Los fetiches del multimillonario
img img Los fetiches del multimillonario img Capítulo 1 Empezando de nuevo
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Capítulo 6 Retando al nuevo el jefe img
Capítulo 7 Ganando el primer asalto img
Capítulo 8 Trastornando al jefe gruñón img
Capítulo 9 El secreto de Allegra img
Capítulo 10 La propuesta del jefe img
Capítulo 11 Un interesante pedido img
Capítulo 12 Un primer experimento img
Capítulo 13 Un nuevo placer img
Capítulo 14 Un hombre lleno de sorpresas img
Capítulo 15 El raro método Wallflower img
Capítulo 16 Un acuerdo entre los dos img
Capítulo 17 Una boda especial img
Capítulo 18 Nuevas sensaciones img
Capítulo 19 Nuevas emociones img
Capítulo 20 Nuevas experiencias img
Capítulo 21 Una indeseada visita img
Capítulo 22 Una mujer intimidante img
Capítulo 23 Una supuesta prometida img
Capítulo 24 Indagando sobre el pasado img
Capítulo 25 Sensaciones contradictorias img
Capítulo 26 La primera vez img
Capítulo 27 Una noche excitante img
Capítulo 28 Una sensación diferente img
Capítulo 29 Una nueva experiencia img
Capítulo 30 Un hombre interesante img
Capítulo 31 Una chica interesante img
Capítulo 32 Un par de traviesos img
Capítulo 33 Un chico travieso img
Capítulo 34 Un deseo genuino img
Capítulo 35 Un pasado difícil img
Capítulo 36 Una abuela divertida img
Capítulo 37 Una noche diferente img
Capítulo 38 Una cara oculta img
Capítulo 39 Descubriendo un secreto img
Capítulo 40 Una dulce sorpresa img
Capítulo 41 Los fetiches del multimillonario img
Capítulo 42 Una abuela alcahueta img
Capítulo 43 Los secretos de Kitty img
Capítulo 44 Las artimañas de una hermana img
Capítulo 45 Alguien está mintiendo img
Capítulo 46 Una mentira disfrazada img
Capítulo 47 Una luz en la oscuridad img
Capítulo 48 Salvación img
Capítulo 49 Alegría img
Capítulo 50 Resiliencia img
Capítulo 51 Felicidad img
Capítulo 52 Epilogo img
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Los fetiches del multimillonario

Julianachick
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Capítulo 1 Empezando de nuevo

Mi teléfono suena y lo odio al ver quien está llamando. Es mi madre. Hablar con ella no es gratificante. Me niego. No quiero contestarle; pero he estado evadiéndola por mucho tiempo, y tengo que hacerlo por obligación, porque es probable que se aparezca por aquí y no me dejará en paz.

¡Que remedios!

No puedo perder el terreno que ya he ganado.

―Hola, mamá.

De seguro pensará que mi tono es lo más anti amoroso del mundo, pero no tengo ganas de hablar. Siempre se trata de un tema que más que alegrarme me hace sufrir sintiéndome frustrada. Además, estoy cansada de ser el hazme reír

―Ally, que es esa manera de contestarle a tu madre ―mamá habla con su imperiosa voz.

―Mamá, no estoy de humor.

―¿Y cuándo estarás de humor si se puede saber?

―Ve al grano quieres, estoy esperando una llamada de trabajo y no puedo tener mi línea ocupada.

―¿Sigues sin conseguir trabajo?

―Ya estoy en ello, solo estoy esperando.

―Sabes que no tienes que hacerlo, tu padre...

―Basta con eso, mamá. No voy a trabajar para papá, además tú y yo sabemos que no quiere verme y en el fondo prefiere mantenerme lejos, así que no insistas con ello.

―Es tu padre y tiene derecho a enojarse, pero eso dijiste hace tres meses. Creí que era verdad esa actitud, pero ahora pienso que solo estás huyendo de tus responsabilidades y eso solo te hace ver patética.

Quisiera decir que me encanta tener conversaciones con mi madre, pero he allí las razones de mi negativismo.

―¿Puedes no seguir por allí?

Tal vez en verdad lo soy, pero es tan insensible que lo diga de esa forma.

―Y tú puedes dejar de parecer lastimera y portarte como una adulta. Pronto cumplirás veintitrés, y es tu hermana menor quien se casa. Deberías estar feliz que te da una oportunidad, en vez de portarte como una chiquilla lamiéndote las heridas.

