El corazón de Jane se encogió. Alzó la mano y abofeteó a Claire.
"¡Lo siento, no fue mi intención! No te vi", gimió Claire, sosteniendo la cara mientras caía, con lágrimas en sus ojos lastimosos.
"¡Jane, ya basta!". Nathan se apresuró a ayudar a Claire a levantarse. "Dejaste caer la horquilla. ¿Por qué desquitarte con ella?".
"Chocó contra mí a propósito. Una bofetada no me basta". Pensando en las cenizas de sus padres, Jane levantó la mano y abofeteó a Claire de nuevo.
Cuando alzaba la mano por tercera vez, Nathan agarró su muñeca.
La empujó hacia atrás, su voz helada. "Jane, conoce tus límites".
La parte baja de su espalda golpeó el borde afilado de una silla, y ella hizo una mueca de dolor.
Claire se aferró al brazo de Nathan, haciendo un puchero: "Nathan, es natural que no ella no me quiera. No pelees con ella por mi culpa".
"No te preocupes, eres mi mujer". Nathan consoló a Claire con suavidad, luego hizo una señal a sus guardaespaldas para que sujetaran a Jane. "Dos bofetadas, Claire. Devuélveselas".
La sala de subastas estaba llena de personalidades prominentes, que ahora susurraban mientras observaban la escena.
"¿El señor Cross está humillando a su esposa, dejando que su amante la golpee?".
"Un león en el borro es solo un gato. Si la familia Rivers todavía fuera poderosa, Jane no sería tratada así".
Los ojos de Claire brillaron con arrogancia.
Se adelantó y le dio dos bofetadas, dejando las mejillas de Jane ardientes.
La humillación y la vergüenza inundaron a Jane, con sus uñas clavándose en sus palmas.
"Cariño, desquita tu ira conmigo la próxima vez, no con Claire", dijo Nathan.
"¿Y si quiero atacarla?". Jane sostuvo su mirada, con su espalda recta. "Esa horquilla era la única de mi madre. ¡Preferiría tomar la vida de Claire para pagarla!".
El rostro de Nathan se volvió más frío, su voz cargada de peligro. "¿Te he consentido demasiado, dejándote hablar así? Parece que necesito darte una lección".
Ordenó a sus guardaespaldas que la llevaran a una villa asilada en las afueras.
Jane conocía este lugar. Debajo de la villa había un sótano lleno de serpientes, su peor miedo.
Una vez, había usado este lugar para castigar a los matones que la atacaron.
Ahora, la arrojó adentro.
En el sótano oscuro sin ventanas, la pesada puerta se cerró de golpe. La voz de Nathan llegó desde afuera: "Cariño, reflexiona ahí esta noche. Te dejaré salir mañana".
En la luz menguante, Jane vio innumerables serpientes deslizándose por las paredes.
Su cuerpo tembló, el terror surgiendo desde sus pies hasta su cuero cabelludo.
Las serpientes eran su mayor miedo.
Los pasos de Nathan se desvanecieron afuera.
En la oscuridad, el siseo de las serpientes se hizo más fuerte.
Cuando una sensación fría y viscosa rozó su pierna, gritó incontrolablemente.
Al día siguiente, cuando Nathan la liberó, la mente de Jane estaba hecha trizas, la sensación de estar enroscada aún persistía.
Cuando él intentó tocarla, ella retrocedió instintivamente.
Al verla aterrorizada y desaliñada, Nathan mostró una rara muestra de compasión. "¿Sabes cuál fue tu error?".
"¿Error?". La voz de Jane estaba aturdida, sus ojos rojos y desafiantes asomando entre su cabello enmarañado. Una sonrisa pálida y amarga cruzó sus labios. "Por supuesto que cometí un error. Nathan, ¡debería haber muerto con mis padres en lugar de estar contigo!".
Anoche, su único ancla fue la determinación de escapar de él y vengar a sus padres.
"Cariño, tú...". El corazón de Nathan se estremeció de dolor, pero no dijo nada más y la llevó de vuelta a la villa.
Claire emergió de lo que solía ser el dormitorio principal de Jane.
Se frotó el estómago, mirando a Jane con aire presumido: "Nathan dijo que esta habitación es espaciosa, perfecta para que descanse por el bebé, así que me mudé. ¿No te importa, verdad?".
Jane intentó pasar junto a ella, pero Claire agarró su brazo y susurró en su oído: "Ah, por cierto, un pequeño secreto. Yo fui quien le dio a Nathan la idea de arruinar a tu familia. Y el día que tus padres saltaron y les hice la llamada final, amenazándolos con tu vida".
"¿Qué dijiste?". Jane miró fijamente a Claire, la furia brotando dentro de ella.
¡Claire también era responsable de la muerte de sus padres, y Nathan aún la protegía!
Jane alzó la mano, pero antes de que cayera, Claire soltó un grito, sujetándose el estómago y tambaleándose hacia la escalera de caracol.
Cayó rodando por los escalones.
Nathan, preparando comida para Jane en la cocina, salió corriendo y vio la escena.
Agarró a Claire en sus brazos, luego miró a Jane parada en las escaleras, su rostro lleno de odio. Lo entendió al instante.
El rostro de Claire estaba pálido, su voz débil. "Nathan, no sé qué hice para molestarla. Me duele mucho el vientre. ¿Estará bien nuestro bebé?".
"No te preocupes, te llevaré al hospital ahora mismo". El pánico se reflejó en los ojos de Nathan mientras la levantaba en brazos.
Antes de irse, le lanzó a Jane una mirada, sus ojos oscuros con amenaza. "Más te vale rezar para que Claire esté bien".