El precio del engaño
img img El precio del engaño img Capítulo 4 Conociendo la Casa y las Rutinas de Renata
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Capítulo 6 La Propuesta de Renata img
Capítulo 7 La Tentación del Dinero img
Capítulo 8 El Dilema Moral de Alicia img
Capítulo 9 El Acercamiento img
Capítulo 10 La Conversación Sincera img
Capítulo 11 Los Celos de Renata img
Capítulo 12 Nuevas Instrucciones img
Capítulo 13 La Prueba de Renata img
Capítulo 14 La Duda Interior img
Capítulo 15 Un Interés Confuso img
Capítulo 16 La Voz de la Ira img
Capítulo 17 El Conflicto Interior img
Capítulo 18 Un Paso Inesperado img
Capítulo 19 El Juego de Renata img
Capítulo 20 El Interés de Maximiliano img
Capítulo 21 La Confusión de Alicia img
Capítulo 22 Entre lo que siente y lo que debe hacer img
Capítulo 23 Apariencias img
Capítulo 24 La Prisa de Renata img
Capítulo 25 La Confesión de Maximiliano img
Capítulo 26 El Conflicto de Alicia img
Capítulo 27 Renata sospecha img
Capítulo 28 La culpa de Alicia img
Capítulo 29 El momento inesperado img
Capítulo 30 La sospecha de Maximiliano img
Capítulo 31 La jugada de Renata img
Capítulo 32 Una oportunidad para apoyarse img
Capítulo 33 El accidente falso img
Capítulo 34 La ironía del karma img
Capítulo 35 El peso de la responsabilidad img
Capítulo 36 La verdad oculta img
Capítulo 37 La batalla interna img
Capítulo 38 Entre el deber y el deseo img
Capítulo 39 La desesperación de Renata img
Capítulo 40 La verdad entre ellos img
Capítulo 41 La caída de Renata img
Capítulo 42 Decisiones difíciles img
Capítulo 43 El dilema de Alicia img
Capítulo 44 El control perdido img
Capítulo 45 El desahogo de Alicia y Maximiliano img
Capítulo 46 Todo lo que había construido img
Capítulo 47 La confesión img
Capítulo 48 La confrontación img
Capítulo 49 La verdad desnuda img
Capítulo 50 El peso de la culpa img
Capítulo 51 El precio de la mentira img
Capítulo 52 El peso de una decisión img
Capítulo 53 El futuro por decidir img
Capítulo 54 El poder perdido img
Capítulo 55 La decisión final img
Capítulo 56 Enfrentar las sombras img
Capítulo 57 La soledad de la caída img
Capítulo 58 Decisiones de un nuevo comienzo img
Capítulo 59 El camino hacia la reconciliación img
Capítulo 60 La caída del poder img
Capítulo 61 El peso de las expectativas img
Capítulo 62 La última jugada img
Capítulo 63 Un camino hacia la confianza img
Capítulo 64 Enfrentando los Demonios del Pasado img
Capítulo 65 El Último Intento de Renata img
Capítulo 66 La Verdad de los Sentimientos img
Capítulo 67 La Familia de Maximiliano img
Capítulo 68 Renata Sabotea la Relación img
Capítulo 69 Alicia Toma una Decisión Trascendental img
Capítulo 70 Renata se enfrenta a la triste realidad img
Capítulo 71 Maximiliano se reconcilia con su pasado img
Capítulo 72 Alicia y Maximiliano comienzan a planificar juntos img
Capítulo 73 Renata lucha con su identidad img
Capítulo 74 Alicia y Maximiliano finalmente logran la paz en su relación img
Capítulo 75 El proceso de sanación comienza img
Capítulo 76 La relación de Alicia y Maximiliano se fortalece img
Capítulo 77 Renata se enfrenta a un juicio final de su vida img
Capítulo 78 Alicia reflexiona sobre su viaje y cómo ha cambiado img
Capítulo 79 Maximiliano encuentra su lugar en la vida img
Capítulo 80 Renata tiene un momento de reflexión y arrepentimiento img
Capítulo 81 Alicia y Maximiliano toman decisiones importantes img
Capítulo 82 Renata enfrenta un giro irónico en su vida. img
Capítulo 83 La última jugada de Renata img
Capítulo 84 La verdad entre Alicia y Maximiliano img
Capítulo 85 Renata en busca de redención img
Capítulo 86 El juicio de Renata img
Capítulo 87 Un futuro juntos para Alicia y Maximiliano img
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Capítulo 4 Conociendo la Casa y las Rutinas de Renata