¿Una oportunidad?

Su manera de levantarme los ánimos solo me hace llorar. Si tengo una es porque me la he ganado.

―Estoy feliz con la nueva vida que quiero construir ―digo y la escucho exhalar hondo.

―Cuando lo digas con menos sarcasmo, voy a creer que por fin estás madurando.

―No has pensado que eres tan injusta mamá...

―La injusta eres tú, y ya es hora de que cambies, y tienes que empezar por venir y demostrarnos que no eres nada de lo que pensamos. Es el día más feliz de tu hermana y no vas a arruinárselo, y por tu bien no faltes a tus citas con el psicólogo o se lo diré a tu padre ―sentencia cortando mis palabras y me cuelga.

Mis ojos escuecen, al final soy yo quien tiene la culpa de todo por demostrar que siento dolor. Eso me causa gracia; sin embargo, las palabras de mi madre no me emocionan para nada, y menos la felicidad de mi hermana. Es su felicidad, tendría razón si también fuera la mía y estuviera de acuerdo con ello; pero no es así. No, cuando la persona con la que se va a casar, hace un año me había jurado que sería mi futuro.

No puedo evitar llorar y sentirme lastimera como lo dijo mi madre. Tampoco desear cortarme las venas otra vez, cuando he sido despreciada de manera vil y ni siquiera he recibido una disculpa. Es el colmo que solo esperan que yo les desee toda la felicidad como si no sintiera nada. Desearía poder devolver el tiempo y jamás haberle presentado a Adrian a mi familia y menos a mi hermana.

No debo recordar eso, sin embargo, es inútil que me olvide de ello porque al final fue mi culpa y recordarlo me llena de ansiedad y me dan ganas de lastimarme. Aprieto mis puños y las ganas de ir a la cocina por algo punzante escuecen en mi mano.

Mi teléfono vibra otra vez en mi mano dándome un susto de muerte y lo dejo caer al piso.

¡Mierda!

La pantalla se quiebra y ahora quiero morirme, no obstante, sigue vibrando. Aun quebrado y todo puedo ver que no es mi hermana. Por lo regular siempre me llama cuando lo hace mi madre. Es su manera de asegurarse que no le guardo rencor, y disfruto con ella de su felicidad obligándome a pensar como ella quiere.

Me fijo en que es un número desconocido y contesto de inmediato. Puede ser de la agencia de la que estoy esperando la llamada. Cruzo los dedos

―Sí, ¿diga?

―¿Señorita Allegra Wills?

―Sí, con ella, ¿Quién llama?

―Soy Denisse Chambers, de la agencia de empleo. Su hoja de vida ya ha sido aceptada por la empresa Wallflower Enterprises, en el área de asistencia de gerencia. Debe presentarse mañana a las ocho en la torre principal de la calle High Street, ¿tomó nota?

―Eh, si claro, mañana a las ocho en la torre principal ―repito como un loro atolondrado.

―No llegue tarde, esa puede ser la oportunidad que estaba esperando. Ha sido un placer colocarla en su nuevo empleo, que tenga una bonita mañana ―dice la mujer con un tono más amable que él de mi madre, pero a leguas practicado, seguido me cuelga.

«Es su trabajo», si pagas porque te coloquen en un buen empleo; sin embargo, no puedo negar que, no sé si es una buena oportunidad para alguien que está a punto de echar su vida por la borda, aunque se diga que tiene muchas ganas de vivir. Eso medito apretando mi muñeca, trayendo a mi memoria que en parte las llamadas de mamá y mi hermana se deben a que odiarían que un día no les contestara por estar muerta.

Mi familia es así de elitista. Te echan los problemas en cara, pero su forma de resolverlos deja mucho que desear cuando en vez de hablar con sinceridad te colocan a un psicólogo; por irónico que parezca, por lo menos ellas me hablan; sin embargo, mi padre... él, es mentira que quiera verme y seguro que le haría feliz que no existiera.

Repaso en mi mente lo de asistente de gerencia y suena excepcional. Entonces medito en que tal vez deje de pensarlo cuando le demuestre que no soy una fracasada y menos una cobarde. Sé que a veces soy contradictoria, pero no quiero dejar de ser optimista.

            
            

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