Abro mis ojos desorientada, con nauseas y dolor de cabeza. He aceptado varias cosas en mi vida que en unos días anteriores no hubiese aceptado ni aunque estuviera loca. Pero solo tengo que cumplir lo que me han encomendado y volveré a casa para prepararme e irme a la estudiar a la universidad a tener una vida normal.
Me levanto sin equilibrio haciendo que me sienta rara. Miro lo que son mis manos y me encuentro con unas patas de diferentes tonalidades. Niego varias veces, creyendo que aún estoy durmiendo por lo que mi bisabuela me dio de tomar la anoche.
-¡No puede ser! - camino hacia el agua para ver mi reflejo. -¡Ah! - grito escondiendome de mi propio reflejo en el agua critalina, pero de mi hocico solo sale un chillido agudo.
¡Ya no tengo un rostro plano! Observo que mi rostro está inundado de pelo de diferentes tonalidades. Mis orejas se mueve hacia al frente y hacia atrás ya que me asusto de mi reflejo pero a la vez se ve curioso.
-Mm ¿Qué pasa? - escucho como los presentes inquieren al escuchar mi aullido.
-¡¿Qué pasa?! - les contesto con otra pregunta. -¿Quieren saberlo? - estos asienten rascando sus ojos sin verme, ya que los he despertado. -¡Soy una loba!