Atracción peligrosa

Otra copa señoritas?- Exclamó el mesero con un vino de los más caro de este restaurante

- Si por favor- Murmuro mi hermana mayor Eva

El mesero asiente mientras me da una mirada picarona

- ¿Lo conoces?- Suspiro Eva - O solo te lo follaste?

Ruedo los ojos mientras hago una mueca- No sé, no lo recuerdo igual no me importa-

-No te importa nada, nunca piensas en nuestra reputación solo piensas en follar a cualquiera. Ya pareces puta.-

Mi hermana era una de las mejores modelo representando la herencia y porte de nuestra familia mientras yo era una boxeadora de quinta

- Solo pienso en mi, además nuestros padres me dan por fuera para ellos ya no soy su hija- concluyó tomando la copa, el líquido pasaba por mi garganta refrescándose

- ¿Nunca cambiaras cierto?-

Sonreí pero por dentro me dolía

-Terminamos cierto? iré a fumar- Eva hace mala cara mientras me levanto, llevaba un vestido pegado al cuerpo con 5 centímetros arriba de mi rodilla, la gente de allí me miró pero como siempre termine ignorada

Salí de allí agarrando un taxi -Lléveme a un bar de mala muerte- Dije mientras me sentaba en la parte de atrás el chofer solo movió sus ojos arrancando sacándome de ese lugar de mierda, la diferencia de ambiente fue impresionante había gente afuera bebiendo hasta drogándose y el bullicio de la calles

Solo podía pensar en emborracharme hasta olvidar mi nombre y mi vida.

-Llegamos señorita- el chofer parquea en un bar llamado "Bajo la luz roja" , le tiro un par de billetes bajándome

El bar estaba lleno de gente, el olor a sustancias ilegales y sexo era fuerte pero se sentía vida enseguida me dirigí a la barra donde pedí una cerveza

Observaba todo entres chicos riendo mientras bebían porque habían entrado ilegal al bar mientras otros tenían sexo con ropa

- Que hace una linda hermosura en estos barres- Sentí el fuerte olor a hombre, volteó esperando encontrarme con el típico gordo o cualquier cosa pero a su vez me encontré con hombre hermoso, sus ojos azules parecían dos lagunas impredecibles, su altura su cara todo era perfección

- ¿Se nota que no soy de aquí? '-Respondí mirándolo fijamente haciendo que riera, este metió sus manos en sus bolsillos mientras se sentaba a mi lado

-Tu cara se me hace conocida- Hice un gesto de amargura

-¿Si? ¿Puedo saber de donde?

Mi cara era conocida mis padres eran famosos empresarios y además mi Tatara abuelo era de la mafia, no podía escapar de los pasados de mi familia

-Eres tan linda... Pero ahora mismo no recuerdo donde sinceramente - Exclamó alzando sus brazos

-¿Quieres otra copa hermosa? -

-Claro. - Mi sonrisa era verdadera

-¿Ayúdame a recordarte? -

-Soy Chloe - Dice con una voz suave pero seductora

-Soy Enzo -

................

La noche había tomado rumbo, la música calaba mi cuerpo y yo era un títere de esta, ya estaba pasada de tragos lo sabía muy bien pero me sentía bien, Enzo a su parte solo se burlaba de mi espectáculo

-¿Desde cuándo no tomas? - Murmuró en mi espalda, su gran paquete rozaba mis nalgas haciendo que me prendiera, Volteo mientras seguía bailando

- Bebo mucho pero nunca en compañía -

-¿Qué te parece ir a un lugar más silencioso?, donde solo estemos tu y yo - Sus ojos eran dominantes me sentía caliente.

Esta noche yo era su presa y él mi cazador.

Sabía a qué se refería al estar solo y brinque de felicidad - Vamos-

Su mano cayó directo en mis caderas llevándome entre la gente hacia un pequeño lugar donde comenzó la acción del placer y lujuria

Agarre su mano suavemente y comencé a lamerla y dejar que metiera sus dedos en mi boca y los restregaba libremente en mi lengua eso me excitó, me volvió a besar, pero esa vez fue más fuerte, más violento, sentí un pequeño mordisco en mi cachete pero no me soltó me sigue lamiendo más suave, más tierno, como sanando la herida de mi chaquete, su mano subió desprendiendo mi sujetador y sacando mi blusa sus manos volvieron a subir por mi espalda hasta mi nuca, cuando me agarro del cabello y me empujó hacia el piso haciéndome poner de rodillas

Comencé a caminar hacia el interior del la cama, ahora podía verlo bien todo, la cama con barrotes y un cubrecamas bastante grueso, de un color rojo intenso, con unos diseños en negros, y a los pies de la cama un collar, con una correa, color blanco, parecía caro, dos sillones a los lados de la mesa, antiguos de tapizado rojo fui gateando despacito.

Observando ,sin entender, sin conocer, me dio un poco de curiosidad, lo mire y luego que pasó por mi lado caminando, alejándose la camisa

-¿Te gusta lo que ves? Te haré suplicar toda la noche - Exclamó mientras desabrochaba los botones de los puños de la camisa lo sentía muy duro, sentía el olor que emanaba a excitación, cerré los ojos y disfrutaba de lo que estaba haciéndolo

Golpeó de una palmada mi seno, nunca me habían hecho eso, hice un pequeño gesto de dolor, y él lo volvió a hacer, y otra vez, otra vez, y otra vez, mientras me tenía agarrada del pelo.

Primero sentí dolor, pero inmediatamente se convirtió en excitación, mis senos ardían, se quemaban y él disfrutaba mientras yo los exponía más para recibir los golpes que sus manos me daban.

Rozó mis nalgas, sus manos estaban calientes, quería que recorran todo mi cuerpo, sacó su mano y me dio un azote con la palma creo que lo esperaba, fue fuerte, pero soportable me hizo bajarle los pantalones y el bóxer, comencé a lamer primero muy despacio y suave, disfrutaba de su olor, cada vez las lamidas eran más rápidas, mas húmedas, él estaba recostado en el sillón, me dejaba hacerlo a mi mientras me observaba, le gustaba, lo disfrutaba, y yo más, estaba tan excitada sentía casi dormida mi nalga, no sé cuántos azotes fueron, perdí la cuenta en el cuarto o quinto, solo me ardía, sus manos ya recorrían mi cuerpo, no puedo explicar con palabras la sensación de dolor y placer que podía percibir,

Por primera vez quería complacer a ese hombre, me seducía su rudeza, masculinidad mezclado con ternura, su sexualidad, me excitaba muchísimo quería más de ese hombre aunque solo sea por esta noche

Eso se sentía delicioso, lamía mis pezones y los chupaba de manera tan excitante y comenzó a morderlos, despacito, apenas sentía el roce de sus dientes y más me excitaba, cada vez eran más fuertes los mordiscos, pero no me lastimaba solo, me excitaba más y más, el dolor se intensificó mientras sentía su pene latir sin que me penetrara, estaba tan mojada, tan excitada tan a punto de estallar mi corazón tan acelerado, mi respiración casi en un ahogo