Capítulo 5 Pagina 4... Los crímenes de Roger.

Narradora omnisciente:

Apenas eran las 04:00am pero eso no quería decir que el turno de revisión de pasillos había terminado...

Estos se encontraban vacíos salvo por el cuarentón de lentes que se paseaba por ellos, sus pasos eran lo único que se escuchaba por la estancia provocando eco conforme avanzaba.

A estas horas muy pocas luces seguían encendidas, por ello aquel orfanato poseía un aspecto tétrico como de película de terror.

Aquel hombre encorvado avanzaba hacia su propia habitación para así descansar al menos unas dos horas antes de iniciar un nuevo papeleo en su oficina.

Por su semblante era fácil adivinar que se encontraba cansado, irritado e iracundo...

Cansado....

Por las horas de arduo trabajo...

Irritado...

Por los problemas que en general causaban lo niños prodigios...

Iracundo...

Porque no soportaba tener que darle cuentas a un crió, como sería el caso de L.

Por el largo trayecto hacia su habitación no cesó de soltar bufidos y suspiros de impotencia, ira, y fastidio.

Como había terminado siendo el empleado de L?...

Aquel joven azabache nunca fue de su agrado, quizás porque éste era incapaz de guardar la boca cerrada, teniendo siempre la necesidad de decir abiertamente lo que ocurria en el orfanato y sin dudar en expresar lo que pasaba por su cabeza, o tal vez era su maldito afán por hacer justicia.

Para ser honestos, Roger se satisfacía en hacer todo lo contrario a lo que L le exigiera...

Nunca lo consideró su jefe, mucho menos alguien de importancia...

A diferencia de Watari, que habría sido capaz de dar su vida por él, Roger no veía el momento en que este desapareciera.

Odiaba verlo, escucharlo o estar con él en un mismo lugar, y ni se diga lo terrible que era para él tener que hacerse cargo también de un billar de niños, de los cuales sacaría un maldito sucesor.

Cuando Watari lo dejó a cargo de la dirección del orfanato se sintió privilegiado, más que nada por su gusto por los niños.

Un gusto MUY grande por los niños.

Quizás demasiado grande.

Al llegar se instaló en su oficina dispuesto a trabajar, en ese momento Watari le puso al corriente, antes de irse le dio la noticia de que ahora él estaría a cargo del programa The Wammy's ABC y del en-listado del Wammy Letter.

Aquello le cayó como agua fría...

Odiaba a L, simplemente no lo toleraba y la idea de buscarle sucesor le enfermaba.

Por otro lado, era la manera más sencilla de acercarse a los niños del orfanato.

Cuando Watari se fue, solo habían dos Wammy Letter asignadas, que serían A y B, pero con el paso del tiempo se les unieron X, Y, Z, seguidas de D, P, Q y G.

Watari y Roger también tenían sus propias Wammy Letter que serian W y H respectivamente.

De todos los Wammy Letter que habían, A era su favorito, por ello era él único al que favorecía, lo consideraba mucho mejor que L en toda la extensión de la palabra.

Durante ese tiempo, se había animado a sí mismo con la idea de que era él quien debía de escoger un nuevo y mejorado L, luego cayó en cuenta de que su trabajo no era elegir un sucesor, simplemente debía clasificarlos y adiestrarlos, pero al final no era su opinión la que importaba, era la palabra de L la que tenía el verdadero peso.

A nadie en el orfanato le importaba lo que él pensara de los sucesores, todos estaban expectantes a quién L llegase a escoger, aún si era lo opuesto a lo Roger opinara, nadie le llevaría la contraria, después de todo...

Era el gran y poderoso L...

Y L nunca comete errores...

....O si?

Al llegar a su habitación se tiró en la cama exhausto, el suave edredón que lo abrazó le trajo la relajación y confort que hace rato necesitaba...

Enterró su rostro en la almohada amuñuñandola, disfrutando de su esponjosidad y su delicado olor a lavanda.

Frotando los pies uno con otro se liberó del apretado calzado, que fue a para estrepitosamente en el suelo.

Giro sobre si mismo, mirando ahora al techo...

Una sonrisa macabra se dibujó en su rostro al recordar el placer recibido por el contacto con los niños a los que había traído a esa habitación.

Por si aun no lo has deducido, Roger era un pedófilo...

Uno muy peligroso en una posición demasiado privilegiada.

A la mayoría de los niños los drogaba para así abusar de ellos con facilidad, y todo le fue de mil maravillas hasta que...

Su rostro se tornó sombrío demostrando el resentimiento guardado, al recordar cierto par de ojos rojos.

Si, hasta que le llegó el turno a B, allí se acabó el paraíso.

Y recordar lo ocurrido aquella noche aún le hacia rechinar los dientes con molestia.

Esa noche había desmayado a B con cloroformo, una técnica que casi nunca usaba, pero que siempre que lo hacía resultaba efectiva.

Al parecer en los niños pequeños, no quedaba recuerdo alguno de lo sucedido.

En ese entonces B tenia solo 8 años.

