Capítulo 4 Dúchate primero

Al ver el ceño fruncido de Janet, Ethan siguió su mirada hacia el reloj y se dio cuenta de lo que estaba pensando. "Es una imitación que tomé prestada de un amigo", le susurró al oído. "Por lo general, la utilizó para lucir genial, pero no esperaba que la notaras tan pronto".

Rápidamente se quitó el reloj y lo metió en su bolsillo.

"Se ve bastante auténtico", comentó Janet con una sonrisa y dio un paso atrás mientras se cubría las calientes orejas.

Ethan había estado tan cerca que pudo sentir su aliento soplando en su oído mientras hablaba.

Janet reflexionó sobre el asunto y concluyó que era normal que un hombre así tuviera un amigo que vendiera falsificaciones.

Entonces, lanzó un suspiro de alivio. Por un momento, había temido que él hubiera cometido un acto ilegal para hacer una fortuna.

Ethan frunció el ceño. Había escuchado que la hija de la familia Lind tenía varios novios y salía con diferentes hombres todo el tiempo. Pero la timidez de esa chica lo sorprendía.

"El novio está aquí. ¿Por qué aún no comienza la boda?", preguntó la dulce voz de una mujer.

Con una sonrisa, Jocelyn avanzó mientras sostenía el brazo de su novio. "En vista de que Ethan ya llegó, me gustaría presentarte a mi novio", anunció con una voz más alta de lo normal. "Es el gerente general del Grupo Cagen. Sería bueno que lo conocieras. Somos familia y podemos ayudarte en el futuro".

Janet sonrió cortésmente.

Sabía que Jocelyn estaba fingiendo porque la odiaba hasta la muerte. Ya estaba acostumbrada a sus burlas. "Sí, deberíamos conocernos. Pero tu novio actual es diferente al que vi la semana pasada. Me pregunto si seguirás estando con él la semana que viene".

El rostro de Jocelyn se volvió sombrío y su sonrisa se desvaneció.

"A mi hermana siempre le gusta jugarme bromas. No te lo tomes a pecho", comentó para tranquilizar a su novio. Luego, fulminó a Janet con la mirada. "Si es necesario, puedo recomendar a Ethan para que trabaje en el Grupo Cagen. En caso de que no sea muy eficiente para hacer el trabajo técnico, puede ocuparse de las tareas diarias como servir el té o limpiar los baños. Después de todo, es mejor tener un verdadero trabajo que seguir vagando después de casarse".

Janet se volvió hacia Ethan, pero las palabras de Jocelyn no parecieron perturbarlo en lo más mínimo. "No, gracias", respondió con una sonrisa cortés. "Estoy acostumbrado a vagar por las calles. Mi trasero no es capaz de reposar en un solo lugar, así que no puedo sentarme en una oficina y trabajar de nueve a cinco".

Aquella respuesta irritó a Jocelyn, quien le lanzó una mirada cruel a Ethan y regresó a su asiento del brazo de su novio.

Unos minutos después, el sacerdote llegó y celebró la boda rápidamente.

Ethan llevó a Janet a una pequeña casa en los suburbios. La casa se veía vieja y el patio delantero cubría solo una pequeña área. Además, solo albergaba artículos de primera necesidad. Por algún motivo, ella sintió que todo había sido comprado recientemente para el matrimonio. Como Ethan era un hombre alto y musculoso, aquel angosto espacio pareció empequeñecerse después de que él entrara.

Era evidente que apenas le alcanzaba dinero para el fin de mes.

"Esta es mi casa. Confórmate con eso", dijo mientras se encogía de hombros. No parecía avergonzado en lo más mínimo.

"Sí, es una casa pequeña, pero se ve muy ordenada. Podemos vivir aquí los dos", contestó Janet con toda honestidad.

Aunque la casa se encontraba en mal estado, Ethan la había mantenido muy bien. Estaba tan impecable como el jardín. Sin embargo, no se sentía como un hogar, ya que se veía demasiado vacía. Tal vez era porque Ethan rara vez se quedaba ahí.

Janet miró a su alrededor y vio que él se había quitado la chaqueta para colocarla en una silla de madera. Luego, se desabrochó la camisa blanca. Jocelyn arrastró su mirada por todo su cuerpo, apreciando los tonificados músculos debajo de su camisa. Parecía que ejercitaba con mucha frecuencia.

Al sentir su mirada, Ethan volvió la cabeza y se encontró con los ansiosos ojos de Janet. Entonces, se detuvo y caminó hacia ella. "Has estado ocupada todo el día. ¿Quieres ducharte primero?", preguntó de repente.