Capítulo 4 Fiesta inolvidable

Capítulo 3

Fiesta inolvidable

Las ganas de vomitar que tenía Yuri no paraban. Puso sus manos en su boca, y sin poder contenerse, vomitó en todo el piso. Todo el contenido de su estómago salió disparado, su mente no dejaba de pensar en la escena que tenía de frente. El hedor del ambiente era horrible, pero al sentir un ardor en su garganta, olvidó todo lo demás. Aun así, sentía que el alma se le escapaba del cuerpo, con solo ver los cuerpos de sus amigos en el suelo quería llorar, no creía poder dormir por varios días, incluso tendría que ir al psiquiatra. La expresión de su rostro decía cómo se sentía totalmente mal.

-¡Ayuda!, ¡Alguien que me ayude! -Las súplicas de ayuda de una chica salieron del interior de la casa haciendo que Yuri abriera los ojos y sintiera preocupación por la muchacha que conocía. No perdió tiempo para ir hacia dentro corriendo.

Intentaba no mirar a los lados, ya que todos sus compañeros se encontraban tirados y mutilados por todo el lugar. Al llegar a la sala, se encontró con el sofá destruido a la mitad, y en medio de eso, un sujeto irreconocible se encontraba tirado sin piernas, estaba totalmente muerto y sobre un lago de sangre.

Del otro lado, sobre una alfombra circular de colores, veía a una joven de cabello rosa que intentaba levantar a un niño de cabello negro.

-Kira. ¿Qué sucedió? -Yuri se arrodilló preocupado, levantó a Kiro con angustia devastadora.

-¡Yuri! Kiro está mal, ¡Sálvala! -Sollozaba el niño que se intentaba limpiar las lágrimas.

Yuri conocía perfectamente a estos mellizos, eran los hermanastros de María, quién fue llevada por Peper. La llevó a una mesa cercana para examinarla. Kiro se encontraba con heridas muy graves que sólo una operación podría curar, su estado era crítico y su pulso débil. No sabía que podría hacer.

La mirada de Kira era una que Yuri no podía soportar, su rostro era melancólico y lleno de trauma. En ese momento, sacó su amuleto de invocación, el cual colocó en el piso, para después ver una luz, y de ella salió su quimera.

Yuri no tenía ni idea de que sí iba a funcionar.

-Maestro, ¿Puedes volverte un dragón? -Acarició a Maestro para calmarlo cuando este vio a Kiro muy lastimada. Ante su pregunta, la quimera asintió y de pronto, su cola se comenzó a deformar y se transformó en la pequeña pierna de un dragón.

Yuri conjuró una daga para abrir una herida en la pierna de dragón, haciendo que su criatura chille, pero no se retire. La sangre brotaba como si fuera agua, aquella sustancia espesa no paraba de salir. Intentaron mover un poco a Kiro para que pudiera recibirla. A los pocos minutos de beber la sangre de dragón, Kiro recuperaba su color de piel natural y las heridas cerraran, su respiración se reguló y abrió los ojos almendrados. De pronto empezó a toser y se despertó de golpe, la sangre que le dieron le sabía dulce antes de desaparecer. La cola de Maestro volvió a la normalidad y regresó a la casa de Yuri tras dejar en su lugar un poco de fuego que se apagó sin dejar rastro alguno. Por su parte, ambos mellizos se abrazaron fuerte ante este susto que las hizo sentir inseguras.

-¡Ah! Me alegro de que estés bien, Kiro -Yuri la ayudó a levantarse.

-Lo mismo digo, Yuri -Intentó ponerse de pie y bajar de la mesa

Los dos se miraron y expresaron su felicidad al verse. Kiro observó sus alrededores mientras era abrazada por su hermano, quién seguía llorando. No parecía tan afectada como su hermano, parecía más sorprendida que asustada, observaba con lástima la masacre que había ahi, "Tantos cuerpos tirados" pensaba,

-Qué bien que no te perdí. No sabría que decirle a María si eso pasaba

- Comentó Kira, se estaba calmando.

-No te preocupes -Le dio unas palmaditas en la cabeza-. ¿Y dónde está ella? -Kiro vio a Yuri muy desconcertada y calmada.

De hecho, los dos se le quedaron mirando a Yuri. Él se puso nervioso, ya que no sabía cómo darles la noticia, estaba en pánico. No era capaz de verlos a los ojos. Ambos ya habían pasado por mucho antes y no quería que les pase nada.

