
Capítulo 29 Capítulo 29 - Leon Lana img
Capítulo 30 Capítulo 30 - Leon Lana img
Capítulo 31 Capítulo 31 - Leon Lana img
Capítulo 32 Capítulo 32 - Leon Lana img
Capítulo 33 Capítulo 33 - Leon Lana img
Capítulo 34 Capítulo 34 - Leon Lana img
Capítulo 35 Capítulo 35 - Leon Lana img
Capítulo 36 Capítulo 36 - Leon Lana img
Capítulo 37 Capítulo 37 - Leon Lana img
Capítulo 38 Capítulo 38 - Leon Lana img
Capítulo 39 Capítulo 39 - Leon Lana img
Capítulo 40 Capítulo 40 - Leon Lana img
Capítulo 41 Capítulo 41 - Leon Lana img
Capítulo 42 Capítulo 42 - Leon Lana img
Capítulo 43 Capítulo 43 - Leon Lana img
Capítulo 44 Capítulo 44 - Leon Lana img
Capítulo 45 Capítulo 45 - Leon Lana img
Capítulo 46 Capítulo 46 - Leon Lana img
Capítulo 47 Capítulo 47 - Leon Lana img
Capítulo 48 Capítulo 48 - Leon Lana img
Capítulo 49 Capítulo 49 - Leon Lana img
Capítulo 50 Capítulo 50 - Leon Lana img
Capítulo 51 Capítulo 51 - Leon Lana img
Capítulo 52 Capítulo 52 - Leon Lana img
Capítulo 53 Capítulo 53 - Leon Lana img
Capítulo 54 Capítulo 54 - Leon Lana img
Capítulo 55 Capitulo 55 - Leon Lana img
Capítulo 56 Capítulo 56 - Leon Lana img
Capítulo 57 Capítulo 57 - Leon Lana img
Capítulo 58 Capítulo 58 - Leon Lana img
Capítulo 59 Capítulo 59 - Leon Lana img
Capítulo 60 Capítulo 60 -Leon Lana img
Capítulo 61 Capítulo 61 - Leon Lana img
Capítulo 62 Capítulo 62 - Leon Lana img
Capítulo 63 Capítulo 63 - Leon Lana img
Capítulo 64 Capítulo 64 - Leon Lana img
Capítulo 65 Capítulo 65 - Leon Lana img
Capítulo 66 Capítulo 66 - Leon Lana img
Capítulo 67 Capítulo 67 - Leon Lana img
Capítulo 68 Capítulo 68 - Leon Lana img
Capítulo 69 Capítulo 69 - Leon Lana img
Capítulo 70 Capítulo 70 - Leon Lana img
Capítulo 71 Capítulo 71 - Leon Lana img
Capítulo 72 Capítulo 72 - Leon Lana img
Capítulo 73 Capítulo 73 - Leon Lana img
Capítulo 74 Capítulo 74 - Leon Lana img
Capítulo 75 Capítulo 75 - Leon Lana img
Capítulo 76 Capítulo 76 - Leon Lana img
Capítulo 77 Capítulo 77 - Leon Lana img
Capítulo 78 Capítulo 78 - Leon Lana img
Capítulo 79 Capítulo 79 - Leon Lana img
Capítulo 80 Capítulo 80 - Leon Lana img
Capítulo 81 Capítulo 81 - Leon Lana img
Capítulo 82 Capítulo 82 - Leon Lana img
Capítulo 83 Capítulo 83 - Leon Lana img
Capítulo 84 Capítulo 84 - Leon Lana img
Capítulo 85 Final - Leon Lana img
img
  /  1
img

Capítulo 5 Capítulo 5 - Lana

Estábamos en el aeropuerto, mi madre nos acompañó con Ana Claudia, mentirle era doloroso. Le dije que iba a trabajar como camarera y el doctor Alberto era el dueño del restaurante. Anunciaron nuestro vuelo, y mi corazón parecía querer saltar de dentro del pecho. Les di un fuerte abrazo a las dos, y nuestro equipaje ya había sido despachado.

- ¡Tenemos que irnos ahora, Lana!

- Sí, señor. - Subimos las escaleras mecánicas, por el vidrio vi aquel inmenso avión, me llevaría tan lejos de todas las personas que amo.

Nuestros boletos eran en primera clase, y había mucha gente elegante.

- ¡Aquí, estos son nuestros asientos!

Alberto me advirtió, y él ya estaba acostumbrado a ir y venir todo el tiempo. Él decía que Leon mandaba a buscar muchas cosas en Brasil y no solo mujeres.

- Estás tan seria, tu expresión es de miedo. No tienes que estar así, ya te di mi palabra de que puedes confiar en mí.

- Pero es que ese Leon... no sé por qué, pero me da miedo oír su nombre. Es como si algo dentro de mí, angustiara mi corazón hasta el punto de hacerme desistir de eso. - Tomó mi mano, la suya estaba caliente y la mía helada. - ¿Me promete que si las cosas no salen como esperamos, me traerá de vuelta a casa?

- Claro que sí, está en el contrato. Usted puede desistir cuando quiera y no sufrirá sanciones por su decisión.

- No estoy hablando con Alberto, abogado, sino con el hombre. ¿Jura que me traerá de vuelta si esa es mi voluntad?

- Lo juro, hija, tengo sentimientos y no permitiría que te vieras obligada a estar donde no quieres.

Fueron trece largas horas de viaje, el servicio de vuelo nos trataba como reyes, pero mi mente no podía relajarse. Todo el tiempo pensaba en la llegada e imaginaba cómo era ese hombre, sobre todo después de saber que su rostro y parte del cuerpo estaban desfigurados.

