Impredecible
img img Impredecible img Capítulo 5 Cinco
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Capítulo 6 Seis img
Capítulo 7 Siete img
Capítulo 8 Ocho img
Capítulo 9 Nueve. img
Capítulo 10 Diez img
Capítulo 11 Once img
Capítulo 12 Doce img
Capítulo 13 Trece img
Capítulo 14 Catorce img
Capítulo 15 Quince img
Capítulo 16 Dieciséis img
Capítulo 17 Diecisiete img
Capítulo 18 Dieciocho img
Capítulo 19 Diecinueve img
Capítulo 20 Veinte img
Capítulo 21 Veintiuno img
Capítulo 22 Veintidós img
Capítulo 23 Veintitrés img
Capítulo 24 Veinticuatro img
Capítulo 25 Veinticinco img
Capítulo 26 Veintiséis img
Capítulo 27 Veintisiete img
Capítulo 28 Veintiocho img
Capítulo 29 Veintinueve img
Capítulo 30 Treinta img
Capítulo 31 Treinta y uno img
Capítulo 32 Treinta y dos img
Capítulo 33 Treinta y tres img
Capítulo 34 Treinta y cuatro img
Capítulo 35 Treinta y cinco img
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Capítulo 5 Cinco

Lentamente llevé el sándwich a mi boca y le di el último mordisco.

Mi madre veía curiosa la cadena que brillaba sobre mi cuello gracias a la polera de tirantes que llevaba. Pensaba ponerme la camisa por encima y abotonarla en cuanto terminara de desayunar y en cuanto terminé mi jugo, me puse mi camisa gris a cuadros con un tono gris más claro.

Mi cabello estaba en un moño alto y cuando me abotoné la camisa la cadena desapareció dentro.

Una vez lista tomé mi mochila del suelo junto a la silla y le di la vuelta al comedor para besar su mejilla y salir de la casa con todo lo que necesitaba para el día.

Con pasos lentos recorrí el camino de la entrada y continué por la acera respirando el aire de la mañana, aunque ya lo había hecho en el árbol mientras miraba el amanecer, pero me agradaba hacerlo cada que podía. El silencio de las calles ya que no todos estaban despiertos y los pocos rayos de sol que a penas se asomaban.

Pero ese día en particular había algo diferente, un auto siguiéndome.

Detuve mis pasos y me di la vuelta.

Él auto avanzó hasta detenerse junto a mi y la ventanilla descendió dejándome ver a Anakin.

-Sube -ordenó.

Su tono no dejó espacio para réplicas, así que me acerqué al auto y abrí la puerta para poder entrar.

Al hacerlo me coloqué el cinturón de seguridad y él de inmediato puso el auto en marcha.

-Buenos días -saludó mirando hacia mi antes de volver su vista al frente.

Quise saludar, pero las palabras se quedaron atascadas en mi garganta.

El camino a la universidad fue corto en auto y él no se molestó en entablar una conversación, ya que hablar conmigo era como hablar solo, por lo que agradecí el silencio.

En cuanto llegamos retiré el cinturón y cuando se estacionó descendí del auto y comencé mi camino hacia el edificio en un intento de escapar, pero era evidente que ese no era el plan que tenían en mente.

Pues Anakin había estacionado justo en medio de los autos de sus amigos.

Jayden se acercó a mi con una sonrisa moja-bragas que me hizo temblar por dentro y se acercó para dejar un suave beso en mi mejilla que calentó toda mi piel.

¡Jesús!

-Buenos días, belleza -saludó con una sonrisa mostrando sus perfectos dientes blancos.

Sus labios eran tan llamativos junto con esa piel canela que brillaba bajo los tenues rayos del sol.

El siguiente en acercarse fue Maverick y lejos de decir algo solo tendió una rosa en mi dirección y al tenerla entre mis dedos me di cuenta de que estaba hecha de papel.

Mis ojos se centraron en los suyos y él asintió sabiendo que le agradecía con esa simple acción.

West fue el último y me repasó lentamente como anoche en mi habitación y lo vi fruncir el ceño al notar que mi cuello estaba cubierto.

Invadiendo totalmente mi espacio personal se acercó y llevó sus dedos hacia los botones de mi camisa quitando un par de ellos para mostrar la cadena que llevaba.

Debí quitármela, pero algo me dijo que la conservara y debía admitirlo, me gustaba tener cosas que me identificaban en mi cuello.

-Tus labios son tan atrayentes -susurró elevando su mano para mover su pulgar sobre mi labio y sin pensarlo le lancé un manotazo que lo hizo reír.

Se alejó un par de pasos dejándome en medio de ellos y sosteniendo con algo de fuerza la flor comencé a caminar hacia el edifico y los sentí caminando detrás de mí, siguiéndome o tal vez acechándome para intentar ponerme nerviosa.

Y lo estaban haciendo, solo que yo no se los dejaría saber.

Al llegar a mi casillero tomé el libro que mantenía ahí para las clases de los viernes ya que pesaba mucho y sin muchos preámbulos lo tomé y metí la flor antes de cerrarlo.

Podía sentirlos alrededor de mi y me cuestioné ¿Qué esperaban de mí?

-Dios ¿realmente no dices más de una oración? -yo levanté mis ojos hacia Jayden y entreabrí mis labios intentar decir algo, pero luego sacudí la cabeza.

¿Cómo explicaba que ya estaba acostumbrada a esto?

Ni siquiera sabía por qué lo hacía, solo una vez estuve lo suficientemente eufórica como para olvidarme de mis restricciones y hablar y gritar hasta que me quedé sin voz.

Y habían pasado años desde aquel día.