Ninguno era un hechicero, en realidad, son mejorados, personas de Haunt con poderes únicos. Yuri, quien era fanático de las teorias conspiranoides, había escuchado que en el mundo habían miles de seres y cosas pasando al mimos tiempo. En una de estas charlas o potcast se llevaba a cabo la

Su madre murió luego de dar a luz, por lo que, su padre se casó con la madre de María.

Luego de un tiempo, los padres de los tres sufrieron un accidente automovilístico, el cual, provocó la desaparición de ambos apoderados.

Quién los cuidaba era el abuelo de María, sin embargo, ahora que él murió el año pasado, y que María también, no había quién los cuidara.

-Ah... ella me dijo que...vendrán conmigo a casa. Nos está esperando y me dijo:" Diles que te obedezcan" -Por dentro, Yuri quería decirles la verdad, pero, su instinto de mago se lo impedía.

Los dos se miraron, y luego lo abrazaron fuertemente. También les dio un abrazo.

No quería preocuparlos, así que los tomó de la mano y se dirigieron a la salida lo más pronto posible.

Una vez que llegaron a la entrada, se encontraron con tres compañeros, a estos, Yuri apenas los conocía.

-Ustedes, ¿También están vivos? - Dijo Yuri tras detenerse en frente de los niños.

-¡Ah!, Yuri, me asustaste -Estaba sorprendido.

-A mí también -Dijo molesto un chico cruzado de brazos.

-Y a mí. Por cierto, ¿No has visto el libro de hechizos perdidos? -Le preguntó.

Los tres parecían muy sospechosos, y más cuando uno de ellos mencionó el libro de hechizos perdidos.

Aquel libro poseía hechizos únicos y poderosos dentro, no se debía jugar con él.

Aun así, varios alumnos lo robaban cada cierto tiempo para usarlo de forma imprudente, y esta noche no fue la excepción.

-¿Dijiste libro de hechizos perdidos? ¡¿Qué estupidez hicieron?! -Yuri no guardó su enojo.

Les cubrió los oídos a los niños antes de insultar a quienes veía cómo irresponsables.

No pudo entender a qué se referían, hasta que se dio cuenta, de que aquel libro tenía algo que ver con esa criatura.

-Perdónanos, no quisimos hacerlo, pero cuando María nos mostró el libro, no pudimos resistirnos en usarlo -Dijo un joven de cabello castaño muy preocupado.

Dicho joven se llamaba Rehing.

-Además, no es la gran cosa, los demás estudiantes lo hacían y pensamos, ¿Por qué no? -El joven con él que se topó primero tenía una mirada y sonrisa serenas.

Aquel joven lo conocía cómo Luka.

El enojo de Yuri no se calmaba por la respuesta que recibió, solo se relajó al pensar en no mostrarse hostil ante los niños a quienes prometió proteger.

Los mellizos seguían aferrándose a la ropa de Yuri al igual que Maestro quien se encontraba en su hombro.

Aquellos jóvenes solo se encogieron de hombros y se mostraban algo apenados.

Pero, aun así, no se veían arrepentidos por lo que hicieron, además de que seguían diciendo que María fue quien les dijo que lo usaran.

-Bien, por su culpa nuestros amigos murieron -Suspiró-. Denme el libro -Levantó la mano derecha.

La vista de Yuri se fijó en los niños, no quería que se alarmaran. No obstante, no había otra forma de decirlo, todos murieron.

De pronto, cuando mencionó que quería que le dieran el libro, todos se comenzaron a ver entre ellos.

Parecían muy confundidos por las palabras de Yuri quien solo suspiró y los miró algo decepcionado.

-No me digan, perdieron el libro -Dijo Yuri con una mirada de decepción.

-Perder, perder, no, como crees. Solo fue robado -Luka vaciló antes de hablar.

Se golpearon la frente ante la respuesta de un joven de cabello claro. Unos pasos hicieron que dirigieran su atención hacia las escaleras.

-Oigan, no logré atrapar a esa cosa -Samantha bajó por las escaleras rápido.

Una voz que antes le daba miedo y ahora le provocaba repulsión a Yuri se hizo presente en la habitación.

Todos voltearon para ver a Samantha, quien se encontraba acompañada de aquel sujeto corpulento.

