Capítulo 2 Su partida

BRIANCA

Moscú, Rusia, 25 de agosto 2019

Supongo que en algún momento con la fe crepitando creí poder encontrarlos por mis medios, estúpido de mi parte, habían ido a por ellos porque eran míos, por que yo llevaba el apellido Borisovich marcado en la frente y la sangre.

Draco me devolvió la mirada con ojos risueños, como si la razón de mi regresó fuera una cuestión de celebración, frunci el ceño.

-Moya doch'*-ignore sus brazos abiertos.

-Padre-Monik me saludo justo antes de abrirme la puerta de la camioneta.

-También me alegra volver a verte - bufé y me cruce de brazos, Draco río por mi actitud.

-Los años pasan y tu aversión a tu naturaleza no disminuye... Siempre has sido una curiosidad para este padre tuyo - como si hablar de él en tercera persona fuera una cuestión de moda.

-Mi vida estaba muy bien en Seattle, excepto por mi apellido - él río.

-Jamás serás normal Moya doch', ni podrás escapar aún si Borisovich desaparece de tu registro y Williams lo suplanta, tu sangre está marcada así como la mía y tus ancestros, incluso tu retoño jamás podrá escapar de esto... Ya es momento de que lo aceptes y por cómo te fueron las cosas por tu parte estoy seguro que tendras que hacerlo mucho más rápido si es que tu propósito es recuperar a tu conexión--trague saliva, habia algo rudo en su tono.

Draco jamás fue un mal padre aún si el hecho de ser un monstruo lo obligó a instarme por ese camino, una gran legión que cuidar y conservar, eso nos distanció, su insistencia en algo que aborrecia, huí como cualquier adolescente lo haría.

Aún añoro los días en el castillo hablando de historia en el gran estudio de Draco junto a un Dominick adormilado , teniendo a madre en un sillón leyendo una de sus novelas rosa mientras nos observa reír, fueron días hermosos, antes de conocer a Bart añore muchas veces esos días.

-Se los llevaron -había llorado mucho, llore antes de tomar el vuelo hasta Moscú-Nos estuvieron vigilando durante meses y jamás me di cuenta - Draco gruñó.

-Saben que eres humana, no debes culparte... No habia mucho por hacer, hubieran ido a por ti si se hubieran escondido - apreté mis manos en puños.

Mire por el retrovisor, los ojos de Draco siempre demostraron emociones cálidas, ahora su naturaleza tomaba lugar.

-Iba a venir -el silencio lleno el auto, el chófer agrando sus ojos, lo vi por el retrovisor, incluso Monik se tenso, sentí la mirada de Draco en mi rostro, mutilandome a seguir hablando - los iba a traer a finales del año... Bart comenzaba a inquietarse y Trent ya hablaba de tener dos abuelos y dos abuelas... Creí que era el momento correcto... Pensé que podría contarle a Bart y que juntos decidiríamos nuestro futuro... Pensé que aún teníamos tiempo - Draco puso su mano en mi hombro izquierdo, su temperatura atravesó el gran abrigo de piel.

-Sabes lo que tienes que hacer - apreté mis labios con fuerza, eludi su mirada y enfoque la mía en el paisaje, el día era lluvioso y nublado, la temperatura no era tan baja como en invierno así que Era un día cálido, los grandes árboles se elevaban a lado y lado de la carretera, serían dos horas de viaje hasta llegar a Rostov, el gran castillo Borisovich era poco visible para el ojo humano, así que sería otra hora hasta llegar a casa.

-Lo sé... -padre suspiro con negación, me había contado hace mucho cuando el secreto de su alimentación y la de mamá era tan distinta de la de Dom y la mía... Tenía diez años cuando la verdad brotó de su boca, Dom se lo tomó con mucho entusiasmo, habia sido una situación exitante para un niño de doce que siempre había sido hiperactivo y obsesionado con super héroes, no era mi caso, la situación me superó, traté de no ver las cosas desde una óptica negativa... Pero cuando cumplo catorce y padre decidió que cuando fuéramos mayores decidiríamos nuestra muerte para renacer sin una salida para ser siempre humanos me supere, conté los días para escapar, mi madre ayudó con eso aunque siempre sentí su tristeza.

-Prepararé todo, podríamos alargar esto o simplemente descubrir cómo hacer que tu muerte no sea tan dolorosa- comprendía a lo que se refería.

Aún cuando era humana y las probabilidades de morir en cada segundo eran muy altas, para renacer la naturaleza exigía compensar tus futuras matanzas con tu propia sangre, si debía renacer mi muerte debía ser lo más sangrienta y dolorosa posible, si no lo era y moría de forma indolora y limpia no renacia, simplemente despertaba como si nada hubiera pasado, hasta compensar mis futuros pecados con mis gritos y sufrimiento, no lo iba a negar, tenía mucho miedo.

