Verónica.
Estoy aturdida me duele el cuerpo, escucho voces, pero no entiendo que sucede, trato de concentrarme y de recordar que paso antes de llegar a esta situación, algo malo pasó lo sé ¿Qué pasó?
Flashback...
Verónica.
Estoy aturdida me duele el cuerpo, escucho voces, pero no entiendo que sucede, trato de concentrarme y de recordar que paso antes de llegar a esta situación, algo malo pasó lo sé ¿Qué pasó?
Flashback...
Estaba en el jardín trasero de la casa cuando llego Dimitri mi esposo muy enojado, furioso sería la palabra correcta, me levantó jalándome del brazo, debo mencionar que al principio iba todo bien, era amable, cariñoso como cualquier pareja de recién casados, pero poco a poco su actitud fue cambiando hasta llegar a las agresiones verbales, por más que le pregunté ¿qué le pasaba y por qué me trataba de esa manera? Solo me agredía más y lo enfurecía.
Me lleva a rastras dentro de la casa, Mary, nuestra empleada una señora de edad, solo me observa con lastima, evitaba involucrarse, sé que necesita el empleo, su esposo estaba enfermo y su único hijo ya no los veía. Dimitri la amenazaba con dejarla en la calle, se escuchará egotista, pero la necesidad apremia.
-¡Vamos camina!
- ¡Qué te pasa Dimitri suéltame!
-¡Soltarte, ni lo sueñes primero me vas a escuchar! Me grita mientras me lleva a la habitación ¡No sabes cuánto te odio, te aborrezco, me das asco!
Me azotó contra el piso, al caer me golpe con el filo de la cama, pero para él no es suficiente me da una bofetada y al ver la furia en sus ojos no se iba a detener, metí las manos para evitar los golpes y es ahí donde me deja de atacar para darme patadas en las piernas, mis quejidos casi ni se escuchan, son leves suplicas ya que me he quedo sin aire, me toma del cabello y me levanta el rostro para que lo vea a los ojos, esos ojos grises que me cautivaron y ahora rojos de la rabia.
-Te he aguantado hasta hoy, pensé que eras una buena mujer pero cada vez que me entero de más cosas que no hacen más que sentirme humillado, me llenas de repulsión y a todos los que te rodean, tu familia te repudia ¿no lo entiendes? actuaste muy bien para que no me percatará de tu citas con otros hombres, pero lo de ayer fue lo último que me haces, si tanto te gusta andar de prostituta pues vete no sin antes divorciarme de ti, ahora ¡firma! Que no quiero estar casado con una basura como tú.
Me avienta las hojas que al verlos efectivamente dicen acuerdo de divorcio, estoy totalmente perdida en mis pensamientos más bien en shock y las preguntas inundan mi mente ¿Por qué me acusa de lago que no hago? ¿Por qué me llama prostituta? De pronto pero el me levanta a jalones.
-Vamos firma y ni creas que recibirás ningún centavo de mí, si ese fue tu objetivo te iras como llegaste, sin nada, al contrario, me quedas debiendo por haberte dado de comer este año.
Tomo la pluma, pero antes de firmar lo observo queriendo descifrar qué pasa por su mente, pero qué más da, me sostengo de la cama para ponerme de pie, él me observa como si fuera su peor enemigo. Esta será la última vez que lo vea, tendrá que escucharme, aunque no lo quiera.
-Dimitri, nunca te he fallado ni con el pensamiento, me case contigo por amor...
-¡Basta hipócrita! Ahora firma que no quiero escucharte ni verte ni un minuto más.
-Claro que firmaré y no porque te dé la razón, sino porque simplemente no he fallado a este matrimonio...
-¡No me has fallado ramera! Entonces y tus escapadas al club y a ese prostíbulo, tus clientes me fueron a ver ¿sabes que me dijeron? que lo gozas muy bien con ellos.
-No sé de qué me hablas Dimitri, nunca supe porque me has tratado así, he hecho hasta lo posible por agradarte y que nuestro matrimonio funcionara, yo si me case por amor, jamás he estado con ningún hombre que no seas tú, te consta fuiste mi primer hombre, piensa lo que quieras.
-¡Mentira!
-¡No es mentira! Bien lo sabes que era virgen, pero ¿sabes qué? Yo también estoy cansada de ti, escucha bien, averiguaré de donde viene esto y limpiaré mi nombre porque yo no soy ninguna ¡prostituta! grábatelo bien.
Se carcajea -No me hagas reír ahora firma y sal de mi casa.
Firmo el acuerdo de divorcio y ahora si estoy totalmente sola, siempre anhele un hogar pensando que me casaba para formar una familia, pero todo término de la peor manera.
Avanzo a la puerta antes de salir le digo lo último como marido y mujer.
-Querido esposo escucha bien, limpiaré mi nombre y jamás te lo perdonaré, espero que cuando veas la verdad no vengas a mi ten por seguro que no lo olvidaré y ten por seguro que también te olvidaré.
-¡No te llevaras nada! ¡fuera!
Salgo de la habitación y camino con dificultad por el dolor las patadas fueron fuertes, aunque me duele más el corazón. Mary me observa horrorizada con lágrimas en los ojos.
-Por fin se acabó mi querida Mary, gracias por estar conmigo cuídate mucho - con lágrimas en los ojos me despido de la única compañía que tuve en esta casa.
-Señora, no es justo.
-Tranquila estaré bien las heridas del cuerpo se curan, pero las del alma no, esas jamás se cerrarán.
-Señora, al menos deje le doy mi abrigo y un paño para que se limpie el rostro ¿tiene a dónde ir? La llevo a mi casa.
-Gracias Mary yo me las arreglaré, cuídate.
-Perdóneme por no ayudarla, es tan injusto verla así, usted es un sol no entiendo tanta maldad.
-Todo a su tiempo Mary, nos volveremos a ver algún día y me veraz feliz, lo juro, es una promesa.
Salgo de esa casa que una vez considere mi hogar, paso por la jardinera viendo todas mis flores, las que plante con tanto cariño para que lucieran cuando tuviera visitas, aunque nunca tuve una, me despido de ellas, mis bellas rosas.
Abro el enrejado y al cerrar volteo a ver por última vez, aquí dejo el amargo y fallido matrimonio que no pudo ser. Camino por la calle sin rumbo no sé qué hacer ni a quién recurrir, me duele el cuerpo de los golpes pero sin dinero no tengo posibilidades de ir a un hospital y menos de un hotel así que decido ir a un refugio en donde preste mi servicio en mis años de secundaria, al llegar ahí me decepciono ver que han cerrado ya no tengo fuerzas para caminar el frio me entume, mis ojos ya no derraman lágrimas se han secado, estoy agotada lo último que recuerdo es la oscuridad que me consumió.
¿Dónde estoy?
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