Capítulo 3 El PRIMER DÍA

Estaba tan sumida en mis pensamientos y no me percataba de que mi cuerpo necesitaba ir al baño rápidamente de un brinco me levanté de la cama.

Sentí el frío del día, con más ímpetu corrí para llegar al baño me di cuenta que era un baño seco pero olía muy rico, orine casi por 10 minutos o al menos eso sentí, al terminar escuché como alguien tocó la puerta de la habitación, como solo había trapos y agua tomé uno lo mojé y me seque con el trapo húmedo con agua fría, mientras secaba mi vagina se me escapó un pequeño grito, al terminar sentí como se abría de pronto la puerta del baño, era la muchacha menor con cara de preocupación por mi grito.

Cuando supuso que pasó se echó a reír y me señaló que si habría una llave salía agua caliente de una tubería que provenía del lado de la chimenea supuse que era un contenedor de agua caliente que al tener la chimenea encendida esta se conservaba casi, si no hirviendo, ya estaba la muchacha ahí abrió la llave de la bañera y la estaba llenado con agua caliente y helada, me quitó el vestido y me metió señalo que me metiera a la tina con ella, la verdad no la pensé mucho , deseaba mucho ducharme, de repente tomó un jabón en barra , comenzó a frotar mi cabello con el , olía delicioso como a cítrico, entre naranja y limón podía ver trozos de avena en mis brazos cuando lo frotaba , nunca nadie me había bañado así de grande ,pero era muy delicioso el agua tibia ese exquisito aroma de jabón, estaba tan sumergida en lo delicioso del momento, que me olvide que ella estaba ahí, hasta que sentí una miraba muy penetrante abrí los ojos, ella se me quedaba viendo a mis pechos , comparaba nuestros color de piel, como que tenía muchas dudas ella, así como yo lastimaba que no podíamos entendernos, no sabía que pensaba pero me dio pena y me cubrí con mí mismo cuerpo, ella como que noto la pena en mi cara, me mostró los de ella eran preciosos su color de piel era tan brillante tan oscuro como la noche sus pechos eran tan firmes que cuando menos pensé ya los estaba tocando, me di cuenta que no solo se veían firmes estaban duros como un músculo, ella tocó los míos pero los míos eran grandes y un pocos caídos por la gravedad se veían blancos, más blancos que todo mi cuerpo, al compararlos más ya que el color de su piel era oscuro, de echo con no era tan blanca como se veía en ese momento, ella estaba asombrada comenzó a comparar con los suyos y comenzó a reír haciendo énfasis que sus pechos eran pequeños y los míos grandes, la verdad que fue un momento raro, pero no se porque lo tomé con tanta naturalidad, después del baño nos vestimos y salimos a la sala, ahí estaba la señora de la noche anterior y me regalo una sonrisa de oreja a oreja me llevó a la cocina me dio una taza con café hirviendo, el cual agradecí demasiado, mientras tostaba un pan, en el comal de la estufa de leña , saco unos huevos duros de una olla, de la misma estufa, le colocaba al pan tostado mantequilla y me dejos los huevos duros a un lado del pan con mantequilla, me acercó a la mesa y colocó el plato ahí, me senté le di un sorbo al café y estaba delicioso ni tan dulce ni tan amargo. Pero lo suficientemente de ambos tenía un toque de canela que le iba perfecto, a mí en lo personal siempre me han gustado mucho los huevos hervidos, traté de desayunar los más rápido posible me percaté que ya se había levantado la mesa principal, y solo yo faltaba de desayunar me desperté un poco tarde pero realmente no sabía qué hora era.

De pronto se escuchó que tocaron una campana, al mismo tiempos que llegaron como carretas jaladas por caballos, y salieron personas de todos lados de la casa a recibir a alguien , yo no supe qué hacer pero me hicieron saber que terminara de comer, yo me quedé sentada sintiéndome algo inútil e incomoda, esperando ah que regresaran.

                         

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