Lazos de Sangre
img img Lazos de Sangre img Capítulo 4 Tercer Capítulo
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Capítulo 6 Quinto Capítulo img
Capítulo 7 Sexto Capítulo img
Capítulo 8 Séptimo Capítulo img
Capítulo 9 Octavo Capítulo img
Capítulo 10 Noveno Capítulo img
Capítulo 11 Décimo Capítulo img
Capítulo 12 Onceno Capítulo img
Capítulo 13 Doceavo Capítulo img
Capítulo 14 Decimotercer img
Capítulo 15 Decimocuarto Capítulo img
Capítulo 16 Decimoquinto Capítulo img
Capítulo 17 Decimosexto Capítulo img
Capítulo 18 Decimoséptimo Capítulo img
Capítulo 19 Decimoctavo Capítulo img
Capítulo 20 Decimonoveno Capítulo img
Capítulo 21 Vigésimo Capítulo img
Capítulo 22 Vigésimo Primer Capítulo img
Capítulo 23 Vigésimo Segundo Capítulo img
Capítulo 24 Vigésimo Tercer Capítulo img
Capítulo 25 Vigésimo Cuarto Capítulo img
Capítulo 26 Vigésimo Quinto Capítulo img
Capítulo 27 Vigésimo Sexto Capítulo img
Capítulo 28 Vigésimo Séptimo Capítulo img
Capítulo 29 Vigésimo Octavo Capítulo img
Capítulo 30 Vigésimo Noveno Capítulo img
Capítulo 31 Trigésimo Capítulo img
Capítulo 32 Trigésimo Primer Capítulo img
Capítulo 33 Trigésimo Segundo Capítulo img
Capítulo 34 Trigésimo Tercer Capítulo img
Capítulo 35 Trigésimo Cuarto Capítulo img
Capítulo 36 Trigésimo Quinto Capítulo img
Capítulo 37 Trigésimo Sexto Capítulo img
Capítulo 38 Trigésimo Séptimo Capítulo img
Capítulo 39 Trigésimo Octavo Capítulo img
Capítulo 40 Trigésimo Noveno Capítulo img
Capítulo 41 Cuadragésimo Capítulo img
Capítulo 42 Cuadragésimo Primer Capítulo img
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Capítulo 4 Tercer Capítulo

Marcaban altas horas de la madrugada, la habitación envuelta en tinieblas y una sensación de antelación instalada en la boca de mi estómago. Me moví de un lado a otro, buscando la posición correcta para dormir, pero aún así no lograba quitar esa inquietud que me carcomía. No fui conciente del tiempo, hasta que vi los rayos de luz del amanecer comenzar a reflejarse en las ventanas y comenzar a iluminar la habitación. No me sorprendió no haber podido conciliar el sueño y que después de una noche en vela, no me sintiera agotada.

Era sumamente temprano, me levantaba junto con las aves, así que me tomé mi tiempo en prepararme, tomar un ligero desayuno y encaminarme rumbo al lugar de la citación.

Una hora después, luego de un agotador andar me encontraba en la colosal cede del Consejo Supremo Humano. La entrada de amplias rejas negras se encontraba como era de costumbre altamente vigilada, muestro en la entrada mi tarjeta de identificación como miembro de la misma, en instantes me permitieron ingresar.

El lugar está justo como lo recuerdo de hace un año atrás, absolutamente nada ha cambiado, así que sin necesidad de ser guiada atravieso los largos corredores de aquella edificación fortificada hasta llegar a dos amplias puertas de madera. Respiro hondo llenando mis pulmones de aire y mi cuerpo de valor, entonces las empujó ingresando al interior.

No fue una sorpresa para mi encontrar allí reunidos a los cinco grandes dirigentes de la organización, las personas que estaban detrás del mandato. Para muchos eran personas desconocidas, pero la verdad es que eran como los reyes supremos de toda la humanidad, ellos dirigían desde aquí, Amery, la capital del Nuevo Mundo. Cinco hombres con aspiraciones de ser Dios, dispuestos a dominar y mantener un mundo regido bajo sus órdenes, basados en una paz ciega e injusta que solamente podía tener lugar en sus insanas mentes.

Camino en silencio hasta tomar lugar detrás del pequeño podio de madera, quedando justo en frente de sus rigurosos ojos. Mantengo mi mirada perdida en un punto fijo de la pared, para evitar titubear y delatar mis emociones.

-Señorita Sallow -habló uno de ellos, o al menos el único que hablaba, los demás siempre se mantenían en total y sepulcral silencio -, hoy después de mucho tiempo volvemos a vernos. Creímos que no necesitaríamos nuevamente de sus servicios, pero estábamos equivocados.

