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Caminantes del Tiempo

@Ma03022007
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Capítulo 1 El Descubrimiento

El Laboratorio y los Personajes

Alex Torres, un joven científico de 28 años, estaba sentado en su desordenado pero fascinante laboratorio en la Universidad de Astrophysics. El laboratorio, lleno de complejos equipos y fórmulas escritas apresuradamente en pizarras blancas, reflejaba la mente brillante pero a menudo caótica de Alex. Había cables y componentes electrónicos por doquier, y las paredes estaban cubiertas con diagramas de teorías cuánticas.

Alex, con su cabello castaño despeinado y gafas de montura gruesa, tenía una intensidad en su mirada que hablaba de su pasión por la ciencia. Desde pequeño, había sido un niño curioso, siempre desarmando juguetes y dispositivos para ver cómo funcionaban. Esta curiosidad innata lo había llevado a una carrera en física cuántica, donde podía explorar los misterios del universo.

Era una noche tranquila, y la única luz provenía de las lámparas fluorescentes del laboratorio y el resplandor de las pantallas de las computadoras. Alex estaba inmerso en su trabajo, completamente ajeno al mundo exterior. Había algo en las horas nocturnas que le permitía concentrarse mejor, lejos del bullicio del día.

La puerta del laboratorio se abrió suavemente, y Maya Serrano, su amiga y colega, entró con dos tazas de café caliente. Maya, de 27 años, era una mujer de cabello oscuro recogido en una cola de caballo, con una expresión de determinación y una mente igualmente aguda. Ella y Alex habían sido amigos desde la universidad, donde se conocieron en una clase avanzada de física teórica. Desde entonces, habían sido inseparables, compartiendo no solo su amor por la ciencia, sino también un profundo respeto mutuo.

"Alex, necesitas descansar un poco," dijo Maya, colocando una taza junto a él. "Has estado aquí desde ayer sin parar."

Alex levantó la vista, agradecido, y tomó la taza. "Gracias, Maya. Pero estamos tan cerca de algo grande. Lo siento en mis huesos."

"Sí, lo sé," respondió Maya, sentándose en una silla junto a él. "Pero también necesitamos nuestras mentes claras para hacer avances reales. ¿Qué has descubierto hasta ahora?"

Alex se inclinó hacia la pantalla de su computadora, mostrando un conjunto de datos y gráficos complejos. "Estaba revisando nuestras simulaciones de la interacción de partículas cuánticas cuando noté una anomalía. Al principio pensé que era un error, pero después de analizarlo más a fondo, creo que podríamos haber encontrado una forma de manipular el tiempo."

Maya levantó una ceja, intrigada. "¿Manipular el tiempo? ¿Te refieres a viajar en el tiempo?"

"Exactamente," asintió Alex con entusiasmo. "Si mis cálculos son correctos, podríamos ser capaces de enviar objetos, e incluso personas, a diferentes puntos en el tiempo."

Los ojos de Maya se agrandaron. "¿Te das cuenta de lo que esto significa? Podríamos cambiar la historia, aprender de primera mano sobre eventos históricos... ¡Las posibilidades son infinitas!"

"Lo sé," respondió Alex. "Pero primero, necesitamos confirmar nuestros hallazgos y asegurarnos de que es seguro."

Preparativos para el Primer Viaje

Durante las siguientes semanas, trabajaron incansablemente en su laboratorio. Pasaron horas revisando cálculos, ajustando parámetros y construyendo prototipos. La determinación de Alex y Maya era inquebrantable, y su pasión por el descubrimiento los impulsaba a seguir adelante a pesar del cansancio.

Alex y Maya eran meticulosos en su preparación. Sabían que cualquier error podría tener consecuencias graves, por lo que cada detalle debía ser considerado. Hicieron listas de suministros, incluyendo herramientas de emergencia, dispositivos de comunicación, y ropa adecuada para el periodo al que viajarían.

Además, diseñaron un protocolo de seguridad para asegurarse de que pudieran regresar a su tiempo si algo salía mal. Esto incluía un mecanismo de retorno automático en caso de emergencia y un rastreador para monitorear su ubicación temporal.

Finalmente, después de innumerables pruebas y ajustes, lograron enviar un pequeño objeto, una moneda, al pasado y recuperarla con éxito. Fue un momento de euforia para ambos, ya que confirmaron que su teoría era correcta.

"Esto es increíble," dijo Maya, sosteniendo la moneda en su mano. "Acabamos de hacer historia."

"Y apenas estamos comenzando," respondió Alex. "Ahora que sabemos que funciona, podemos preparar un dispositivo portátil para realizar nuestros propios viajes."

El dispositivo que crearon era un pequeño artilugio que se podía llevar en la muñeca, similar a un reloj. Estaba equipado con una pantalla táctil y una interfaz que permitía introducir las coordenadas temporales deseadas. Después de múltiples pruebas y ajustes, finalmente estaba listo para su primer viaje.

