Capítulo 5 SIN PROTECCIÓN

Isabella Holmes

Llegó al apartamento directo al baño, ¿Cómo pude ser capaz de darle mi virginidad a ese burro sin corazón? Y encima disfrutarlo, porque no puedo negarlo, es un amante increíble y claro ¿Cómo no serlo?, si tiene toda la experiencia del mundo, ¡qué asco!

Ese hombre me ha hecho la vida cuadritos la peor semana de mi vida es la que llevo trabajando para él, por culpa de él pensé todo tipo de estupideces, hasta estuve tentada a dejar mis estudios de medicina. ¡Y ya estoy a punto de graduarme!, es una locura.

Me tiene agotada física y emocionalmente, me quito el maldito vestido y me doy una ducha de agua helada, me duele todo, parece que me acosté con una vampiro, literalmente, Andrew por poco me come viva, estoy llena de chupones y hasta mordiscos por todo el cuerpo.

Ni siquiera usamos protección y , porque el desgraciado es enorme, ah pero yo estaba medio loca por el alcohol, porque a pesar que era mi primera vez, fui yo la que tomó la iniciativa, para una segunda y una tercera vez ...¡No sé cómo voy a verlo a la cara mañana!,

Seguramente me va a despedir - Porque él no se acuesta con sus empleadas. - Digo tratando de imitar su voz ronca, casi todas las mujeres de la clínica sueñan con una noche en sus brazos, pero yo no quería eso...

-¡Demonios!- Chillo pateando la pared del baño y lastimándome el dedo meñique del pie estúpidamente, me siento frustrada y arrepentida de la decisión de salir ayer, si pudiera devolver el tiempo, no salgo a tomar es más, nunca más tomaré de nuevo.

- ¡De todos los putos hombres del planeta, caigo en las manos del tirano! - Me quejo mientras lloriqueo en el baño

- Pero bastante que te gusto. -Me dice la voz de la zorra que se encuentra en mi cabeza, mi conciencia...

-Odio discutir contigo, mejor cállate- Respondo en voz alta como si discutiera con alguien mas...Lo sé estoy demente.

Recuerdo que termine con mi novio solo porque quería sexo conmigo, pero voy y me acuesto con ese ogro no sé porque me odia, yo no le he hecho nada

Lo que más me molesta de todo esto es que me prometí a mi misma que solo me acostaría con el amor de mi vida y mira con quien estuve, con el único hombre del planeta que parece odiarme con todas las fuerzas de su corazón.

Debo admitir que fue algo extraordinario, siempre fantasee con algo así ¡maldita sea! ¿Quién no ha fantaseado aunque sea una vez con el ogro ese? ¡Es un lindo imbécil!, bajo la ducha

Salgo del baño con semblante derrotado, me coloco ropa cómoda y unos lentes oscuros, luego voy a la farmacia en mi moto, a comprar lo que necesito después de una noche loca.

La pastilla del día después, luego un emparedado y un café en una cafetería cercana y posteriormente me dirijo a la clínica hoy es mi día libre y todos me ven preguntándose qué hago aquí, saludo a todas y todos con los que coincido y voy directo al laboratorio, -Necesito una examen de VDRL, y VIH. - solicitó a la enfermera que abre los ojos asombrada, ella me conoce y sabe que no tengo pareja.

- ¿Nena porque necesitas eso?- Cuestiona la muy chismosa.

-Tuve sexo casual, sin protección. - Respondo sin aclararle con quien, ella es mi amiga pero es un poco boca floja.

- ¿Con quién?- Cuestiona chismosa eso no le interesa pienso mirándola con dureza, todos aquí somos mayores de edad, creo que era la última virgen en la clínica..

-No lo sé, con un desconocido, estaba borracha. -Miento, si digo que fue con el doctor Andrew todos pensaran que soy una zorra, jugando con Valente y Andrew a la vez, cuando lo único que me une a Valente es una hermosa amistad.

Salgo del laboratorio, pensando que quizás hubiese sido mejor irme a otro lado, pero ya lo hecho, hecho está, después vuelvo a mi casa, intento estudiar y no logro concentrarme en nada, por estar pensando en Andrew Cole, hasta que Valente me comienza a escribir.

- ¿Hola que haces?- Me envía un mensaje el doctor Valente, sacándome de todos esos pensamientos pecaminosos, ¡diablos no tenía idea que era tan flexible!, ayer practicamos unas posiciones que ni sabía que existían.

-Tratando de sobrevivir a mi semana con el ogro ese con quien me dejaste. - Me quejo.

-Con el tiempo se la llevaran mejor. - Me da ánimos, él no tiene idea de la semana infernal que acabo de pasar y menos con el broche de oro con el que cerré la semana.

-No lo creo. - Respondo de vuelta, con actitud de lo más pesimista.

- No tienes idea de lo mucho que te extraño, nada es lo mismo sin ti. - Confieso con ganas de llorar, claro que no le digo lo que hice anoche con su amigo, no tengo el valor para hablar con él de esas cosas.

-Yo también te extraño, ¿quieres cenar conmigo esta noche? -Propone, acepto solo para despejar mi mente y dejar de pensar en la noche anterior.

-Me encantaría, me hace mucha falta tu compañía. - Le respondo sincera, siempre estábamos juntos en el trabajo, es como un padre para mí...Aunque los demás no logren comprenderlo

-Pasaré por ti a las siete, sabes que estoy viejo y me canso muy rápido, no puedo salir tan tarde. -

Me hace reír-Te pones hermosa. - Ordena.