Alicia comenzó su segundo día en la casa de Maximiliano con una sensación de incertidumbre. El primer encuentro con Renata había sido tenso, pero algo en su actitud había cambiado, aunque apenas fuera. Había un pequeño paso de apertura, aunque minúsculo, y eso le dio esperanza. A pesar de las provocaciones de Renata, Alicia sabía que su objetivo era claro: ayudarla, comprenderla y, con suerte, ganarse su confianza. Pero en el fondo, sabía que no iba a ser un proceso fácil.

Renata estaba en su silla de ruedas, como siempre, cuando Alicia entró a la habitación. Ella parecía más tranquila esa mañana, aunque no era fácil leerla. Había algo en su mirada que indicaba que quizás se estaba acostumbrando a la presencia de Alicia. O tal vez no. Solo el tiempo lo diría.

- Buenos días, Renata. -dijo Alicia con una sonrisa, mientras entraba al cuarto.

Renata levantó la mirada, pero no sonrió. Solo la observó durante unos segundos antes de hablar.

- Buenos días. -su voz era suave, casi como si hablara en piloto automático.

Alicia no dijo nada más. Se acercó a la mesa de al lado y comenzó a organizar los medicamentos que Renata debía tomar. Maximiliano había dejado instrucciones claras de que debía seguir al pie de la letra los horarios y las dosis. Mientras se concentraba en eso, Renata se acomodó en su silla y rompió el silencio.

- ¿Sabes? Siempre me ha molestado que la gente crea que por estar en una silla de ruedas soy débil. -dijo, como si no pudiera evitarlo. Su tono no era agresivo, sino más bien cansado-. Nadie entiende lo que es estar atrapada en este cuerpo, sin poder hacer nada por sí misma.

Alicia se detuvo un momento. No era la primera vez que Renata hablaba sobre su condición, pero algo en esta ocasión sonó diferente. La mujer parecía estar abriéndose, aunque no del todo. Alicia no quería interrumpir, así que continuó con su tarea, pero esta vez, en silencio.

- Maximiliano... él no lo entiende. -Renata dijo de repente, su voz cargada de frustración.

Alicia alzó la mirada, sorprendida por la mención de su esposo. Hasta ahora, Maximiliano solo había sido una figura distante en sus conversaciones, pero nunca había dado indicios de que Renata se sintiera tan desconectada de él.

- ¿Qué quieres decir con eso? -preguntó, sin saber si debía seguir indagando o simplemente dejar que Renata hablara.

Renata dio un suspiro, como si finalmente hubiera decidido soltar algo que llevaba tiempo guardado.

- Él es un hombre ocupado, ¿sabes? Siempre está fuera, trabajando. Nunca tiene tiempo para mí. Y cuando está en casa, es como si ni siquiera me viera. Su mundo está lleno de cifras, reuniones, decisiones importantes. Yo... yo soy solo una parte más del fondo, una necesidad más que tiene que cumplir. -Renata miró al frente, pero sus ojos no se enfocaban en nada en particular-. ¿Sabes qué se siente eso, Alicia? Sentir que eres invisible incluso cuando estás frente a la persona que más amas.

Alicia sintió una punzada de tristeza por Renata. Aunque no quería inmiscuirse demasiado en su vida personal, sentía que estaba viendo la otra cara de la moneda. Maximiliano, el CEO exitoso, el hombre que parecía tener todo bajo control, ahora estaba siendo descrito como distante, casi frío. Alicia no podía evitar preguntarse si había algo más detrás de esa fachada de hombre de negocios que Renata había mencionado. Pero, por respeto a su papel de cuidadora, se mantuvo en silencio.

