Capítulo 8 Vamos juntos ¡¿Sí !

En estos momentos, en que habían estado buscando entre los escombros cercanos comida y diferentes cosas que necesitaban para vivir el día a día, todo parecía que estaba bien por el momento.

Pero, sin siquiera sentirlo, la preocupación de que varios alimentos que estaban enlatados podrían llegar a expirar muy pronto si no trataban de hacer algo al respecto, Ester empezó a sugerir que era necesario el poder conseguir un lugar en el cual poder empezar a sembrar y cosechar los frutos de la misma, pues no podrían mantenerse viviendo de esta forma por siempre, al igual que a Fernanda le empezaba a preocupar lo que sería de ellos si alguno se llegara a enfermar de algo grave y no contaran con los medicamentos para esto o si fuera necesaria la intervención de doctores para poder hacer el tratamiento.

En este mundo en el cual ya toda esta tecnología había sido reducida a casi nada, como era en el pasado, no podían tomarse las cosas tan a la ligera. Por el momento no había ni un problema, pero no podían ser tan ingenuos por siempre y esperar hasta que las cosas se pudieran realmente mal para empezar a hacer algo por corregir lo que no quisieron hacer en el pasado.

Con el fin de poder intentar lograr conseguir una forma en la cual poder conseguir por lo menos su sustento del día a día, decidieron que era momento de poder buscar, además de más sobrevivientes, un lugar en la cual pudieran sembrar y que este no estuviera a merced de las flores moradas ni los Flormor.

Elva, sintiendo que esto debía de ser resuelto lo más antes posible, dijo – si no logramos hacer nada en este momento, posiblemente de verdad terminemos muertos en muy poco tiempo. Además, no sabemos con exactitud cuánto tiempo es el que nos llevará el poder conseguir una solución a esto o siquiera si podremos lograr conseguir una. Por lo que debemos de pensar a largo plazo – Romario – pe... pe pero si ese fuera el caso, ¿entonces estas diciendo que nunca podremos regresar a tener la vida que teníamos antes? – Elva – no es que esté diciendo que ese sea el caso – Fernanda – por el momento es mejor pensar en un plan B en caso de que de verdad no podamos hacer nada – Esmeralda susurro – aunque en realidad no puedo pensar en una forma en la cual unos adolescentes como nosotros puedan hacer algo que los adultos no lograron hacer... – Romario – aunque digas eso... me gustaría que todo regresara a ser como antes lo más pronto posible – Dalo – bueno, será mejor que empecemos de una vez. No creo que nos lleve a nada si continuamos dudando en lo que vamos hacer – en el momento en que Dalo dijo esto, Elva pensó – ¿E... en qué momento fue que Dalo empezó a cambiar su forma de ser? Ahora parece que trata de ser otra persona a la que era antes, sólo espero que esto no vaya por mal camino – dio un pequeño suspiro para luego agregar – ya que todos estamos de acuerdo, ya sólo queda hacer algún plan para dar inicio a esta operación. ¿Están todos de acuerdo con eso? – todos al mismo tiempo dijeron "Sí" y con esto empezarían a realizar un plan para poder conseguir de primero un lugar en donde poder sembrar.

Aunque no fuera una tarea tan fácil, ya que la infestación de estas flores moradas parasitas alcanzaba grandes cantidades, tenían que lidiar con una forma de poder evitarlas. En cierto modo, aunque debían de llegar a tratar con estas, también se encontraba el que si se mantenían en demasiado contacto con las mismas, podrían llegar a afectarlos y convertirse también en Flormor.

Con todo esto en mente y provechando que aún contaban con suficientes suministros para un tiempo, empezaron a utilizar toda la información que tenían en mano. Haciendo uso de la moto que tenían a la mano, estuvieron surcando varios lugares y verificando si aún había algún lugar en el cual poder sembrar.

Desde la invasión de las flores moradas, uno de las cosas afectadas fueron los suelos en donde estos crecían, casi no podía crecer alguna otra planta, sólo los árboles y una que otra planta habían logrado mantenerse por el momento, aunque en realidad no se podría llegar a conocer con certeza el momento en que estos pudieran llegar a ceder ante el poder de las flores moradas.

Si no fuera porque hay plantas que aún son resistentes a los efectos de las flores moradas, posiblemente hubieran logrado avanzar a pasos agigantados y haber terminado con todo lo que había, pero, el por qué aparecieron y si es que ya existían desde un entonces, el qué evitaba que se reprodujera y afectara de esta a toda las cosas sobre la faz de la tierra en este momento era un completo misterio.

Habiendo pasado unas dos semanas desde que iniciaron el monitoreo de todo el lugar, al final lograron conseguir un punto en el cual podría llevar a cabo la labor de sembrar, pero para evitar que fueran atacados por los Flormor, tuvieron que buscar algunos materiales en su base, antes conocida como la casa abandonada, que pudieran servir para este trabajo.