-Yo también esperé no ser convocada, pues mis tiempos de servicio acabaron -dije con tono sumamente serio.

-Hemos comprendido que prescindir de usted sería un gran error. Aún es muy joven, así que podemos seguir disponiendo de su ayuda por mucho más tiempo.

-¿Cuál es el motivo de esta reunión? -pregunté no queriendo indagar más en el tema de mi retiro, ya que con pocas palabras me habían confirmado que jamás me dejarían libre.

-Hace poco menos de un mes, se registró la desaparición de una joven estudiante humana de diecisiete años de edad, sus padres la reportaron como desaparecida a los tres días de no aparecer por su hogar o la escuela. Cuarenta horas después del reporte, en cuerpo fue encontrado en estado de descomposición en los campos de Slorach muy cerca de la frontera con Edevane, la causa de la muerte fue la perdida de sangre. Para ser más específicos, estaba totalmente seca y habían marcas de colmillos en su cuello y varias partes del cuerpo como sus muslos, brazos y pecho. Se abrió una investigación pero como era de esperarse nada fue encontrado.

-¿Y cuál es la gravedad del asunto? No es la primera vez que algún vampiro se vuelve un criminal. Esto puede ser solucionado por parte de la Corte Real Vampírica -comenté dando a entender mi punto de vista.

-Ese era el objetivo. Hasta que una semana después comenzaron a desaparecer jóvenes de todo Amery y sus cuerpos a ser hallados en las mismas condiciones y en las mismas zonas, rodeando las áreas fronterizas de Edevane.

-¿De cuántas desaparecidas estamos hablando? -achiqué los ojos prestando más atención a sus palabras. Aquel tema comenzaba a tomar importancia para mí, no permitiría que nuevamente sucesos como este tomaran tantas vidas inocentes.

-Dieciocho, sin embargo otras cinco han sido reportadas recientemente como desaparecidas y no hemos encontrado nada en los alrededores de la zona.

-¿Cuál será mi misión en esta ocasión? -pregunté no sabiendo en donde terminaría todo este tema.

-Esta vez solo precisaremos de sus servicios como la excelente investigadora que es. Claramente el culpable es un vampiro, ya hemos decidido entre la Corte y el Consejo una estrategia de captura para este criminal.

-¿La Corte está de acuerdo con que una humana se inmiscuya? -Aquello parecía extrañamente irreal, los vampiros eran muy severos en esta parte.

Siendo sinceros nosotros los odiabamos, y ellos trataban de mantenernos lejos pues somos una tentación andante, no todos tienen el mismo autocontrol cuando se trata de sangre. Por eso construyeron Edevane, una ciudad amurallada para evitar el contacto con humanos. Aunque obviamente no estaba teniendo resultados, porque de alguna manera estaban logrando traspasar los muros y llegar a Amery, nuestra ciudad, para secuestrar a las jóvenes.

-Todo ha sido acordado previamente. Como somos los más afectados de este lamentable suceso, no han puesto resistencia a que nos encarguemos de la investigación -se inclinó y apoyó sus codos sobre la superficie de madera frente a sí, cruzando las manos -. Eres la más competente para esto.

-No soy una investigadora tan audaz, en la organización hay otros más perspicaces que yo.

-Los hay, no lo pongo en duda. Sin embargo usted es la única que podría hacerse cargo de esto, el motivo lo tiene claro, señorita Sallow. -Al pronunciar mi apellido su tono decayó varios decibeles, lo tomé como una presión, porque así había sonado. No necesitaba que me recordaran el motivo del por qué debía hacerlo. Si alguien lo tenía claro, era yo.

-Sin más que decirle, pondremos a su disposición todos los hallazgos respecto a la investigación, aunque no son muchos confiamos que en sus manos tendrán un buen uso -concluyó sin dejarme decidir si lo haría o no.

-¿Algo más? -pregunté indiferente mas con una opresión en el pecho.

-Sí, mañana deberá partir a Edevane.

-¿Qué? -Ocultar la sopresa que me causó aquella noticia no fue posible.

-Las investigaciones serán más fructíferas si está allá, el criminal reside allá, es su escondite y posiblemente el lugar al que lleva sus víctimas luego de secuestrarlas.

-No puedo ir a la tierra de los vampiros, es una total locura. Me están pidiendo estar rodeada por depredadores hambrientos -espeté golpeado con mis puños cerrados el podio.

-Exactamente, por eso fue usted la elegida. Mas que una pieza sacrificable es, posiblemente, la única que podrá cumplir este encargo y regresar viva.

            
            

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