"¿A dónde deberíamos ir primero?" preguntó Maya, mirando el dispositivo con curiosidad.

"Creo que deberíamos comenzar con algo reciente," sugirió Alex. "Un periodo en el que podamos minimizar los riesgos. ¿Qué tal el año 2000?"

Maya asintió. "Suena razonable. Podremos observar cómo era el mundo hace unas pocas décadas sin causar demasiadas alteraciones."

Prepararon todo cuidadosamente, asegurándose de llevar suministros y herramientas que podrían necesitar. Hicieron listas detalladas y discutieron posibles escenarios y cómo manejarlos. Querían estar preparados para cualquier eventualidad, conscientes de que un pequeño error podría tener consecuencias imprevisibles.

Con un profundo suspiro y un intercambio de miradas nerviosas, activaron el dispositivo y se encontraron envueltos en una luz brillante que los transportó a través del tiempo.

Experiencias en el Año 2000

Cuando la luz se desvaneció, se encontraron de pie en una calle concurrida en el año 2000. Los edificios, los autos y las personas a su alrededor eran una mezcla de lo familiar y lo extraño. Aunque solo habían retrocedido un par de décadas, las diferencias eran notables.

"Esto es increíble," murmuró Maya, mirando a su alrededor con asombro. "Estamos realmente en el pasado."

Alex asintió, ajustando sus gafas. "Tenemos que ser cuidadosos. No sabemos cómo nuestras acciones podrían afectar el futuro."

Exploraron la ciudad, observando la tecnología obsoleta y los estilos de vida que alguna vez habían sido cotidianos. Se maravillaron con la ausencia de teléfonos inteligentes y la prevalencia de los teléfonos públicos. Las computadoras de escritorio eran voluminosas y lentas, y los automóviles no tenían las sofisticadas características de los modelos modernos.

Decidieron visitar una cafetería local para observar a la gente y recopilar información sin llamar la atención. Se sentaron en una mesa en la esquina y pidieron café, tratando de mezclarse con los clientes habituales.

"Es como estar en un museo viviente," comentó Alex mientras observaba a los clientes leer periódicos de papel y usar teléfonos con cable.

"Sí," asintió Maya. "Pero también es un recordatorio de lo rápido que avanza la tecnología. Hace apenas 20 años, esto era normal."

A medida que pasaban las horas, comenzaron a notar pequeños problemas. Las diferencias en la moda y el lenguaje los delataban, y algunos clientes comenzaron a mirarlos con curiosidad. Se dieron cuenta de que, aunque no estaban en una época muy lejana, aún tenían que ser cuidadosos para no alterar el pasado.

Una serie de malentendidos casi los delata. Un empleado de la cafetería les preguntó sobre su extraño dispositivo, y tuvieron que improvisar una explicación creíble. Luego, un hombre curioso se acercó para preguntarles de dónde eran, ya que su forma de hablar y vestirse era inusual.

"Somos de fuera de la ciudad," dijo Alex, tratando de sonar convincente. "Visitamos a unos amigos y decidimos explorar un poco."

El hombre pareció aceptar la explicación, pero Alex y Maya sabían que debían ser más cautelosos. Decidieron que era hora de regresar a su tiempo antes de causar más sospechas.

Activaron el dispositivo y se encontraron de nuevo en su laboratorio, aliviados pero emocionados por la experiencia. Reflexionaron sobre lo que habían aprendido y discutieron cómo podrían mejorar sus métodos para futuros viajes.

"Eso fue más difícil de lo que esperaba," admitió Maya. "Pero también increíblemente emocionante."

"Definitivamente tenemos que ser más cautelosos en el futuro," dijo Alex. "Pero esto es solo el comienzo. Hay tanto que podemos aprender y descubrir."

Reflexiones y Aprendizajes

De vuelta en su laboratorio, Alex y Maya pasaron horas discutiendo su experiencia. Ambos estaban emocionados, pero también conscientes de los riesgos que habían enfrentado. Hablaron sobre las interacciones con las personas del año 2000 y cómo podían mejorar sus técnicas para mezclarse mejor en diferentes épocas.

Decidieron implementar una serie de mejoras en su dispositivo de viaje en el tiempo. Estas mejoras incluían una base de datos con información cultural y tecnológica de diferentes épocas, para que pudieran prepararse mejor antes de cada viaje. También acordaron llevar dispositivos de grabación más discretos para documentar sus viajes sin llamar la atención.

"Creo que deberíamos enfocarnos en investigar más sobre las épocas antes de viajar," sugirió Maya. "Necesitamos entender mejor el contexto cultural y tecnológico para no destacar tanto."

Alex asintió. "Sí, y también deberíamos considerar la posibilidad de colaborar con historiadores o expertos en diferentes campos para obtener información más precisa."

            
            

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