Luego del beso nos fuimos hasta su casa. Sebastián arrancó de la carretera como moto de carreras, vimos la camioneta pero no sospechamos de que era él, pues tenía una variedad de autos, que esta camioneta la desconocíamos, algo más para llamar la atención en las chicas. Aunque...aunque... realmente, sí conocía esa camioneta, pues era la misma que tenía aquella noche cuando intentó sobrepasarse conmigo. Rodrigo y yo no nos dimos de cuenta. Lo que quería era llamar nuestra atención, para que supiéramos que ya sabía de nosotros.
No préstamos atención en lo más mínimo, más solo dijimos que el de adentro debía ser un loco y un idiota, y le atinamos a nuestras palabras. Continuamos caminando rápidamente, tomados de la manos como un par de enamorados recién experimentando lo que era el verdadero amor.
Cuando llegamos hasta su casa, su madre nos vio tomados de la mano, disimuló no estar sorprendida, pues yo sería la primera chica con la que estaría su hijo desde que llegaron al vecindario. A veces creía que, no le caía para nada bien a su madre, pues su hijo mantenía una buena relación con mi madre, más no ella con mi madre. Lo sé, todo esto suena a trabalenguas, pero, ¿Cómo puedo explicarlo mejor?. Luego de habernos visto, llamó a Rodrigo ha por el mandado. Me despedí de él con un beso en la mejilla y caminé para ir a mi casa, pero justo cuando ponía un pie en el jardín, me tomó por el brazo y me dio un beso en la boca, para demostrarme que de verdad me amaba, aún si su madre nos miraba. Creía que, él pensaba lo que yo pensaba: que tal vez su madre no gustaba de mi persona.
-¿Qué haces? -le dije apenada mientras su madre continuaba observandome
-¿Qué tienes? -me preguntó, me miró y miraba a su madre a la vez
-Tu mamá nos está mirando
-¿Y qué hay con eso? Eres mi novia, ¿No?
Me quedé mirándolo a los ojos, no sabía qué decirle, sentí que mi corazón palpitaba rápidamente. Que de mis ojos nacía un brillo de estrellas hacia él. Hasta el punto de que de mí saliera una lágrima.
-¿Qué sucede? -me preguntó
-No, no es nada...solo que, ¿Desde cuándo somos novios? -le pregunté y ambos soltamos una risa
-¿Desde la magia, no?
-Sí, desde la magia
Volvimos a reírnos y nos dimos nuevamente otro beso. Nos despedimos con un abrazo, miré a su madre le sonreí, no reaccionó a mi gesto, solo llamó a su hijo por el mandado.
-Nos vemos luego, ¿Vale? -me dijo
-Vale -le respondí
Al cabo de medio hora. Me encontraba en mi cuarto, mi madre no se encontraba y había dejado una nota en la que decía que, la habían llamado para tratar un asunto importante en la empresa donde trabajaba. Para mí los negocios eran estresantes. En mi cuarto, empecé a mirar desde el computador, el perfil de Sebastián en facebook. Tenia tanto miedo de que por esa red social compartiera indirectas sobre mi caso. Ya no hallaba palabras para decir cuánto lo odiaba.
A diferencia de mí, Rodrigo se encontraba felizmente en su habitación, escribiendo sentado en su cama, más poemas para mí. Cuando estaba por colocar su nombre en vez de anónimo, entró su madre. Si tan solo no hubiera entrado, me hubiera enterado que era él mi enamorado secreto y no seguir pensando era el idiota de Sebastián.
-¿Qué haces hijo? -le preguntó ella con un vaso de leche y galletas en una charola para él
-Mamá, ¿Cuántas veces te tengo que decir que toques la puerta antes de entrar?
-Ay, ay, ay, ¿Ahora parece que mi bebé está molesto? Ja, ja, ja, ja -le dijo echándose a reír
-¿Qué? Mamá, ya no soy un bebé ¿Okey?
-Rodrigo -le dijo, colocando la charola en su cama, mientras Rodrigo guardaba el poema que había escrito
-¿Qué sucede?
-¿Qué hay entre esta muchachita de al lado y tú?
-¿Qué hay de qué?
-¿Qué hay entre ustedes? ¿Tienen una relación? ¿Son novios? ¿Amigos con derechos o qué?
-¿Es enserio mamá?
-¿Qué tiene? Es la primera chica con la que te besas
-¿Y qué hay con eso?
-Que eso no lo hacías tú
-Todos los chicos de mi edad lo hacen mamá
-Pero tú no eres como ellos, tú eres Rodrigo, el chico más listo de su clase, disciplinado y trabajador
-Te voy a contar ¿Vale? Para que no pienses cosas feas sobre mí, tal parece que no me conoces
-Porque reconozco es que quiero que me digas que hay entre ustedes dos, pues no me gustaría escuchar por ahí mentiras sobre ti
-Tienes razón
-¿Ves?
-Bueno ya. Bueno, todo empezó una noche, empezó a llover fuertemente y...
-¿Y...?
Rodrigo no sabía qué decirle, pues por poco sale de su boca que, había tenido relaciones sexuales conmigo.
-¿El gato te ha comido la lengua, eh Rodrigo?
-No mamá, es solo que, Natalia ha sufrido mucho, durante sus momentos tristes y estresados, estuve allí para ella. Me enamoré completamente y estamos tratando de tener algo
Me hubiera encantado estar allí para escuchar esas palabras. Rodrigo realmente me amaba.
-Siempre he dicho que eres igual a tu padre, ojalá estuviera con nosotros para que lo viera
-Yo también lo extraño mamá
-Nunca cambies hijo, mañana estaré todo el día trabajando, lamento dejarte solo
-Vale, no te preocupes, ¿Y... qué piensas respecto a Natalia?
-¿Natalia? ¿Así se llama?
-Sí, ese es su nombre, ¿Es lindo cierto?
-Sí, espero no te haga sufrir, el amor es algo que en muchas ocasiones es pasajero, y en muchas ocasiones durarero, pero...el pasajero inicia así, como tú has iniciado con ella
-¿Por qué lo dices?
-Porque te has besado con ella en mi presencia sin presentarmela, no quiero ni pensar que han hecho otras cosas
Las palabras de su madre tenían razón, Rodrigo debió presentarme a ella y yo presentarme. Pero no, todo fue diferente. No quería ni pensar como reaccionaria si se enterara que Rodrigo y yo habíamos hecho el amor, en el mueble de su casa.