-Huelo tu miedo --trague saliva, sería un imposible el ocultar como me siento frente a un vampiro y más si este era un renacido, su sensibilidad era el doble de un dueño de la muerte ordinario. Los vampiros podían oler tu miedo, alegría y tristeza, como te sintieras.

-Podría negarlo... Pero es estúpido, tengo pabor a morir...-

La muerte de madre pudo ser la más común, nunca tan perversa. Cuando Dom cumplió cinco y yo tuve tres años, madre hizo un viaje en uno de los Jets de Draco, iba a visitar a su hermana en Italia, pero cuando estaba por llegar el clima se puso tormentoso y el piloto perdió el control, chocaron en una isla inhóspita, el piloto murió al instante, era humano, madre solía contratar humanos para no sentirse tan intimidad estando en la boca del lobo. Mira se aferro a la vida durante tres días incrustada en una varilla que le atravesó el estómago, tenía la pierna derecha triturada y uno de sus pulmones se había perforado, cuando Draco llegó no dudo en convertirla, al ser su conexión murió y volvió como dueña de la muerte teniendo en su sangre ponzoña de un renacido, así que era un poco más fuerte que un vampiro común, no recuerdo esos días muy bien pero Dominick si, él me habló sobre lo destrozado que estaba Draco, su desespero y dolor, ellos habían decidido tener otro hijo pero el accidente les arrebato la ilusión.

Por otro lado la muerte de Draco había sido una sola vez, lo suficientemenete dolorosa como para no volver a intentarlo, recuerdo cuándo me lo dijo, habia pasado no solo por el trauma si no por el sinsabor de la traición.

Dimitri era mi tío habia sido hijo de la primer esposa de Alexey mi abuelo, aún en la época de Vladislao I, los Borisovich siempre ínfimos amigos de los grandes zares, los grandes cinco decidieron no usurpar el poder y dejar en Desventajas a los más débiles, Dimitri creció con odio luego de ver a su madre caer por un precipicio y acabar con su existencia luego de no soportar darle un hijo a Alexey, aunque claro ella no era su conexión y en esa época los vampiros eran aún más recelosos de esos temas, se consideraban un Taboo, cuando Alexey se enamora de Zaria una simple tabernera y engendraron a Draco, el rencor y odio de Alexey creció... Cuando el abuelo convirtió en dueño de la muerte a Dimitri jamás se imagino avivar el rencor de su hijastro al que amaba como su propio hijo, Draco vivió como un noble, perfecto en la política, perfecto en los saberes, perfecto para las mujeres, y nunca se imagino lo que Dimitri planeaba.

Desde hace siglos cuando los vampiros comenzaron a crecer un grupo nació, los silenciosos, un grupo conformado por humanos, y hasta el día de hoy se sospecha que seres sobre naturales que cazaban a los nuestros para darle fin al poder que tenemos, Dimitri se unió a ellos y atraparon a Padre aún siendo humano, lo sacrificaron, fue torturado, empalado y luego desmembrado, sus restos cocinados, nadie supo que en realidad era un renacido hasta el día siguiente cuando resurgió de las cenizas y renació de su propia sangre para matar a sus verdugos y al hermano que adoraba, fue frío y asentó su dinastía como el único Borisovich, pasó muchos siglos solo deambulando por el mundo sin encontrar a su conexión hasta que Mira lo encontró a él, estaba por casarse con otro hombre en un hotel en Hawai, papá la rapto, Draco se alegro de que madre no fuera un renacido, era una simple humana que jamás pasaría una muerte tan trágica, luego el accidente llegó y madre debió sufrir sola en agonía.

-Debe haber una forma de que no sufras- lo mire con incredulidad, ambos sabíamos que eso no pasaría, mi muerte sería desgarradora, no me equivoque con ese pensamiento.

Llegar al castillo trajo recuerdos enterrados en mi memoria, momentos felices y oscuros. Mi habitación fue remodelada, tenía un ala del castillo solo para mi, la cama Queen que siempre tuve fue cambiada por una Kong de estilo sobrio con cuatro postes a lado y lado y de que caían cortinas delicadas transparentes, mi madre lo había cambiado todo con la ilusión de que algún día regresará con mi esposo y mi bebé, habia una cuna al lado.

Traté de no reír de tristeza, Trenton ya no dormía en cuna desde los dos años, era un niño muy independiente, mi corazón se estrujo, podía imaginarlo llorando por mi.

-Mi señora-me gire hacia la voz, Monik con su extravagancia me devolvió la mirada.

-¿Sí? -sus manos se deslizaron por su tableta.

-Sus amigas vienen en camino- me paralice.

-¿Todas? - mi voz sono chillona, Monik asintio con seriedad.