- ¡Llegamos! - Tan pronto como Alberto dijo esa frase, el nerviosismo en mí solo aumentó, aterrizamos y todas aquellas personas hablando en otros idiomas y yo con miedo por no saber siquiera el inglés.

Recogimos el equipaje en la cinta, para mi sorpresa un hombre ya estaba esperando por nosotros dos. Él hablaba portugués y llamó a Alberto.

- Qué bueno que ya estás aquí, Fabiano, ayúdanos con las maletas, por favor. Ah, y esa es Lana.

- Mucho gusto. - Nos saludamos con un apretón de manos, él era un chico bonito y simpático.

- ¿Vamos al hotel ahora, doctor? - Pregunté, mientras me abría la puerta del auto.

- Vamos directo a la mansión, Lana.

- Pero usted me había dicho que era muy lejos y sería mejor que durmiéramos en un hotel.

- Perdóname, hija, pero León tiene prisa en conocerte. ¡Tendrá tiempo para descansar en casa!

Yo ya estaba tan cansada, mi cuerpo parecía haber sido atropellado por veinte coches. Dentro del coche, terminé durmiendo en el asiento de atrás la mayor parte del tiempo, pero no antes de escuchar una parte de la conversación de los dos en el asiento delantero.

- Es la chica más guapa que he visto.

- Por tu bien, quítale los ojos de encima, Fabiano. Ella es otra de las chicas contratadas por León, ella no va a cuidar de la casa, ¡sino de sus intereses sexuales!

- Es una joven alegre, no soportará pasar ni un minuto con un hombre como él.

- Nunca más repitas lo que acabas de decir, León ha sido generoso contigo y tu tía Ofelia durante toda la vida.

- Generoso, pero arrogante y cruel. - Fabiano forzó la voz.

- Consecuencias de lo que la vida le robó.

- ¿Entonces cree que es justo que trate a todos como basura, para olvidar su sufrimiento?

- No estamos aquí para discutir lo que está bien o mal, sino para hacer nuestro trabajo. - Alberto suspiró.

Abrí los ojos después de que ambos dejaran de hablar, estábamos en un lugar donde había muchos árboles y hacía mucho más frío.

- ¡Es mejor que se ponga un abrigo! - Alberto se giró e indicó que una de mis bolsas estaba a mi lado.

Me quité un abrigo y me vestí, hacía tanto frío que me temblaba la barbilla. Va a ser muy difícil adaptarme a eso.

- Estamos en Bérgamo, la casa de León está más alejada de las demás. Él siempre ha apreciado la discreción.

Fabiano detuvo el coche en una puerta enorme, parecía una mansión de las películas de terror y más aún por estar de noche. El conductor tuvo que identificarse para que liberaran la entrada del coche, no me gustó saber que todo estaba controlado de esa forma, quién entra y quién sale.

El coche paró frente a la casa, parece que no mantenían muchas luces encendidas. Era todo oscuro y silencioso, solo pude oír algunos perros.

- ¡Llegamos, tú y Leon ya se conocerán! - Alberto dijo sonriendo y yo con inmenso pavor que me secaba la garganta.

El chico se llevó las maletas, crucé mis brazos de frío y viento. Entramos en la casa, que lugar oscuro y sin color, muebles antiguos.

- Perdóneme por lo que voy a decir, señor Alberto, pero me siento entrando en la casa del conde Drácula. - Sonrió suavemente, como si tuviera miedo de estar de acuerdo.

- ¡Mi niño no es un monstruo! - Una señora me dijo con una expresión condenatoria, deshizo mi sonrisa y volví a mi terror.

- Perdone, señora, no quise ser grosera.

- ¡Pero lo fue!

- Ven conmigo, Lana, te llevaré a tu habitación. - Alberto y yo subimos las escaleras, pasamos por un largo pasillo de habitaciones. Vi algunas fotos familiares y me detuve a mirar.

- ¿Ese es Leon?

- No, ese es Denner Versalles. ¡Su padre!

- Era un hombre muy guapo.

No quería engañarme con la posibilidad de que fuera un compañero agradable, pero la foto me puso un poco menos tensa. Alberto abrió la puerta de una de las habitaciones y entramos.

- Este es tu cuarto, ¿qué te parece? - me preguntó, di unas vueltas para analizar mejor.

- Un poco oscuro como los demás cuartos de la casa, pero puedo abrir las ventanas y la luz entrará.

- ¡Claro hija!

- ¿Puedo hacerte una pregunta?

- Claro que puedes, Lana, ¿qué quieres saber?

- La casa no tiene espejos por lo que le pasó, ¿verdad?

- ¡Sí, ver por desgracia la propia imagen le causa dolor!

- Siendo tan rico, ¿por qué nunca buscó ayuda? Algún cirujano plástico, tal vez...

- Estás siendo invasiva.

- Discúlpeme. - Me senté en la cama, las maletas estaban al lado del inmenso armario.

- Date un baño caliente y vístete para la cena, no olvides que debes usar colores oscuros.

- Sí, señor, no lo olvidaré. ¡Pero espere!

- ¿Qué pasa, Lana?

- ¿Vas a cenar conmigo?

- Sí, por esta noche iré a cenar contigo.

Me sentí más tranquila al saber eso, Alberto salió y yo cerré la puerta del cuarto con llave. Eché un vistazo con más privacidad a la habitación, fui al baño y era más grande que mi casa entera. Me quité la ropa, y elegí algo adecuado.

- ¿Será que ese vestido es lo suficientemente neutro para complacer al extraño?

Yo sonreí, disfrazando dentro de mí el miedo que solo crecía a medida que los segundos pasaban.

                         

COPYRIGHT(©) 2022