Ambos bajaron del segundo piso, se veían algo exhaustos. Ante su presencia, Yuri no pudo evitar mirarla de forma extraña al ver que se le acercaba.

-Yuri, ¿En dónde estabas? Te he estado buscando-Samantha se mostraba algo preocupada.

Se acercó a Yuri, pero él dio un paso atrás.

-Hmm, ¿Así? Qué novedad, yo estuve afuera, necesitaba un poco de aire fresco -Se notaba indiferente y se cruzó de brazos.

Samantha no pudo evitar sentir algo de sarcasmo en las palabras de Yuri.

Aquel sujeto, corpulento, estaba a punto de decir algo, para defenderla, cuando fue interrumpido por unos ruidos que provenían de afuera.

Todos se asomaron a la ventana para ver de qué se trataba.

Debido a que estaban cerca del mar, vieron cómo comenzaron a emerger unas criaturas con cuerpos hechos de una sustancia oscura como brea, y en sus caras, traían máscaras antigás.

Sin la hermosa luna, no los hubieran podido ver, o posiblemente si, por sus ojos rojos tan intensos como el sol.

Entraron en pánico, no sabían que podían hacer en esta situación.

-¿Qué son esas cosas? -Samantha se mostraba aterrada.

-Creo que ese monstruo no fue el único al que invocaron -Yuri miró a Rehing con una mirada de decepción.

Ante esto, Kiro se percató de la situación, y por Yuri, le dio un golpe en la nuca a Rehing con una expresión de molestia.

-No te preocupes Samantha, yo los protejo si esas cosas entran -El chico fortachón miró a Samantha de forma enamorada alardeando sin pensar.

-Gracias Justin -se alejó de la ventana para acercarse a aquel chico, tenía una mirada de enamorada

-Si, si, si, muchas gracias por ofrecerte hacer un sacrificio, pero no será necesario -Yuri exclamó velozmente y fue hacia la puerta.

A un lado se encontraba un interruptor, él cual, oprimió. De pronto, la casa fue rodeada por una barrera que no iba a dejar salir ni entrar a nadie.

-¿Cómo sabías que ese era el interruptor de la barrera? -Kiro no contuvo su alegría.

Sin embargo, también mostró duda al inclinar su cabeza ante la acción del mago titiritero.

-Un día vine a ver una película con María. No hay tiempo que perder, síganme -Se puso nervioso cuando vio sus miradas de sospecha.

Yuri les pidió seguirlo hacia él jardín.

Una vez que llegaron al patio, vieron que la casa estaba rodeada por miles de entes.

Las criaturas solo estaban paradas ahí sin hacer nada, no parecían ser peligrosas, pero, de todas formas, debían salir lo más pronto de ese lugar.

Debían hacer un plan, normalmente eran el mago solitario y la ilusionista quienes hacían algo y él los seguía.

No obstante, está vez él debía encargarse. Se giró para luego señalar a Samantha.

-Samantha, quiero que uses tú cuervo para buscar ayuda. Ustedes tres

-Señaló a los tres chicos qué encontró dentro con optimismo-. Quiero que busquen en toda la casa alguna salida secreta y los demás, intentemos usar una magia prohibida para entrar al mundo de las sombras.

Luego de decirles qué hacer, miró hacia arriba, pudo notar que muy pronto sería de día.

Él campo de fuerza no duraría mucho tiempo, por lo que debían darse prisa.

Samantha corrió hacia la mitad del jardín, en donde se detuvo, dobló su brazo derecho, y luego lo estiró, para después, ver como un gran cuervo salió disparado.

Estuvo volando en círculos sobre ella un rato.

-¡Oye!, ¡Ve y busca ayuda! -Gritó Samantha con apuro tras poner sus manos alrededor de su boca.

Cuando escuchó eso, no tardó en cruzar la barrera para ir a buscar ayuda. Una vez lejos, los ojos de Samantha se oscurecieron como los de un cuervo, y todos la veían ahí sin moverse.

-Entonces, ¿Comenzamos? -Dijo Yuri. Se paró en frente de todos para apresurarlos a buscar una salida, por dentro estaba asustado.

Los tres sujetos entraron a la casa, mientras tanto, Yuri y compañía se pusieron en un círculo.

De las manos de cada uno salía mucha energía, al igual que sus frentes.

Todo se estaba concentrando en una esfera blanca que parecía glitchearse.

