-Bajo el poder que La Comisión del Consejo Lunar me ha otorgado-siento el nudo en mi garganta y las lagrimas atrapadas en mis ojos-Decreto que Gema Growing será sometida al castigo mayor giboso.
Sus palabras me golpean fuertemente aún cuando ya sabía que era eso lo que iba a decir, pero enfrentar la realidad es mucho peor que la imagen de este momento en mi mente.
-Será despojada de su libertad y vivirá en los tótems externos a la nuestra civilización. Deberá entrenar diario para convertirse en una fuerte guerrera-todo a mi alrededor parece omitirse, desde los susurros hasta las celebraciones-Esta decisión es irrevocable a menos que uno de los altos mandos de La Comisión del Consejo Lunar desee otorgar a Gema un precio por su libertad.
Aplausos. Gritos. Silbidos. Todos celebran mi castigo, toda Gibosa se alegra de mi desgracia. No los culpo, esto es poco para lo merezco por todo lo que hice.
-Ahora procederemos a marcar el castigo-las lagrimas salen de mis ojos inevitablemente. Todos me miran con horror, pero eso no impide que deje de llorar.
-¡No, por favor! -grito mientras intento zafarme del agarre de los guerreros. Solo logro que me tomen mas fuerte y hagan que mis brazos y cuerpo duelan-¡Basta, por favor! -intento decir mientras tiran de mi cabello para que mi cabeza quede hacia atrás con mi pecho expuesto.
El dolor llega. Llega convirtiéndose en una de las peores cosas que puedo sentir en mi existencia. Dura unos segundos, pero es el suficiente para arrancarme un grito de dolor. No soporto el dolor y siento como la marca recorre mi cuerpo y cuando llega a mi cabeza, me domina, demandándome perder la conciencia.
No logro poner resistencia y antes de perder la conciencia, con mis ojos llenos de lágrimas, mi vista va entre la muchedumbre, a las únicas personas que no celebran mi castigo.
-Perdón-es lo último que susurro mientras pierdo mi conciencia con su imagen en mi cabeza.