Desde entonces nadie se había llevado nada de mí.

Ni siquiera podía recordar cuando fue la última vez que abracé a alguien, que besé a alguien o que si quiera le dije con palabras lo que sentía a alguien.

Mucho menos nadie se ha llevado mi furia desde entonces.

Sin contestar a su pregunta me moví a través de ellos y caminé hacia mi clase, pero esta vez ninguno me siguió.

Y supe que se rendirían más rápido de lo que creía, pronto verían que haberme elegido fue una pésima idea.

↱ ↲

Tres años atrás...

Podía sentir la emoción vibrar por todas las malditas paredes del lugar. La preparatoria era un caos ese día en particular y todo porque Anakin aún no había elegido a su acompañante para el treinta de octubre y eso solo significaba que las chicas de la secundaria podrían motivarse y postularse.

Él ya estaba en la universidad con tan solo diecisiete años, todo porque había terminado a los dieciséis por sus excelentes capacidades. Gracias a eso había hecho amigos como West y Maverick, más grandes que él por dos años, pero igual compartían clases.

Por ello era el único que ese día podría elegir a una chica de la preparatoria, después de todo aun era menor de edad igual que todas nosotras.

Me vi tentada a postularme cuando se sentó en la mesa del centro con sus piernas sobre la silla de metal, pero al recordar mi rostro inexpresivo la mayoría del tiempo y mis pocas habilidades para entablar una conversación, entendí que no era la más apta para tal cosa.

Pero lo quería, jodidamente quería levantarme y ofrecerme como su tributo o su sacrificio para el treinta y uno si así lo quería, porque él me gustaba, realmente lo hacía. Con su cabello lacio y todo negro, aquella cicatriz en su ceja derecha que lo hacía parecer más rudo y mayor de lo que realmente era.

Un suspiro pesado escapó de mis labios y en vez de levantarme como muchas otras chicas estaban haciendo, solo me quedé ahí observando el espectáculo y perdiendo la única oportunidad que había podido tener.

↱ ↲

Presente...

Mis pies me llevaron hasta la cafetería para poder adquirir, aunque fuese una manzana. Ese día en particular no me molesté en acelerar mi paso, pues no tenía tantas ganas de estar en el radar de todos.

Aparentemente nadie sabía que los cuatro se quedarían conmigo, pues lo único que se escuchaba era que West me había elegido y que se le adelantó a Jayden y por eso cancelaron la postulación para resolver la discordia entre los dos amigos.

Sí, no tenía muchos compañeros, pero era buena escuchando susurros.

Que lejos de la realidad estaban, si supieran que todos estaban lanzándose hacia mí para intentar obtener un pedazo y debía admitirlo, no me quejaba, aunque sabía que eso no duraría tanto tiempo.

Con mis ojos moviéndose por todo el lugar fui hasta la mesa que ocupé el día anterior y la cual aun permanecía vacía para sentarme ahí y comenzar a comer mi manzana y uvas que había conseguido.

Las miradas no paraban, los susurros eran incontrolables y sabía que muchos comentarios no tan bonitos se esparcían por el lugar recalcando que probablemente no estaba a la altura ¿pero acaso importaba? Ni siquiera yo sabía lo que habían visto para que me metieran en esta situación dándole vueltas a todo mi mundo, pero lo que si sabía era que la opinión destructiva de los demás me importaba muy poco.

No pasó mucho tiempo cuando la cabellera rubia de Liana se movió de un lado a otro mientras se sentaba frente a mi analizándome.

-Vaya, no creí que fuese enserio -ella miró la cadena que brillaba en mi cuello con los diamantes titilando y negó lentamente -¿en qué quedaron? ¿Te quedaste con West o con Jayden? Para saber cual estará disponible.

Yo guardé silencio, pues los chicos detrás de ella respondieron, aunque igual de mi boca no saldría una sola palabra.

-Ya eligieron -declaró Jayden sentándose junto a ella -así que no hay vacante, pero tranquila, el próximo año.

Liana resopló suavemente, pero no hizo el amago de levantarse.

Yo continué comiendo mis uvas mientras los veía llenar la mesa.

Y cabíamos perfectamente, pues la mesa en la que estaba era para seis.

-¿Puedes irte? Tenemos cosas de las que hablar -pidió West y el color rojo se esparció por las mejillas de Liana antes de levantarse y buscar otro lugar.

-Que amigas te gastas -Jayden bufó suavemente y sabía por qué lo decía.

Todos sabíamos que Liana hablaba de todo el mundo, así como profesaba ser amiga de todos.

Pero yo no tenía la fuerza suficiente para gastar palabras en ella diciéndole que no molestara, además, me mantenía al tanto de las acciones de los cuatro chicos alrededor de mi en la mesa, sin siquiera tener que pedírselo.

Negué dejando en claro que ella no era mi amiga, pero probablemente ninguno entendió.

Tener personas a mi alrededor me agotaba por ese hecho. Comunicarme no era mi fuerte.

Los minutos pasaron y ellos me observaron en todo momento mientras comía mis frutas, hasta que terminé y no quedó nada que pudiese hacer, solo mirarlos de vuelta.

-¿Enserio esto siempre será así? -cuestionó en un susurro Jayden y yo me encogí de hombros.

-Quiere que nos rindamos -susurró West y quise refutarlo, pero solo pasé saliva.

-No -contestó Anakin observándome profundamente haciendo mi cuerpo temblar -quiere que no lo hagamos.

Y el que lo entendiera hizo que una suave sonrisa estirara de la esquina derecha de mi boca.

Ni siquiera fue completa, tan solo un esbozo, pero eso le bastó a él para sonreírme de vuelta.

                         

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