Capítulo 7 Te llevaré a casa

En ese momento, Wayne le dio a Julia una buena bofetada. Ciertamente, siempre había sido paciente y amable con las mujeres, pero con alguien como Julia, que no apreciaba lo que era mejor para ella, simplemente merecía aquel castigo.

"Si te comportas y me obedeces, te trataré bien, pero si no...", dijo Wayne burlonamente mientras caminaba.

Una bofetada había sido suficiente para poner a Julia en su lugar. Y ella no era estúpida, pues sabía que se encontraba claramente en desventaja. Así que decidió dejar de comportarse tan descaradamente, pues eso sería una tontería.

Así que Julia frunció ligeramente el ceño, pero lo pensó por un momento y suavizó su tono, tratando de negociar con Wayne nuevamente. "¿Qué tal esto? Si eres bueno y me dejas ir hoy, te lo recompensaré. ¿Cuánto quieres? Dime cuál es el precio y haré todo lo posible para compensarlo".

La gente ya se había aglomerado al rededor suyo, con sus miradas llenas de curiosidad mientras miraban a la pareja peleando. Y aunque Julia no estaba muy a la vista, temía que la reconocieran, pues realmente no tenía la intención de provocar algún problema innecesario.

Pensó que Wayne tomaría en cuenta su oferta, ya que se lo había pedido sinceramente, pero el hombre no vaciló.

Entonces miró a Julia directamente a los ojos, y ella pudo notar que estaban llenos de lujuria. "Tengo mucho dinero, tengo bastante después de tanto entretener a esas ancianas durante los últimos dos años, así que, ahora quiero otra cosa. Y es probar a mujeres hermosas como tú", dijo sonriendo y continuó, "No te preocupes, te trataré bien", agregó.

Julia se puso furiosa y un poco nauseabunda, en parte porque se encontraba un tanto ebria, y que antes de darse cuenta, vomitó sobre Wayne. Entonces sus ojos se abrieron horrorizados al ver que su camisa estaba empapada.

En ese instante Wayne gritó y le tomó la mano con fuerza mientras le reclamaba, "¡Zorra! Lo hiciste a propósito, te daré una lección".

Al decir eso soltó a Julia y levantó la mano para abofetearla de nuevo, mientras tanto, la chica cerró los ojos esperando el impacto en su ya dolorida mejilla, pero aquello nunca pasó.

Cuando abrió los ojos, vio una silueta familiar que se encontraba frente a ella. Casi de inmediato, su nariz se arrugó e hizo un gran esfuerzo para contener las lágrimas de sus ojos.

"¿Quién diablos eres tú? ¡Cómo te atreves a entrometerte en mis asuntos!", espetó Wayne, quien solía merodear por el bar todo el año, y estaba familiarizado con todas las personas influyentes que lo frecuentaban.

Así que generalmente era muy cuidadoso al tratar a dichas personalidades, pues no quería ofenderles y atraer problemas innecesarias. No obstante, Terence no acudía a menudo a ese lugar, por eso Wayne no lo conocía en absoluto.

Y como resultado, su comportamiento arrogante y despreciable afloró.

Wayne miró a Terence con el ceño fruncido. "¡Te aconsejo que te ocupes de tus propios asuntos, o lo pagarás!".

"¿Y qué si me meto?", amenazó Terence, quien no podía entender su propio comportamiento. En realidad se había prometido que no se compadecería de Julia, pero simplemente no había podido contenerse.

"¡Entonces te advierto que no respondo!", devolvió Wayne la amenaza, mientras agitaba el puño hacia Terence, quien lo bloqueó inmediatamente. Todo lo que había hecho era darle un pequeño empujón a Wayne y sin más estaba en el suelo.

Aunque los movimientos parecían lo suficientemente simples para un espectador, Julia sabía que Terence sabía muy bien cómo defenderse, y conocía maniobras de defensa para los que Wayne jamás estaría preparado.

Entonces, Terence le lanzó a Wayne una gélida mirada. "¡Largo de aquí!".

