Jessica empieza a comer y se sorprende de lo rico que esta, no puede dejar de parar de comer y disfruta la comida, de repente alguien entrar y era Leonardo, Jessica se sorprende y se levanta rápidamente pero no se da cuenta que tiene alrededor de la boca un poco de comida, Leonardo a darse cuenta sonríe y ella no entiende porque, Leonardo se acerca a ella sin decir nada y ella simplemente se queda congelada y el con sus manos quitar el resto de comida que tenía en la comisura de sus labios, ella se sorprende y quita su manos rápidamente y se aleja
- ¿Qué haces? - pregunta ella
-Tenías algo en tu boca, simplemente te estaba ayudando ¿Siempre eres así de mal educada?
-No... Pero no debes hacerlo sin mi consentimiento- dice ella un poco nerviosa
- ¿Consentimiento? Soy el príncipe, no me hagas reír tú no puedes decirme que hacer
-Lo sé, pero al menos deberías tener consideración...
-Lo que acabas de hacer, es motivo para volverte a mandar a la cárcel ¿Lo sabes?
-En realidad no se muchas cosas, siento que debo aprender...
- ¿Acaso eres una niña? No se tu edad, pero a simple vista parece una adulta de 28 años
- ¡Estás loco! - dice Jessica ofendida, y luego tapa su boca por lo que acaba de decir- Me refiero, no soy tan adulta, apenas tengo 19 años
-Llegas al punto hasta de decirme que estoy loco- dice Leonardo y se ríe- No puedo creer que no tienes limites, siento que va hacer una aventura muy larga
- ¿Aventura? - pregunta ella confundida
-Ya lo veras, pero por ahora, te ordeno que te vistas adecuadamente, más tarde tenemos un baile y debo presentarte algunas personas para que te conozcan, te pasare buscando en una hora
- ¿Es necesario que yo vaya?
-Si... Es una orden mía, espero que estés lista, no soy una persona paciente
Leonardo camina para irse y Jessica le saca la lengua a sus espalda, él se voltea y ella disimula que no hizo nada, se termina de ir dejándola sola de nuevo y ella suspira de frustración
-No puedo creer que esté obligado a ir a una especie de baile, con vestido, aunque pensándolo mejor, yo no sé bailar ¿Cómo podré defenderme? - dice ella agarra su cabeza- Quisiera desaparecer de este lugar lo más pronto posible
Jessica mira el closet y revisa los vestidos, hay vestidos verdes, rosas, morados, pero hay un vestido que le llama la atención y es un vestido rojo largo como de princesa, ella lo toma y lo mira detalladamente y se enamora de el
-Realmente es un bonito vestido ¿Pero quedara bien en mí?- se pregunta ella mientras mira el vestido
-Estoy seguro que te quedaría bien ese vestido- dice Esteban en la entrada y ella se asusta y voltea a verlo- Lo siento, no quería asustarte, pero vi la puerta abierta y pase para ver como estabas
-No me asustes así...- dice ella y Esteban entra a la habitación
- ¿Te pondrás ese vestido? - pregunta mientras mira el vestido
-No estoy segura, me gusta mucho, pero tengo dudas en cómo me quedara
-Estoy seguro que cualquier cosa se te vera bien, debes tener confianza en ti misma
- ¿Tú crees? - pregunta y el asiente- Entonces no lo pensare más usare este vestido, espero que al menos me traiga un poco de suerte
- ¿Suerte? No entiendo
-Es una forma, de darme ánimos- dice como excusa
-Qué forma tan extraña de darte ánimos, pero esta interesante aprender cosas nuevas
-Me tengo que cambiar...- dice ella para que el salga
-Entonces aprovechare y me iré de una vez, te veo en la fiesta
Esteban se despide con una sonrisa y cierra la puerta, ella suspira de alivio y empieza a colocarse el vestido, a terminar un hermoso vestido rojo resalta su belleza, ella busca algún espejo y lo consigue, un espejo grande estaba guardado detrás del closet, ella se mira y no puede creer que Esteban tenía razón, se veía bien, ella nunca antes estaba interesada en usar vestido, ahora que tuvo la oportunidad o la obligación, es algo que le gusta ahora
-Supongo que Esteban fue de ayuda, si no fuera por el aún me sentiría insegura si debería usar este vestido, nunca imagine que me viera ver bien- dice Jessica mirándose en el espejo, pero luego recuerda algo- Debo peinarme, aunque lo más seguro es que los peinados sean elegantes y grandes, pero como no soy experta peinándome, mejor paso un cepillo y listo
Jessica busca el cepillo y empieza a peinar su largo cabello, tocan la puerta y ella se sorprende, camina hacia la puerta y era Leonardo y ella se sorprende, pero lo que no sabe es que Leonardo queda más sorprendido que ella, a verla con ese vestido rojo él no puede apartar la mirada de ella y dejar de pensar de lo hermosa que ella se ve en aquel vestido, lo dejo con la boca abierta, ella se da cuenta que él está distraído entonces lo llama
- ¿Leonardo? - pregunta ella y el cae en la realidad
-Disculpa, tu vestido es muy lindo- dice él un poco nervioso
- ¿En serio? Gracias, estaba un poco dudosa, pero... ¿A qué viniste?
Leonardo entra a la habitación y cierra la puerta camina y con el llevaba una caja, Jessica se sorprende y lo sigue, Leonardo la invita a sentarse y ella obedece, el saca unos tacones blancos con lentejuelas que brillaban mucho, ella se sorprende y se levanta rápidamente
-No puedo usar eso
-Solo úsalo, y siéntate
-¡No puedo!
-No me hagas perder la paciencia, ya tenemos que irnos
-Eso parece demasiado caro ¿Y si lo daño?
-No te preocupes, son tuyos, ahora te ordeno que te sientes
Jessica se sienta en el borde de la cama y el toma su pie y coloca los tacones y le quedan perfecto y Jessica se sorprende que el pudiera adivinar su talla de zapatos
- ¿Cómo lo adivinaste? - dice ella sorprendida
-Por tu tamaño, no eres tan alta, me imagine que tenías unos pies promedio y no me equivoque
- ¿Estás seguro que son míos ahora? - dice Jessica feliz mirando los tacones
-¿Crees que soy un mentiroso? - pregunta y ella niega- Entonces no hagas preguntas tan estúpidas y mejor vámonos