Debido al frío de la noche, Kira no paraba de estornudar preocupando a Yuri, pero no por estar enfermo, ya qué podría sanar con medicamentos o sopa de pollo, sino, por qué se estaba moviendo provocando fallas en el ritual.

-Qué no se mueva nadie -Exclamó Yuri qué tenía los ojos cerrados para poder concentrarse, trataba de relajarse.

-¿Qué estamos haciendo, Yuri? -Preguntó Justin confundido. No comprendía nada de esto.

-Oh, ¿No les dije? Verán, hace unos meses, Jeff me dijo qué encontró un manuscrito donde explicaban cómo entrar al mundo de las sombras, es una magia de herencia.

Solo debía concentrar mucho poder para crear algo que me permita hacer una grieta. Una vez lo intente hacer.

-¿Y qué pasó? -Preguntó Kira.

-No lo sé, solo recuerdo que desperté en medio de una operación quirúrgica a corazón abierto, pero lo peor es que la anestesia se había acabado -Dijo con una mirada muy turbia.

Tras lo escuchado, todos se espantaron, nadie quería terminar así.

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Dentro de la casa, los tres sujetos buscaban desesperadamente alguna salida.

-No encuentro ninguna salida en la cocina. ¿Encontraste algo, Yuki? - Dijo Rehing qué volvía al recibidor.

-Nada en el sótano -Exclamó Yuki.

-No entiendo, ¿Por qué no solo nos escondemos en el piso especial? - Preguntó Luka con una actitud desafiante en las escaleras.

Rehing le explicó qué solo podían entrar gente autorizada por la persona que lo creó, por lo que, podrían hacerlo.

No obstante, alguien lo insultó antes de que pudiera seguir hablando.

Yuki les explicó qué sí quién lo hizo muere, este espacio desaparecía y se encontrarán en un limbo, además, para hacer ese espacio, se debía aprender magia avanzada, cosa que nadie de ahí tenía.

-Es verdad, no tenemos los conocimientos para hacerlo y sería peligroso subir a ese piso sin María -Pensaba Rehing en voz alta.

Ante la explicación de sus amigos, Luka solo giró los ojos y se cruzó de brazos.

Parecía que todo estaba perdido. De pronto, escucharon el sonido de un auto estacionado afuera, por lo que corrieron a la puerta para abrirla.

Una vez que salieron al porche, vieron que Peper llegó con una camioneta.

Al mismo tiempo, las criaturas lo rodearon, quisieron ayudarlo alertándolo, pero no les hacía caso.

No les hacía caso, no porque no los escuchara, sino, por que no podía ver a esas cosas. Le era imposible ver algo que no estaba ahí.

Todos vieron horrorizados como una especie de figura larga lo tomó de la cabeza, y se la arrancó sin piedad.

Sus pupilas se escogieron ante brutal lluvia de sangre que salió del joven calvo.

Las bestias se acercaban cada vez más a la casa. Fueron con los demás con miedo.

Luego de cerrar la puerta, una misteriosa figura salió del mar, sus pisadas volvían la arena en ceniza blanca.

Todos los monstruos se hicieron a un lado permitiéndole a ella acercarse al cuerpo de Peper tarareando una tonada tétrica con una sonrisa maníaca.

- Hmm, no sé si nos sea útil, pero necesitamos gente, así qué... -Se agachó y con sus garras, infectó el cuerpo con una sustancia oscura.

El cuerpo se deformó, hasta el punto que se tornó más esquelético, y de este brotaban plantas, junto a una venus atrapa moscas gigantes como cabeza.

Aquel cuerpo se levantó, era como un muerto viviente, pero sin serlo.

Un extraño grito se escuchó detrás de la misteriosa chica rubia. El monstruo, qué arrancó la cabeza de Peper, la terminó escupiendo a los pies de sus compañeros.

La mujer sólo se carcajeó antes de crear con sus manos un cetro morado con una esfera roja en la punta. Con esta, tocó la cabeza, provocando que cobre vida.

De ella, salieron patas de araña, fue corriendo hasta la barrera de la casa, con solo abrir la boca, comenzó a succionar toda la energía de esta.

Todos los monstruos empezaron a caminar hacia la puerta, incluso, algunos que aún no salían del mar, comenzaron a emerger.

En él patio, las cosas no iban tan bien.

-Creo que ya está -Sentía dolor, Yuri estaba a punto de desmayarse.