"¿Quién diablos eres tú? ¿Cómo te atreves a meterte en lo que no te importa? ¡Estás buscando serios problemas!", exclamó Wayne, incorporándose y tratando de dejar a un lado a Terence e intentando agarrar a Julia. La chica estaba tan asustada, que se sostuvo tan fuerte como pudo del traje de Terence.

El hombre podía sentir aquellas manos aferradas, así como su corazón que latía violentamente, así que tomó la muñeca de Wayne antes de que pudiera siquiera tocar a Julia. En ese momento se escuchó un crujido y Wayne gritó de dolor.

"¡Detente! ¡Me estás lastimando!", gritó Wayne.

Al escuchar el tumulto, Nelson y un par de sus compañeros salieron corriendo. Caleb notó la fría expresión en el rostro de Terence e inmediatamente sintió un tanto de curiosidad. "¿Qué le pasa a Terence? ¿Está enamorado de esa mujer o qué? Esto no se ve como algo que él haría".

"Tonterías, no sabes de lo que estás hablando", dijo Nelson con el ceño fruncido. Sabía que Terence sentía algo por Julia, a pesar de hablarla groseramente todo el tiempo; no obstante, cuando estaba pasado de copas, lo único que hacía era repetir su nombre.

"¿No la reconoces? Esa es la esposa de Terence", explicó Nelson.

"¡Diablos!", dijo Caleb mientras se daba una palmada en la cabeza, pues entendió de quien se trataba, reconociendo a Julia inmediatamente. Terence y ella llevaban casados varios años, pero rara vez la llevaba consigo cuando iba a fiestas. Por eso Caleb no la había reconocido de inmediato. Entonces mientras subía sus mangas, caminó hacia Wayne y unos segundos después, su puño se impactó justo en el rostro de Wayne. "¿Cómo te atreves a tocar a la mujer de Terence? ¿No aprecias tu vida o qué?", dijo Caleb, tomando a Wayne del cabello para después abofetearlo.

Este último no pronunció ni una sola palabra. A pesar de haberse comportado arrogante y altanero frente a Terrence, nunca se atrevería a decirle nada a Caleb.

"Ca... Caleb, pero ¿qué hice de malo? ¿Por qué estás tan enojado?", Wayne preguntó respetuosamente, pues aún estaba asombrado por la ira de aquél hombre.

No obstante, Caleb tomó el rostro de Wayne y lo giró en dirección hacia Terence mientras le decía, "¡Abre bien los ojos y observa bien este hombre! Él es amigo mío, así que si lo vuelves a ver, te darás la vuelta y caminarás en la dirección opuesta. ¿Entendiste?".

"Sí, ya entendí, no debí haberlos molestado. Por favor, perdonen mi estúpido acto y no se enojen conmigo". Wayne estaba aterrorizado por el temperamento de Caleb, por lo que se golpeó la cara tratando de mostrar su sinceridad.

Hasta ese momento, se dio cuenta de que había ofendido a un hombre importante y tuvo que aceptar las consecuencias de ello.

"¡Lárgate de aquí!", dijo Caleb enfadado. "Si te vuelvo a ver en este bar, te daré la paliza de tu vida".

"Está bien, está bien...", dijo Wayne y huyó sin siquiera levantar la cabeza.

Después de echar a Wayne, Caleb se volvió para mirar a Julia, su mirada con curiosidad vagó hacia el rostro de la chica tratando de reconocerla, sin embargo, Terence la cubrió. En ese momento miró a Caleb y le sonrió, "Caleb, muchas gracias".

"Tú y yo somos como hermanos, no me lo agradezcas", respondió Caleb y sonriendo preguntó a Terence: "¿No me la vas a presentar?".

"¿Presentarte a quién dices?". Nelson se acercó e intervino oportunamente. "Vamos Caleb, habíamos decidido que no volveríamos a casa a menos que estuviéramos borrachos. Así que bebamos pues".

Nelson mandó una mirada a Terence antes de llevarse a Caleb.

El otro recibió la mirada, y después de haber visto cómo se alejaban, se volvió hacia Julia, percatando su ausencia, inmediatamente fue a alcanzarla, la tomó del brazo y le dijo, "Ven conmigo, te llevaré a casa".