Con un poco de experimentación, lograron hallar algunos instrumentos que mantendrían a salvo sus cosechas de los Flormor y, como las flores moradas estaban lejos de llegar a invadir muy pronto ese lugar, era el mejor sitio para que pudieran sembrar varias verduras. Entre el poder conseguir semillas, Esmeralda se había encargado de esto con Fernanda. Sin dejar nada de lado, Elva era la encargada de velar porque toda la plantación quedara bien y esta se pudiera sacar el mejor resultado posible. En cierta medida, ninguno de ellos sabía lago de agricultura, pero como Elva era alguien que se le daba mejor el entender los métodos para luego explicarlos, ella se encargó de investigar todo lo que pudiera y luego utilizar ese conocimiento para poder sembrar.

Siendo el que necesitaban conseguir ver que tan apto es la tierra y siendo principiantes, decidieron sembrar algunas semillas de rábano, zanahorias, espinaca, frijol, lechuga y cebollín. Aunque quisieran plantar varias cosas, no contaba con suficiente espacio ni macetas para hacerlo, además de que esto no es un trabajo tan simple el tener varias verduras plantadas y que ellos sean sólo cinco. Elva, quien había escogido estas para plantar debido a que su cuidado debía de ser un poco menor en comparación de otros como lo es la papa que requiere de que se fumigue debido a las plagas que la infestan, el maíz que requiere de un cierto tiempo para sembrarlo y por el tipo de clima frío en el que viven, este tardaría un varios meses en crecer, siendo que sembrarían el maíz en marzo para contar con elotes entre agosto y septiembre para luego tener maíz en noviembre. Al ser que se encontraban ya a mediados de julio, consideraron que no era tan conveniente sembrar el maíz en este tiempo y que deberán de conservar algunas semillas para el próximo año.

Con un poco de esfuerzo en sembrarlos y mantener un poco de control sobre sus siembras, todo parecía ir mejor. Lo que debían de tener cuidado era el poder mantener las semillas y evitar desaparecerlas así como el tiempo de cosecha de cada una de ellas. Entre cada preparativo que hicieron todos con diligencia, empezó a correr el tiempo para que llegara la cosecha de cada una de estas plantas.

Una vez que estaba todo esto listo, cada uno se dedicó a realizar una tarea con el cual consideraban necesaria para poder sobrevivir, desde la limpieza, el cocinar, búsqueda de suministros, monitoreo de las siembras y, por supuesto, el estar atento ante cualquier movimiento que hicieran los Flormor y las flores moradas a través del equipo de monitoreo que habían logrado obtener acceso.

De esta forma, sin siquiera darse cuenta, cada uno de ellos podía sentir que estaban cada vez mejor que al principio. Los diferentes trabajos que todos iban desarrollando parecía hacer que la carga que tenían fuera menor que al principio. En estos momento empezaban a entender que tan importante era el poder trabajar juntos sin siquiera dejar de lado la importancia que tenía cada trabajo que desarrollaba cada uno de ellos y lo que ellos mismos hacían.

Dalo, mientras regresaba para ir a dormir, miró a Elva, quien estaba en constante monitoreo de las movimientos de los Flormor y las flores moradas, y le dijo – hola – Elva – Ah... hola. Veo que ya has regresado – Dalo – sí, pero... bueno... después del tiempo que ha trascurrido, no puedo creer que podamos estar un poco más cómodos ahora y... y todo es gracias a ti – Elva, con una sonrisa, respondió – no es así. Esto es el resultado de todos. No los has olvidado aún ¿Verdad? – Dalo – ¿Qué cosa? – Elva – esto lo haremos juntos – Dalo – tienes razón. No era "Vamos juntos ¡¿Sí?!" – Elva, dándole la mano a Dalo – Así es. Ese será nuestro lema. Así que, bueno, dependerá de ti si lo aceptas o no – Dalo – creo que... – Elva, soltando la mano de Dalo y luego dándose la vuelta y dirigiéndose a la puerta, dijo – bueno, en este momento no creo que tengas la respuesta adecuada para responder, así que... – se dio la media vuelta mientras le daba una sonrisa a Dalo – no lo pienses mucho ni te adelantes sin saber lo que realmente quieres decir. Será mejor que tu respuesta sea lo que realmente sientes que es la correcta ¿No? – Dalo, sin saber que decir ante tal argumento, sólo miro a Elva para luego dirigir su mirada hacia su palma derecha y luego pensar – no... conque es un ¿No? Aunque puede ser un ¿Sí? Pero al final, ¿Cuál debería de ser mi respuesta? – luego vio como Elva dio nuevamente la media vuelta y empezó a irse mientras decía – vamos, no le des tanta vuelta a las cosas sólo sigue. Así que será mejor que nos juntemos con los demás para ir a cenar – Dalo, cerrando su mano y formando un puño pero sin apretar con fuerzas, bajo la mano para luego decir – está bien, te sigo – y así se dirigieron al comedor con los demás.

            
            

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