Ayer, a pesar de no haber hecho nada más que comprar la ropa de Ian, la pasamos bien en la mansión.
Nos unimos a Erick y Roy, quienes jugaban algún videojuego que no conozco porque si algo no soy es amante de estos. Contrario a lo que creí, me divertí aun siendo un asco. Perdí, por supuesto, pero disfruté viendo a padre e hijo pelear, el primero