La esfera cayó al piso y se transformó en una espada tan radiante como el sol. Los niños y Justin quedaron sorprendidos ante lo que veían.

-Oh, es hermoso -Kiro estaba sorprendida.

-Qué brillante -Kira se mantenía neutral.

-Yuri, úsalo para que podamos escapar - Justin le dio un golpe en la espalda a Yuri.

-Esto debe ser una broma -Se notaba decepción en Yuri ante el resultado de todo su esfuerzo.

No estaba convencido de que esto funcionara, sobre todo, porque la majestuosa espada era del tamaño de un dedo índice, más o menos.

Entrecerró los ojos para poder verlo mejor, se acercó a él para tomarlo, sentía qué estaba sujetando un juguete.

-¡Oigan! -Gritó Samantha-. Por fin encontré a alguien, la ayuda está en camino -Corrió hacia ellos.

Yuri no entendía por qué para Jeff era más fácil acceder al mundo de las sombras que para él. Salió de sus pensamientos al ver que algo era diferente a su alrededor.

-Chicos -Dijo Kiro-, ¿No creen que los monstruos se están acercando cada vez más? -Miró a su alrededor con sus ojos iluminados en una luz verde esmeralda.

-Si, la barrera se está encogiendo -Exclamó Justin.

Todos los monstruos comenzaron a caminar conforme la barrera se encogía.

Solo era cuestión de tiempo, para que, en algún momento, desapareciera dejándolos a merced de esas criaturas.

Los tres muchachos llegaron al jardín sin buenas noticias, pero, de la nada, la planta carnívora entró, y se llevó a Luka, dejando detrás él sonido los gritos del chico.

Todos gritaron ante lo sucedido y más los niños.

Justin, Kira y Kiro, corrieron hacia Yuri para quitarle la espada. Forcejeaban para quitársela, pero él no quería soltarla.

-¡Alto! Esas criaturas están a punto de entrar -Yuri los quería tranquilizar-. Intentaré abrir el portal, ustedes intenten retrasarlos -Los lanzó hacia atrás antes de ir hacia otra parte del jardín.

-Entendido -Dijo Kiro poniendo una mano en su frente haciendo un saludo militar.

Ella se paró en medio del jardín he iba a usar sus poderes.

Respiró hondo, levantó su brazo derecho y empezó a girarlo. Cuando abrió su mano, una esfera de luz verde apareció.

Esta comenzó a girar hacia el cielo, y de la nada, cerró el puño, provocando que una barrera apareciera sobre él jardín, evitando que las criaturas entraran.

Lamentablemente, algunas criaturas ya habían cruzado y se encontraban dentro de la casa.

-¿Qué hizo? -Justin miraba al cielo Muy confundido. No sabía qué hizo la niña.

-Kiro, es capaz de manipular cualquier tipo de energía, tanto de la atmósfera, como la del cuerpo de un ser vivo, y moldearlas para volverlas otra -Explicaba Yuri.

Al terminar su explicación, un rugido feroz, cómo él de dos animales mezclados, se escuchó por todo el lugar.

Se podría decir qué era una combinación de lobo y oveja.

Todos voltearon y vieron un extraño lobo con cuerpo de oveja que venía contra ellos.

Kira se puso en frente de él.

-Es mi turno -Se empezó a estirar muy motivado. La feroz bestia botaba espuma por la boca.

Enfrente de una persona cuerda, este sería el final y no tendría nada más que hacer, sin embargo, las personas que estaban ahí no eran normales.

Aquella bestia corrió hacia Kira con ansias de devorarlo, pero, antes de llegar, ese niño juntó las palmas una sobre otra.

Las llevó hacia un lado. La bestia se notaba muy enfadada mientras avanzaba con sus fuertes patas de oveja.

Al final, justo cuando ya estaba a un metro de distancia, Kiro lanzó una onda que hizo polvo a esa feroz bestia.

Todos, menos Yuri y Kiro, no sabían qué decir.

La onda que lanzó Kira, no solo destruyó al lobo oveja, sino también la casa que tenía detrás.

Parecía que todos ya estaban muertos. No obstante, de la nada, la cabeza de Peper saltó de entre los escombros, y de su boca, salió un gran rayo de luz dirigido a Kira.

No tuvo tiempo de reaccionar, y terminó recibiendo el impacto, haciéndolo desaparecer sin dejar rastro.

