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Después de tres años de entregarse por completo al matrimonio, ¡la recompensa de Eleanor fue nada más que un despiadado divorcio! El primer amor de su exmarido le causó problemas, y la familia política no tardó en sumarse al ataque. Sin embargo, pronto lanzó su contraataque: le tiró café a la pareja infiel, reveló una grabación que exponía a su cuñada y, entonces, la reputación de esa familia quedó completamente arruinada. La mujer sumisa que despreciaron era la mente maestra de la cotización en bolsa de la empresa de su exesposo y también la misteriosa Cirujana Legendaria. Él suplicó llorando desconsoladamente, pero ya era demasiado tarde. Los periodistas quedaron boquiabiertos al descubrir la verdad. Un hombre poderoso la abrazó con firmeza. "¡Ella era mía!".

Capítulo 1 Aquí está el acuerdo de divorcio

En la oficina del CEO del Grupo Todd, Jonny deslizó unos papeles sobre el escritorio hacia Eleanor y le dijo: "Aquí está el acuerdo de divorcio. Revísalo y, si todo está bien, fírmalo".

"¿De verdad tenemos que terminar nuestro matrimonio?", preguntó ella, con una expresión sombría con la que ocultaba sus verdaderos sentimientos.

"¿Qué más esperabas? Nuestro matrimonio solo existió para hacer feliz a mi abuela", le recordó él, en un tono ligero, alzando una ceja.

Mientras hablaba, tomó de la mano a la mujer que estaba a su lado y, suavizando la voz, agregó: "Y ahora que Lainey regresó, necesito devolverle su lugar y darle el respeto debido".

Eleanor levantó la cabeza lentamente. Su mirada se posó en la mujer que siempre había vivido en el corazón de su marido: Lainey Gilbert. Ella era su amiga de la infancia y su exnovia.

Tres años antes, las familias Todd y Gilbert habían planeado un compromiso para Jonny y Lainey, pero antes de que pudiera celebrarse la ceremonia de compromiso, él sufrió un accidente automovilístico que le dejó las piernas rotas. Los médicos advirtieron que tal vez nunca volvería a caminar.

Cuando la noticia llegó a los Gilbert, cancelaron abruptamente el acuerdo y enviaron a Lainey al extranjero.

Sin embargo, a pesar de su cruel rechazo, él nunca logró olvidarse de su primer amor. De hecho, con su repentino regreso estaba impaciente por disolver su matrimonio con Eleanor y convertir a Lainey en su esposa.

Esta última, vestida con un ligero vestido blanco, tenía hoyuelos que aparecían al sonreír. Además, con su atuendo parecía una flor frágil en plena floración. Su belleza era innegable. Por eso, tenía sentido que Jonny se hubiera aferrado a su recuerdo durante todos esos años.

Como Eleanor no decía nada, Lainey, con aparente sinceridad, se dirigió a ella.

"Señora Todd, Jonny y yo nos amamos de verdad. Espero que nos dé su bendición".

Pero, ¿cómo podía ser amor verdadero si Lainey lo había abandonado en el momento en que quedó lisiado, solo para regresar ahora que estaba recuperado?

Eleanor soltó una risa seca, mientras desviaba la mirada hacia Jonny y decía: "No tengo problemas con darte el divorcio, pero después de todo lo que he hecho por tu familia durante estos tres años, no me iré con las manos vacías. Espero una compensación justa".

Como Sallie Todd, la matriarca, la había ayudado una vez en el orfanato, Eleanor había aceptado sin dudar cuando le pidió que se casara con su nieto. Desde entonces, se había dedicado por completo al papel de esposa leal, e incluso llegó a sentir cariño por Jonny mientras veía sus esfuerzos por volver a caminar.

Pero, a pesar de su devoción, tres años no habían servido para ablandar su corazón. Ahora, parecía que dejarlo ir era el único camino que le quedaba.

Aun así, su papel en impulsar al Grupo Todd a su exitosa cotización en la bolsa no era poca cosa. No permitiría que su arduo trabajo fuera en vano.

Jonny se rio entre dientes mientras encendía un cigarrillo. Sus facciones se agudizaron entre la neblina del humo, mientras respondía: "No te preocupes. Firma los papeles y tendrás setenta millones de dólares, y una villa junto al río".

Aunque al hombre le importaba poco Eleanor, no podía ignorar que había permanecido a su lado mientras sus piernas eran inútiles. Le parecía que eso era suficiente para saldar la deuda entre ellos.

"Te daré dos días para que lo pienses. Si quieres algo más...", comenzó.

"No es necesario", lo interrumpió la mujer, antes de levantar con gracia el bolígrafo y escribir su nombre en el documento. "Mañana mismo me mudaré y dejaré el lugar libre para ti y la señorita Gilbert".

Jonny sintió una chispa de satisfacción por su decisión. Ni siquiera él podía negar que Eleanor había sido una esposa modelo: hermosa, complaciente y hábil para mantener la casa en orden.

Sin embargo, encontraba su naturaleza insoportablemente sosa. Vivía como una máquina, cumpliendo con sus deberes sin espíritu ni sorpresa. La encontraba aburrida, inmutable y sin chispa, así que nunca podría despertar su deseo.

Lo que anhelaba era una compañera que lo comprendiera de verdad, alguien capaz de estar a su lado en cada tormenta. Y, en su mente, solo Lainey encajaba en ese papel.

Jonny recogió el acuerdo e hizo que uno de sus empleados lo llevara al juzgado. Estaba a punto de dirigirle a Eleanor unas últimas palabras de cortesía cuando Lainey se inclinó y le dio un pequeño tirón de la manga.

"Jonny, estaba pensando... A mí también me gusta mucho esa villa", dijo la amante.

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