-Si, mi señora... El señor Draco las llamo, cree que tendrá suerte con su situación si ellas la ayudan... Por su comodidad - solté el aire contenido en mis pulmones, vendrían todas, no las veía desde que escape de casa.

Los cinco grandes eran el poder del mundo sobre natural, cinco casas, ellas conformaban esas casas. Desde pequeña convivi con ellas, todas ya habían renacido, era la más pequeña del grupo, me habían tratado como a una hermana cuando era niña conforme crecí la confidencialidad creció y pasamos a ser amigas, era la última humana en elgrupo.

Sasha era probablemente la más vieja incluso aún más que Draco, de la casa Slim, demasiado reservada para hablar sobre su vida privada con alguien era la que más se guardaba sus dolores, una vez escuche que su conexión había muerto en la dinastía de los Joseon, no sabía si era verdad, pronto lo descubriría.

Elisabetta era su prima menor, tenía setenta años de renacida, hija del hermano mayor del padre de Sasha, tanto Elisabetta como Sasha eran dueñas de uno de los bares para sobrenaturales más conocidos por sus servicios y expectaculos de placer.

Margot hija de los Walton, tal vez su perversión era tan grande como su riqueza y eso era demasiado teniendo en curbts que los Walton eran dueños de Walmart, era tal vez la más libertina, había vivido torridas experiencias sexuales, nacida hace trescientos veinte años y no había encontrado aún a su conexión, había llegado a un punto bajo de desesperación que la compañía de múltiples hombres no había podido llenar aunque ella nunca lo admitiera y se jactara de sus conquistas, ella era quien manejaba a los "consentidos", tal vez por eso su actitud era tan desvergonzada.

Chayna era las más extraña de las ocho, rara entre su propia gente, habia nacido en epoca donde se cazaba y comercializaba a los africanos para someterlos como esclavos, los Aliko la habían declarado como la más bella de África, habia nacido como una albina, se había aislado del mundo en una isla africana donde su naturaleza era liberada, Margot solía llevarle raros especímenes de "consentidos", aunque lo último que supe fue que tenía bajo su ala a tres hombres con los que mantenía relaciones sentimentales. Chayna era la más humana de todas, le dolía matar y hacia lo posible por borrar del mundo su torrida naturaleza, la madre Teresa en vampiro.

Beatrice Medici era tal vez el caso más raro de las conexiones, había renacido hace casi cuarenta años y habia encontrado al día siguiente a su conexión, algo había sucedido, se decía que no vivían juntos y solo se los veía a los dos en un mismo lugar si era algo respecto a las empresas de ella y los museos donde las obras de sus parientes eran exhibidas, se había hablado de las supuestas infidelidades de Marlon el esposo de Beatriz.

Beatrice tenía dos hermanas, Raquel la mayor y Gabriele la menor, la primera era de las más respetadas, lucho en las dos guerras mundiales, tenía el carácter de un soldado y la promiscuidad de una prostituta veterana, estaba al frente del enfrentamiento de los grandes cinco contra los silenciosos.

Luego estaba Gabriele Medici se había casado hace unos 20 años, se hablaba de un matrimonio de conveniencia muy natural en los de nuestra especie, había muerto en circunstancias sospechosas y su renacimiento equivalía al total del tiempo que había enviudado así que no era muy difícil suponer lo que había pasado, había aparecido de la nada con tres niños a los que criaba como sus hijos.

Cuando me fui también escape de ellas, mis manos sudaron, hubiera preferido evitar a toda costa un encuentro con ellos, aunque no era estúpida, estar al lado de ellas me serviría y aún más si ya tenía de mi lado las experiencias de sus muertes.

-Estimación de en cuanto tiempo las vere- pedí, Monik miró su tableta y luego centro sus ojos castaños con matices borgoña, se habia acabado de alimentar de un humano, se dio cuenta.

-Las hermanas Medici aterrizaron esta mañana en Moscú, están resolviendo asuntos familiares y vendrán posiblemente está noche o está madrugada, la señora Sasha tardará tres días está a cargo de unos congresos en una universidad de humanos, La señora Chayna apenas confirmó su venida así que es poco probable saber una estimación del tiempo en que tardará, las señora Walton viene en camino, llega mañana al castillo, la Señora Beatrice llegará en las próximas cuatro horas -asentí, no habia manera de escapar.

Habia tratado de escapar de mi realidad y estaba siendo arrastrada de nuevo a ella. No tenía escapatoria, si quería a Bart y a Trenton a mi lado debía sacrificar mi humanidad, debía morir.

Los últimos días una idea loca se fue generando en mi cabeza y cinco días después cuando mis amigas, mis padres y Dominick estuvieron reunidos en la oficina de Draco, la idea habia madurado.

-Tengo un plan-Los ojos borgoña en distintos matices me observaron con simpatía e intriga.

Ya no había vuelta atrás.

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*Moya doch' hija mía

            
            

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