/0/8156/coverbig.jpg?v=3f78497db4c969a695a7c6fd13a526cb)
No, quiero que me traiga un café, sin azúcar por supuesto.- habla mientras mira su laptop
Claro pide un café tan amargo y sin emoción como él, típico.
Salgo y me recuesto de la puerta Tratando de contener y limpiar mis lágrimas, Kate me da una mirada de comprensión. Me voy acercando a ella y no puedo evitar fundirme en un abrazo ocasionando la apertura de una represa sin fin.
2
Escuchar la alarma se ha vuelto una total tortura en este nuevo ciclo laboral.
-Cariño, no te veo bien. Cada día estás más ojerosa-dice mi papá con preocupación
-No Gerardo, no pierdas el tiempo, tengo días diciéndole lo mismo pero no me presta atención, ni siquiera come porque le provoca náuseas. -dice Alejandra seriamente
Su padre se le queda viendo cómo tratando de leer algo
-Mi niña, cabe la posibilidad que puedas estar embarazada? Eric no murió hace tanto y puede ser que no se hayan dado cuenta antes.
-Imposible- digo. Aunque ciertamente todo es posible pienso
Siento de repente como pierdo fuerzas y como empiezo a ver todo oscuro. Es como si estuviera en cámara lenta aunque logro sentir los brazos fuertes de mi papá aferrandose a mi cintura
-Amelia, Amelia hija -escucho una dulce voz
-Gerardo, la ambulancia no llega. -Dice desesperada Alejandra
-No no, debo irme -abro los ojos – tengo que trabajar, mi nuevo jefe es un dictador, no puedo faltar más
-Ni lo sueñes cariño, debes ser ya chequeada de una vez. Son demasiadas cosas las que tienes
-Están exagerando los dos, me van a echar y luego que haré?
-Pero que dices? -habla esta vez mi papá- Si nos tienes a nosotros y tenemos nuestra pastelería que no es tan grande pero sigue siendo la más buscada en la ciudad.
Enseguida mi mamá pasa con enfermeras, una mujer rubia de sonrisa amable de presenta
-Yo soy Norma, te haré algunas pruebas de sangre las cuales llevaremos a laboratorio para estudiar. Los resultados los puedes tener hoy mismo la clínica Santa fe. Puedes ir a partir de las 4 de la tarde
No se demora mucho más en marcharse y yo tampoco, tomo mi cartera y me voy a mí carro para seguir con mi día. Veo la hora y ya no sé ni siquiera para que me molesto en ir, estoy atrasada por 20 minutos.
Entrando al ascensor saludo a la única persona allí
-Mateo buenos días.- le doy una media sonrisa nerviosa
El ve su reloj con una ceja arqueada
-Linda Amelia de ojos grises, creo que tendrás problemas. Pero no te preocupes- sonríe- yo como gerente de recursos humanos te defenderé ante aquel mounstro.
Me hace reír un poco y asiento sin esperanzas
-Oye, de verdad. No te preocupes, ten un poco de paciencia con él. No es tan malo como parece, solo no lo ha tenido fácil.-
-Mateo, nadie lo ha tenido fácil pero no por eso uno anda por la vida destilando odio a la humanidad entera.
Se ríe a carcajadas cuando el ascensor se abre por completo dejando ver al lado de mi mesa al causante de mis nervios
-Tranquila Amelia. – Mateo habla con tanta gracia que no se de dónde le sale
-No sé si pueda Mat.-
-Creí haber dejado bien en claro los puntos ayer- mira su reloj- tienes 35 minutos de retraso.- dice con los brazos cruzados mirándome fijamente
-A ver primo, que la he entretenido yo. Me quedé a preguntarle varias cosas y sin darnos cuenta se nos pasó la hora – Mateo habla relajado
-Tu crees que yo soy imbécil? Acaso no tenemos un sistema para ver la hora de ingreso de cada persona en esta empresa- .
-Bueno bueno ya, pero cuál es la molestia? Amelia igual hace su trabajo eficientemente. Te recompensará sus minutos perdidos.-
-Y por qué la defiendes tanto? Acaso eres su abogado? –
-Oye que lo sabes que soy de recursos humanos? Debo también velar por los derechos y bienestar de los trabajadores no solo debo emitir cheques de liquidación-.
Gael chasquea la lengua perdiendo la paciencia
-Joder, no puedes tener la boca cerrada un rato cierto?-.
Con sonrisa triunfal Mateo pasa a la oficina de Gael como si fuera su casa