Justin se levantó del piso e invocó a su criatura, un gran rinoceronte, qué de un pisotón, destruyó aquella cabeza como si fuera un huevo.

Luego desapareció dejando a Justin caer de rodillas, y con los hombros, qué cayeron al mismo tiempo, respiraba aliviado.

Al ver la repentina muerte de su hermano, Kiro no pudo contener su ira, estaba tan enojada que la barrera que creó empezó a crecer.

Absorbía a su paso la vida de todo ser vivo, incluyendo a las personas que estaban dentro.

Dio un grito desgarrador por perder a su hermano. Todos sintieron como sus cuerpos eran cada vez más pesados.

Yuri se comenzó a desesperar ante la inutilidad de la espada. En ese momento, un dardo tranquilizante le dio a Kiro en el cuello.

Kiro se sentía mareada y todo le daba vueltas hasta qué estuvo por caerse.

Pero antes de qué caiga al suelo, fue sujetada por Maya, quién apareció de la nada. Se acercó corriendo a Yuri para ponerle una marca de estrella en la frente, al igual que a los demás.

-¡Todos, prepárense! -Gritó antes de ser rodeada por un aro de luz en el suelo.

Este mismo apareció debajo de los demás, y como si jamás hubieran estado ahí, todos desaparecieron sin dejar rastro.

La presencia de todos desapareció y apareció en un pueblo cercano. Maya dirigió su mirada a los jóvenes que estaban a punto de desmayarse.

Estaban tumbados en el suelo y ella no era la excepción, tuvo que usar mucha energía para usar Geo Traslado.

Si llegaba unos minutos tarde, Kiro, tal vez hubiese absorbido a todos.

-¿Todos están bien? -Maya preguntó para ver que estuvieran consientes.

-Si, estamos bien -Yuri estaba sentado en el suelo tratando de recuperarse.

-Dilo por tí, yo me rompí el brazo - Hablaba Justin algo adolorido. Sujetaba su brazo izquierdo con su mano derecha.

-Hmm, con que solo son decorativos, ¿Eh? -Yuri vio que él brazo de Justin se había dislocado, incluso notó que estaba algo inflamado.

Por alguna razón, Yuri sentía ganas de reírse, tal vez, era por lo que vio en la habitación. No le deseaba el mal a Nadie, solo quería justicia por su amigo Jeff.

Sin darse cuenta, Maya se le acercó para ayudarlo a levantarse.

Yuri aceptó su ayuda, después de todo, conocía a Maya como la ex novia de su desaparecido hermano.

-Me alegra verte de nuevo cuñadito -Dijo Maya con mucha confianza y alegría.

-También me alegro Maya, pero... ¿No deberías estar en otra parte?

-No. Es un secreto, pero, soy un Rey Mago como tu hermano -Exclamó con orgullo.

Los presentes al escucharla decir eso se quedaron asombrados. Sabían que los Reyes Magos eran la seguridad del mundo contra seres mágicos que amenazaban a la humanidad.

Eran oficiales con magia, literalmente.

Samantha y los demás se le acercaron para ver mejor su traje, dicho conjunto constaba de los colores gris y negro. Se notaba que eran prendas simples.

La Rey Mago interrumpió los halagos de todos para ir hacia Kiro, quien había despertado.

Kiro se despertó, sus ojos se abrieron lentamente para revelar un tono almendrado muy hermoso, el color verde desapareció.

-¡Ahhh!, ¿Qué pasó? -Se frotó los ojos.

Cuando despertó, pegó un grito y al oírlo, Maya la dejó en el suelo.

Kiro no entendía lo que sucedió, pero, instantáneamente, recordó lo qué sucedió con Kira y comenzó a llorar.

Con sus manos intentaba limpiar sus lágrimas, pero no importaba cuanto lo hiciera, no se secaban.

Ninguno tuvo tiempo de llorar la muerte de sus amigos debido a su rápido escape.

Kiro cayó de rodillas mientras lloraba. Ninguno de los otros soportaba verla así.

Yuri se acercó y le tocó la cabeza. Ella vio hacia arriba topándose con los ojos llenos de esperanza de ese quién prometió cuidarla.

-No te preocupes, haremos de todo para qué te reencuentres con María, te lo prometo -Yuri le dio una sonrisa de esperanza.

- Si -Dijo kiro tras asentir. Se levantó mientras limpiaba sus lágrimas.