-No me digas que me vas a llevar a una de esos restaurantes caros, donde sirven una cucharada de comida y te sacan un ojo de la cara...- Me quejo

-Pues si te digo. -Responde, automáticamente ruedo los ojos.

-Valente, sabes que esos sitios no me gustan. - Me sigo quejando.

-Debes acostumbrarte, me encontraré con unos amigos y no quiero llegar solo, me siento como un perdedor-Informa

-Okey, lo que tú digas, nos vemos más tarde. - Respondo, dejo el celular en la mesa, cierro los libros y me acuesto a dormir, de verdad tengo un sueño que no me lo quita nadie, debo comer antes de salir a comer, pienso con una sonrisa en la cara.

Me levanto por los golpes constantes en la puerta

- ¿Doctor que busca aquí en mi casa?- Le pregunto a Andrew que esta frente a mi puerta con cara de estar muy molesto.

-Dejaste un trabajo incompleto, Isadora. - Me dice con las manos en la cintura y unos lentes de cuya montura le dan un aspecto de intelectual, se ve lindo.

Disimulo, mi boca abierta y respondo segura-Nunca he dejado ningún asunto inconcluso, siempre hago mi trabajo lo mejor posible. - Rememoro el día de ayer y todo quedo perfecto en la clínica.

- ¿Estás segura? Porque te busqué esta mañana y te fuiste sin despedirte. - Me responde, caminando hacia mí, viéndome como un depredador a su presa.

- ¡Oh por Dios! deberías olvidar ese asunto no le des importancia ¡Estábamos borrachos!-Justifico, para que se vaya

-Has roto mis reglas, - Me responde serio acercándose.

- ¿Qué piensa hacer despedirme?- Le preguntó, levantando la barbilla para que sepa que no tengo miedo, no me intimida.

-En realidad vine a que termines el trabajo. - Me dice llegando hasta mí y besándome tan rico como me beso anoche, me toma entre sus brazos y me acuesta sin delicadeza en la cama, respondo a sus besos con pasión, me siento totalmente mojada, y tocan la puerta.

-No abras. - Me ordena, pero yo sacudo la cabeza para descubrir que estoy sola en la cama y eso solo era un sueño.

- ¡Maldición!- Exclamó viendo la hora son las seis y media, y todo fue un maldito sueño ¡gracias a Dios!,

-Abro la puerta de mal humor y frente a mí está Valente con una sonrisa y un ramo de rosas blancas, que me hacen cambiar la cara de inmediato.

-Gracias son preciosas. - Respondo sin vergüenza, porque es temprano, el me cito a las siete

-Te espero en el auto. - Me dice, sin reprochar que va a tener que esperarme un poco.

Me arreglo lo más rápido que puedo y usó un vestido discreto, Carol me escondió los lentes así que debo usar los de contacto si o si, aunque los odio.

Bajo rápidamente, y encuentro a Valente en su auto jugando en el celular mientras me espera.

-Luces preciosa. - Me halaga abriéndome la puerta, es todo un caballero chapado a la antigua.

-Gracias, tu también luces genial. - Respondo sinceramente, aunque noto que se ve algo cansado.

-Gracias por aceptar acompañarme, me he sentido solo, te extraño a mi alrededor. - Me responde no aguanto y lo abrazo, él ha sido muy importante para mí, desde que entré a la clínica me ha tratado de una forma muy especial

Entró del brazo de Valente al lujoso restaurante de estilo familiar, con una sonrisa en los labios, que muere de inmediato al ver quien nos espera en la mesa, nada más y nada menos que Andrew Cole, muy bien acompañado como siempre.

Me ve de arriba debajo de forma despectiva, haciéndome sentir súper incómoda, ¡Seguro va a abrir la boca sobre lo que hicimos anoche!, ¡Qué vergüenza, tengo ganas de salir corriendo!

-Buenas noches amigo, ¿Cómo estás? ¿Qué tal el trabajo?-

-Estoy bien, aunque rodeado de incompetentes, pero no todo puede ser perfecto. -

-Querido no hablemos de trabajo, más bien preséntame a tu amigo. -Le dice su acompañante.

-Mónica, él es el doctor Valente y ella es su novia. -Nos presenta Andrew y yo ruedo los ojos

-Mucho gusto, señorita soy Valente Black y mi acompañante es la señorita Isabella Holmes. -Responde Valente, se dan la mano y luego es mi turno.

-Mucho gusto. - Saludo incomoda

Andrew no me quita los ojos de encima y comienzo a sudar nerviosa, - ¿Qué deseas tomar querida?-Pregunta Valente de forma amable, Andrew y su acompañante ya están bebiendo algo.

-Solo agua. - Respondo de forma tímida bajando la cabeza, no soporto su mirada sobre mí, siento que me está quemando.

- ¿Te sientes bien?- Me pregunta Valente, ¡debería saber que no! odio a su amigo sin embargo asiento, todos ordenamos, pero yo no puedo comer nada en presencia de ese hombre.

Ellos comen y yo finjo hacerlo hay música suave y un ambiente de lo más romántico, - Van a tardar como quince minutos en traer la comida ¿Baila doctor, su amigo tiene dos pies izquierdos?- Expresa Mónica segura que Valente no dirá que no

-Claro, preciosa, será un placer bailar con usted. - Responde Valente ofreciéndole el brazo.

Cuando quedamos Andrew y yo en la mesa comienza su ataque-Que escondido tenías todo, supiste envolver al viejo. - Espere cualquier cosa menos que me dijera eso.

-Doctor, debe disculparme, necesito ir al baño. - Le digo levantándome de forma abrupta y me voy a donde se supone está el baño, sin esperar que me diga algo más, no lo soporto.