Lo llevó a su habitación y lo acostó en su cama, pero en ese momento recibió una inoportuna llamada por parte de Watari.

Su viejo amigo lo único que quería era conversar con él gratamente, no podía apresurarse a cortarle la llamada, puesto que a esa hora se suponía que ya había terminado el papeleo diario y que los niños estarían en sus clases.

Tampoco podía excusarse diciendo que un niño rebelde estaba en su oficina, porque Watari iba a querer hablar con él para aportar a su situación su ancestral conocimiento.

Watari se tardó más de lo esperado, y al terminar la plática se dispuso a seguir con sus planes.

Lentamente despojó a B de sus ropas y empezó a tocarlo y humedecerle la entrada virginal, mientras hacia esto se masturbaba admirándole.

Aquel niño era muy hermoso, quizás más que las Wammy Letter anteriores.

Cuando se dispuso a penetrarlo B despertó, un poco atolondrado, y al darse cuenta de su situación empezó a luchar.

Debido a los efectos del cloroformo y su joven edad, no tenia fuerzas suficientes para defenderse, por lo que Roger no se detuvo y de hecho, le gustó que se resistiera, es-tocándolo cada vez más fuerte causando un fuerte sangrado en el menor, que aún con todas las de perder seguía luchando.

Evidentemente aquella noche B perdió la pelea, pero desde entonces no había un día en que no se lo cobrara.

B no era ningún idiota, por algo era un gran candidato a suceder a L.

La única razón por la que estaba en el segundo lugar, era por su carácter desenfrenado.

....Un carácter que Roger subestimó

Si él era un hombre enfermizo...

B era mucho peor, aquel niño poseía una mente macabra y un hambre de venganza que nunca se veía saciada.

Por ello nunca le tembló el pulso para decirle sus cuatro verdades más una, incluso había llegado a agredirlo de peligrosas maneras, por sus habilidades con el cuchillo.

Pero no todo fue tan malo, que B se resistiera le gustó mucho más que la sumisión de los niños drogados, por ello cuando buscaba a los niños los violaba estando ellos conscientes.

Nadie decía nada, Roger era un manipulador profesional y lograba implantar un miedo atroz en los pequeños, exceptuando a B, además de ser el director del orfanato.

Los niños no podían contar con la protección de Watari, ya que éste no se encontraba en el orfanato, por su trabajo con L.

Tampoco podían contar con L, porque él nunca visitaba el orfanato.

Su única esperanza era decírselo durante las llamadas que L hacia al orfanato por medio de un ordenador, pero Roger estaba sentado detrás de éste vigilando todo lo que ellos decían, si alguien insinuaba el tema, Roger cortaba la comunicación, excusándose luego con L bajo el pretexto de que habían tenido problemas en la red.

Solo un niño del Wammys House, D se decidió encontrar la manera de decírselo a L, buscó el ordenador al que L unía la red de comunicación y se dedicó a hakear el sistema...

Casi lo logra...

Pero Roger lo descubrió.

Lo encerró en el sótano mientras preparaba un portafolios con una serie de documentos.

En estos se decía que el niño tenía alucinaciones y diversos tipos de problemas mentales, debido a que había sido abusado por su padre antes de ingresar al orfanato, por ello tenia un comportamiento sexual desenfrenado y para satisfacerse se auto-penetraba con diversos objetos comunes, además de tener una confusión constante de la realidad razón por la cual al ver a un hombre adulto lo acusaba de los "abusos recibidos" esto era por el quebrantamiento de su cordura tras el estrés pos traumático.

Con esto él niño fue internado en un manicomio infantil sin necesidad de pasar por la evaluación de Watari, estando allí D perdió la cordura volviéndose loco como decían los documentos.

Esto únicamente lo sabían los niños del orfanato, y por temer a acabar de aquella manera decidieron guardar silencio.

Claro está, que Beyond era el único al que esto no le importaba, por ello le hacia la vida imposible, porque más que merecerlo, decía B que estaba en su derecho.

Roger había usado a Wammys House también para el trafico de pornografía infantil, logrando ocultarla bajo docentes redes.

Para él resultaba divertido pasar desapercibido bajo las narices del mismísimo L.

Cabe destacar que A era el único niño del Wammy Letter que no había sido abusado por Roger.

Esto era porque Roger veía a A como un hijo.

Los niños del orfanato no hablaban entre ellos lo de las violaciones, principalmente por la vergüenza y asco que esto les causaba.

Así que solo los que habían sido abusados por Roger conocían dicho secreto.

Los niños del orfanato que no poseían una Wammy Letter se encontraban "a salvo"

A salvo entre comillas, ya que todo niño del orfanato luchaba para obtener una Wammy Letter, que era la manera en que se identificaba a cada candidato a sucesor.

B ahora era el mimado de L, y ya conocía Roger el abuso que L había sufrido en el orfanato, por ello no se llevo a B para castigarlo con los azotes de la vara de bambú como ya había amenazado, ya que si L veía esas heridas, todo seria descubierto.

Pues Roger tenia en claro que L no se fiaba de él.

                         

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