-Maya, ¿Qué cosa son? -Yuri estaba intrigado.

-Se les conoce como Desterrados, son seres demoníacos hechos de energía oscura, miasma, se alimentan de los sentimientos negativos. No se sabe mucho, solo que sí te atrapan, te vuelven uno de ellos. La única forma de vencerlos, que yo conozco, es destruir sus máscaras.

Todos estaban sorprendidos, habían escuchado y visto por lo menos una vez un ser similar, pero no los conocían.

Aquellos seres los llenaron de miedo, no entendían por qué los atacaron.

Mientras conversaban sobre que debían hacer, Yuki dirigió su atención hacia una mesa fuera de una casa, ahí se encontraba una botella de agua.

Fue hacia ella con una sensación de sed muy fuerte. La tomó para abrirla, y procedió a beberla, intentó evitar qué sus labios no la toquen.

-¡Oye!, no sabes quién lo bebió -Gritó Rehing para evitar que siga tomándose él agua.

-Tengo tanta sed que no me importa -Exclamó Yuki algo molesto antes de seguir bebiendo para responderle algo revitalizado a Rehing.

Se notaba la molestia del pelo castaño, sin embargo, también tenía sed, por lo que, procedió a beber un poco.

Samantha también quería, sin embargo, deseaba tener su propia botella, se notaba deseosa.

Su atención se posó en una máquina dispensadora, en la cual, había más botellas de agua.

-¿Quién me puede prestar algo de dinero? - Dijo viendo a todos.

Quería dinero debido a que su billetera fue destruida por Kira en la casa de playa.

Todos buscaron en sus bolsillos y vieron que no tenían ninguna moneda.

Maya le dijo que trajo su tarjeta de crédito, pero no serviría en esta ocasión, ya qué era una tarjeta naranja, esas no funcionaban con este tipo de dispensadores.

-Ah, ¿Qué les parece?, yo tengo dinero - Yuri encontró una moneda de cinco Lunas.

Samantha le pidió que se la de, Sin embargo, él la guardó y se negó a darle dinero.

Todos se quedaron en silencio, Samantha le suplicaba que le de la moneda, tenía tanta sed que le prometió hacerle sus deberes por un mes, pero, esto no le importaba a Yuri.

-Lo siento, pero le prestaría a Kiro, a Maya, incluso a mi tío Bob si estuviera aquí, pero... no lo haré, porque te vi engañando a Jeff con Justin.

Todos se quedaron viendo a ambos, ninguno lo creía, sus miradas eran de decepción ante la noticia que recibieron.

Samantha quedó helada ante la declaración de Yuri, no lo podía creer, pensaba que habían estado solos en la habitación.

-¡No es lo que crees! Él me dijo que quería practicar para una obra de teatro y solo lo estaba ayudando -Se acercaba a Yuri para convencerlo de lo contrario, pero él se alejaba con una mirada de asco.

Era verdad que le era infiel a Jeff, pero no quería que se enterara, no quería que le arrebate los regalos y las llaves de su casa.

Vio como Maya y los demás la miraban algo disgustados.

-Créanme, solo tengo ojos para Jeff -Replicó muy preocupada-

¡Justin, diles! -Dirigió su atención hacia Justin.

Ante el llamado de Samantha, Justin se quedó en silencio y bajó la mirada.

Era muy claro que no podía negarlo, incluso se ruborizaba con solo recordar lo que pasó en la habitación.

-Gracias por confirmar lo que vi, además, lo tengo todo grabado -Dijo Yuri con una mirada seria.

Sacó su celular y lo guardó antes de qué Samantha se lo quitara.

-Hmm creo que esta noticia vale mucho - Susurró Yuki muy contento.

De pronto, abrió los ojos ante una extraña sensación de alguien tomándolo de las piernas.

En ese instante, salió volando por los aires hacia él techo de una casa.

Fuera tan rápido qué, sus ojos sólo tardaron unos segundos en cambiar de lugar, de ver a Justin y los otros, a ver unos ojos tan afilados, que parecían ser de alguna serpiente.

Emanaban un aura demoníaca qué lo hacía temblar, ambos ojos eran mitad amarillo y morado con una luna en medio cómo pupila.

-Hahahaha, me pareces tierno colgado así -Tocó la nariz del chico. Dijo la chica rubia.

