"¡Adam, te amo!"
El dormitorio se hallaba en oscuridad, Thalía Cloude estaba recostada sobre el regazo de un hombre, esforzándose asiduamente por seducirlo.
Sin embargo, el hombre al instante la empujó. "Thalía Cloude, ¿Desde cuando eres una z*rra?"
Adam Matthews la miró con enfado, como si se tratara de algo despreciable.
En lugar de retirarse, Thalía avanzó y presionó su cuerpo contra su pecho. "Adam, pocas veces vienes a casa...no me alejaré de ti..."
Adam de repente sintió una oleada de calidez en su abultado miembro. Él entrecerró sus apasionados ojos y la tomó de la barbilla con fuerza. "Eres una p p*rra, ¿cómo fuiste capaz de drogarme con un afrodisiaco?"
Thalía se quedó callada. S*xo de hecho, tuvo que presionar sus dientes para soportar su rudeza mientras tenían s*xo. Sus lágrimas comenzaron a rodar sobre sus mejillas hasta empapar la almohada.
La llamó p*rra, lo que significaba que al menos estaba consciente de que era Thalía Cloude, y no Agnes Cloude.
Ella era su esposa. Si estuvieran juntos en la cama y él gritara el nombre de otra mujer, ¡ella estaría llena de amargura!
Quería recordarle que la mujer que estaba teniendo s*xo con él en ese momento se llamaba Thalía, ¡con quien había estado casado estos últimos tres años!
"Adam, cuando estuviste con Agnes Cloude, ¿fuiste así de rudo?"
Thalía estaba sufriendo mucho. No pudo evitar preguntarle, mientras presionaba su cintura.
"¿Quién eres tú para mencionar a Agnes y además compararte con ella?" Adam se alejó, se levantó y la arrojó al suelo. "¡Una mujer tan repugnante como tú no es nada comparada con Agnes!"
En ese momento se escuchó un estallido. La espalda baja de Thalía golpeó contra las patas de la cama. Al instante sintió el intenso sabor de la sangre en su boca.
Que asco...
¿Cómo podía llamarla repugnante?
En el pasado la trataba con tanta gentileza como si fuera un tesoro para él. Ella pensó: '¿Por qué me trata de una forma tan desagradable después de que nos hemos casado?'
La desesperación se extendió como hierba mala en el corazón de Thalía. Ella sonrió con amargura y dijo: "En este caso, Adam, divorciémonos".
Las manos de Adam, que estaban abrochando su cinturón, se congelaron. Su mirada aterrizó sobre su rostro.
Desde el día en que se casaron, había pedido el divorcio en incontables veces. Pero sin importar su estrategia, las amenazas e incluso las tentaciones con dinero, ella nunca lo aceptó.
Sin embargo, ese día sí que lo sorprendió al tratar de seducirlo, drogarlo e incluso al proponer el divorcio.
¿Qué demonios estaba tramando esta p*rra?
Thalía reprimió sus lágrimas y se levantó poco a poco. "Estoy de acuerdo en divorciarme de ti; sin embargo tengo una condición".
Adam frunció el ceño. "¿Que juego estas jugando?"
"¡Debes diseñar un vestido de novia para mí!"
"¿Diseñar un vestido de novia para ti?" Adam se quedó estupefacto durante unos segundos. A continuación, se burló de ella. "¿Quién te crees para exigirme algo?"
Sus palabras fueron como espadas afiladas que atravesaron el corazón de Thalía. Su cuerpo se tambaleó, no obstante a pesar de todo mantuvo la cabeza en alto actuando de forma obstinada. "¡Si quieres que firme el acuerdo de divorcio, debes prometerme eso! De otro modo, ¡Agnes solo podrá ser tu amante por el resto de su vida!"
"¡P*rra!"
Adam respondió furioso. "¡Si no fuera por tu culpa, Agnes sería mii esposa! ¡Si no fuera por ti, Agnes no tendría que estar viviendo algo tan terrible!".
Thalía presionó sus dientes y dijo lentamente: "¡Adam, deja de mencionar el pasado! ¡Si te niegas a divorciarte, no me importa seguir tu juego!"
Sus ojos evidenciaban la derrota. "Nuestro matrimonio fue aprobado y decidido por tu abuelo, no lo has olvidado ¿cierto? ¡Si me niego a divorciarme, nadie puede obligarme a hacerlo!"
"¡Me pregunto por qué Agnes tiene una hermana tan perversa como tú!"
La mirada de Adam era tan aguda y fría como el hielo. Thalía sintió como si la estuvieran apuñalando.
En su rostro se dibujó una sonrisa llena de amargura. Todavía tenía la intención de mencionar algo, sin embargo repentinamente sintió que la sangre subía por su garganta.
"Piénsalo. ¡No tengo mucho tiempo que perder!"
Rápidamente saltó de la cama, salió corriendo de la habitación y se dirigió apresuradamente al baño que se encontraba en su dormitorio.
"Ugh-"
Thalía vomitó demasiada sangre al grado que se quedó sin fuerzas. Ella miró hacía el inodoro, el tono rojo destellante le provocó mareos.