"Naciste para servir a tu hermana. Morir por ella es tu mayor honor".
Esas fueron las últimas palabras que escuché de mis padres.
Estaba en una cama de hospital, fría y débil, a punto de ser vaciada para salvar a mi gemela Scarlett.
Siempre fui su "recurso de apoyo": mi inteligencia, mi salud, mis oportunidades, todo le fue entregado. Ahora, mi vida misma.
Cerré los ojos, sintiendo una última oleada de resentimiento, y luego... nada.
¿Acaso mi destino era ser un mero repuesto, un objeto descartable sin derechos ni futuro?