-¡Ahhh!, ¡Déjame ir! -Yuki empezó a dar golpes al aire intentando tocar a la joven de ojos místicos.

Aquella chica solo inclinó su cabeza con duda.

-Cómo quieras - Le sonrió y lo elevó cincuenta metros más antes de estrellarlo con fuerza contra una casa cómo un veloz látigo.

El sonido retumbó en todo el lugar, cómo un charco de algún líquido espeso desparramado por todos lados, y escombros cayendo.

Todos se quedaron atónitos ante lo ocurrido.

Maya se acercó un poco a la casa en la que la misteriosa chica estaba parada.

-¡¿Quién eres tú?! -Estaba furiosa.

La chica misteriosa puso sus dedos en su boca y jugó un poco con su cabello mientras se reía y susurraba palabras extrañas.

-¿Quién soy? ¡¿Quién soy?! ¡¿Quién soy, Quién soy?! ¡¿Quién soy?!

¡¿Quién soy?! ¡¿Quién soy?! ¡¿Quién soy?!

» ¡Tengo tantos nombres que no los recuerdo! En mi tierra, bueno, en las otras tierras me conocen como él mal encarnado, pero me pueden llamar Pesadilla, la Inquisidora de las pesadillas.

Ante la pregunta de Maya, empezó a sujetarse la cabeza y a moverse de forma maníaca.

-¿Pe-Pesadilla? -Yuri estaba asustado.

-Dime, ¡¿Qué haces aquí?!, ¡¿Qué quieres de nosotros?! -Gritó Maya con un brillo místico en su ojo izquierdo.

No entendían el qué quería hacerles.

En ese momento, una sensación siniestra los hizo ver cómo se preparaba para atacarlos.

Un destello blanco los obligó a ver cómo sus ojos se volvieron amarillos.

-¿En serio?, ¿Todavía lo preguntas? Solo quiero que me den él libro - Levantó y estiró su brazo izquierdo, que parecía ser de un oso negro.

-¿Libro?, hablas del libro de hechizos perdidos, ¿Verdad? -Exclamó Rehing confundido.

Ante sus dudas, ella solo asintió.

-¡Lamento ser yo quien te lo diga, pero...llegaste tarde! -Gritó Justin tras poner sus manos alrededor de su boca.

-¿A qué te refieres? - Inclinó la cabeza al estar confundida.

-Nos lo robaron, una criatura muy parecida a uno de tus monstruos se lo llevó-Dijo Justin qué puso una mano en su nuca algo nervioso.

La noticia hizo que Pesadilla se empezara a reír. Esto les hizo ver qué estaba enojada.

Maya creó una esfera de luz en su mano, que se transformó en una daga, se preparó para atacar a Pesadilla, pero.

-si no hay el libro, entonces me tengo que ir, solo que antes...-Levantó la mano derecha.

Leshute

Miles de hilos que provenían de todos lados se manifestaron en sus manos, dichos objetos atravesaban los edificios como si estuvieran atados en algo.

Cuando Pesadilla cerró la mano, los hilos desaparecieron y unos tétricos gritos de gente sufriendo se escucharon por todos lados.

Maya usó su clarividencia para ver al otro lado de las paredes quedando horrorizada. Se notaba asco y repulsión en su rostro.

Querían saber lo que pasaba, pero ella les dijo a todos que por su salud mental, no supieran, sin embargo, vieron como una puerta se abrió dejando salir a un joven.

Aquel muchacho tenía los ojos como pesadilla, pero estaba cubierto por una sustancia negra, que lo consumió hasta deformar su cuerpo.

La criatura oscura se puso de pie para rugir antes de ir contra los chicos, pero, las sirenas de policía sonaron por todo el lugar, esto preocupó a todos.

Pesadilla reía antes de hacer que su criatura explote sin razón, y se fue transformada en un cuervo.

Su risa se escuchaba mientras se alejaba dejando a los chicos sin entender que pasaba.

Miles de patrullas los rodearon. Maya abrazó a Kiro por la espalda antes de usar Geo Traslado para llevársela de ahí.

Mientras tanto, los demás se quedaron para levantar las manos cuando les apuntaron con pistolas.

Esto le permitió a Samantha ver como Yuri tenía su celular en la mano, con solo mirarlo, lo hizo destruirse.

Yuri lo soltó al ver que su celular comenzaba a botar chispas.

Fin del capítulo 3...

                         

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