- ¿Tú crees que él no te ve? -preguntó, buscando alguna pista en la respuesta de Renata.

Renata la miró de reojo, como si la estuviera evaluando antes de hablar.

- No lo sé. Pero me siento como una carga para él. Y cuando intento acercarme, cuando quiero hablarle de algo que no tiene que ver con sus negocios, me ignora. Hace unos días le pedí que pasara más tiempo conmigo, que simplemente estuviera aquí, pero me dijo que tenía que trabajar. Siempre tiene una excusa.

Alicia tragó saliva, comprendiendo que la situación no era tan simple como parecía. Lo que Renata describía no era solo una falta de atención, sino una desconexión profunda en su relación. Eso la hacía sentir aún más atrapada, más sola.

- Quizás él no sabe cómo tratar la situación. No todos están preparados para enfrentarse a algo así, ¿no? -comentó Alicia, con tono suave, mientras trataba de encontrar una manera de abordar el tema sin meterse demasiado en su vida personal.

Renata se quedó en silencio por un momento, como si estuviera procesando sus palabras. Luego, con un tono menos cortante, habló nuevamente.

- Quizás... pero eso no cambia que me sienta sola. Él tiene todo el tiempo del mundo para su trabajo, pero no tiene ni un minuto para hablar conmigo.

Alicia no sabía cómo responder. Aunque comprendía la frustración de Renata, sabía que no podía involucrarse más allá de su rol como cuidadora. No estaba allí para tomar partido en sus problemas de pareja, pero la relación entre Renata y Maximiliano claramente no era tan idílica como muchos pensarían al verlos desde afuera.

La conversación se desvió cuando Renata mencionó que era hora de su desayuno. Alicia se levantó y fue a preparar lo que había planeado para ella. Mientras lo hacía, Renata siguió hablando, pero esta vez de manera más ligera.

- Bueno, por lo menos tú estás aquí. -comentó con un suspiro-. Es algo. No sé si podré acostumbrarme a ti, pero ya veremos cómo van las cosas.

Alicia sonrió ligeramente. Sabía que era un paso pequeño, pero un paso al fin y al cabo. Renata no la había rechazado por completo. No la veía como una simple extraña, y eso, en algún nivel, era un comienzo.

Después de que Renata terminó de desayunar, Alicia se encargó de sus medicamentos y la ayudó con algunos movimientos para hacerla sentir más cómoda. Durante la mañana, las interacciones fueron sencillas, pero Alicia notó que Renata era más habladora de lo que había supuesto al principio. A pesar de las provocaciones y de la actitud distante, había momentos en que Renata parecía relajarse, como si simplemente necesitara a alguien para escucharla.

Sin embargo, Alicia no dejó de pensar en las palabras de Renata sobre Maximiliano. La imagen que Renata pintaba de él era de un hombre frío, distante, absorbido por su propio mundo. Ella no sabía si Maximiliano estaba al tanto de lo que su esposa sentía, pero algo en su corazón le decía que él no era tan ajeno a todo eso como parecía. Quizás, pensó Alicia, él también estaba atrapado en su propio laberinto de responsabilidades y expectativas.

En el transcurso del día, Renata no volvió a hablar de Maximiliano, pero Alicia no pudo evitar preguntarse qué tipo de relación tenían. La dinámica entre ellos no era lo que había imaginado. De hecho, parecía mucho más complicada.

A medida que avanzaba el día, Alicia se dio cuenta de algo importante: el trabajo no sería solo una cuestión de cuidar a Renata físicamente. Sería también un desafío emocional. Renata necesitaba mucho más que cuidados; necesitaba comprensión, y quizás, solo quizás, alguien que estuviera dispuesta a escucharla y, de alguna forma, apoyarla.

Pero mientras Renata se mantenía distante, Maximiliano, el hombre a quien ella debía cuidar, estaba tan ausente como siempre.

            
            

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