La Enamorada de Lucifer
img img La Enamorada de Lucifer img Capítulo 6 Un Deseo Inapropiado
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Capítulo 10 Mientras Dure la Paz img
Capítulo 11 Revuelo img
Capítulo 12 La Visita de los Padres img
Capítulo 13 Oscuro Acuerdo img
Capítulo 14 Planes img
Capítulo 15 Convocados img
Capítulo 16 Alimentando el Ego img
Capítulo 17 Tus Deseos img
Capítulo 18 Una Realidad Diferente img
Capítulo 19 EL Origen de Hariel img
Capítulo 20 ¿Habrá Manera img
Capítulo 21 Un Solo Amor img
Capítulo 22 La Transformación del amor img
Capítulo 23 Orgullo de Dioses img
Capítulo 24 Sin Respiro img
Capítulo 25 El Laberinto de la Traición img
Capítulo 26 La Condena de los Dioses img
Capítulo 27 Entre el Cielo y el Infierno img
Capítulo 28 Las Huestes de Maldad img
Capítulo 29 Así Como en el Cielo img
Capítulo 30 Confrontación img
Capítulo 31 Fuerzas Imparables img
Capítulo 32 Mortal Soberbia img
Capítulo 33 Se Desata el Infierno en el Cielo img
Capítulo 34 Abaddon Príncipe de las Tinieblas img
Capítulo 35 Retorno img
Capítulo 36 Librando la batalla por la Ciudad Santa img
Capítulo 37 La Profecía del Salvador img
Capítulo 38 ¡Lo siento Padre! img
Capítulo 39 Destierro a Traición img
Capítulo 40 Un Nuevo Reinado img
Capítulo 41 ¿Qué deseas img
Capítulo 42 El Castigo y Tormento de Ishmalkahama img
Capítulo 43 Dioses Antiguos img
Capítulo 44 Destinados img
Capítulo 45 Todo es parte del Plan img
Capítulo 46 Revelación de Hades img
Capítulo 47 Majestuosidad img
Capítulo 48 El Retorno de la verdadera Obscuridad. img
Capítulo 49 Diosa Antigua img
Capítulo 50 Conmoción en el Inframundo img
Capítulo 51 Cadenas Rotas: Abismos Separados img
Capítulo 52 Rey y Dios Hades: Inframundo e Infierno img
Capítulo 53 Dioses Vanidosos img
Capítulo 54 Los Tres Grandes img
Capítulo 55 Aclaración: Vergüenza y Superioridad img
Capítulo 56 El Pecado de la Lujuria img
Capítulo 57 Trinidad: Santidades y Pecados Consumados img
Capítulo 58 Samael Inquebrantable img
Capítulo 59 Supremacía Inferior img
Capítulo 60 Rompimiento: Obscuridad y Maldad img
Capítulo 61 La Caída de los Dioses img
Capítulo 62 Seis Mil Años Después img
Capítulo 63 Voces Reprimidas: Guardianes Infernales img
Capítulo 64 Destinos Cruzados: Caminos Separados img
Capítulo 65 Un Año Después: Confrontación img
Capítulo 66 Decisiones Tomadas: Amores de la Existencia img
Capítulo 67 Hagadol: El Dios del Destino de la Humanidad img
Capítulo 68 Cambio de Vida img
Capítulo 69 Holocausto: Advertencias y Vida Digna img
Capítulo 70 Deseos: Apertura a una Vida Nueva img
Capítulo 71 Abismo: Resonancias del Recuerdo img
Capítulo 72 Amores con Diferentes Rostros img
Capítulo 73 Recuerdos Fragmentados img
Capítulo 74 Ecos de la Batalla img
Capítulo 75 Los Enemigos del Destino img
Capítulo 76 El Cielo y La Tierra img
Capítulo 77 La Fuerza del Destino img
Capítulo 78 Dioses y Mortales img
Capítulo 79 El Amor Prohibido img
Capítulo 80 Sentimientos Arrebatados img
Capítulo 81 En Otra Vida a Tu Lado img
Capítulo 82 Tiempo y Arrogancia img
Capítulo 83 El Amor Renace img
Capítulo 84 La Sombra de Elyon img
Capítulo 85 El Retorno de los Caídos img
Capítulo 86 La Ira de Elyon img
Capítulo 87 Renacimientos y Maldiciones img
Capítulo 88 El Corazón de Daniels img
Capítulo 89 Sueños Lúcidos img
Capítulo 90 La Humildad de Lucifer img
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Capítulo 6 Un Deseo Inapropiado

Con absoluta incomprensión Hera estaba completamente fuera de sus sentidos divinos al estar cerca de Helel, los poderes divinos que poseía la Diosa, se volvían vulnerables en todos los sentidos posibles sin que alguien se diera cuenta de ello hasta el momento, lo que provocaba que si una entidad menor estando en compañía de Helel, le deseara la extinción y así mismo deseara provocar daño, ¡Sin lugar a duda Hera recibiría cualquier tipo de daño inmediato! Todo lo contrario, parecía sucederle a Helel al estar con su amada y prohibida fruta del reino de la oscuridad, ya que Hera lograba percibir

el incremento que este recibía al estar con ella, aduciendo que era correspondiente a la esencia que ella le trasmitía, sin llegar a pensar que el asunto en concreto se debía a que la gracia de Helel se alimentaba de la divinidad de Hera, ¡Máxime cuando sus esencias y cuerpos divinos se unían para darle vida a la lujuria!

Hariel no sintiéndose en lo absoluto satisfecho con la decisión de Hera, recrimino inmediatamente las órdenes y deseos de la Diosa Hera.

- ¿Pero no pueden solo marcharse y dejarme en este lugar haciendo lo que a Helel le corresponde? ¡Tampoco soy el juguete y servidor de ustedes!

- ¡Entiende Hariel que es muy importante para mi estar en esta situación con Helel! Por favor encárgate del resto, pronto recibirás tu recompensa, te lo prometo.

Helel sentía que desde ese momento se encontraba un peldaño por encima de Hariel, sin saber con exactitud ¿Quién era Hariel en verdad? Solo el mismo tiempo y destino lo definiría, de momento Helel menciono con arrogancia y orgullo entre ellos.

- ¿Nos vamos de este lugar Hera? Regresare a ver mis creaciones cuando tenga definido que hacer al respecto.

Hariel no estaba en lo absoluto tranquilo con lo que estaba sucediendo, sin embargo la amaba tanto como lo hacía Helel, lo que provocaba que de igual manera siguiera haciéndole favores a su única Diosa por encima de todos los Dioses existentes.

Llegando a los aposentos de Hera, se encontraba un palacio lleno de cristales y esmeraldas, Hera le preparo a Helel el máximo de los regalos celestiales que podría existir, con sus poderes creo para Helel las mejores joyas con diamantes que aún no eran creados ni vistos en ninguna otra parte más que solo en el pensamiento de Hera.

- ¿Qué es todo esto Hera? ¿A que debo este presente de tu parte? Ni mi padre me había dado de regalo algo tan hermoso como esto, ¿Acaso contiene algo en su interior?

- Lo que sucede Helel que estas joyas que están ahora en tu garganta y cabeza, son mis creaciones, ¿Cómo podría tu padre darte algo que no existe? Bueno no existía hasta ahora que llegaron a existir pero solo en mi reino, así que es más que imposible que tu padre pueda saber que ahora son exquisitas y codiciadas cada una de estas joyas, déjame que te adorne con carmesí y diamantes amor prohibido, déjame que te adorne como la belleza que eres y que solo existes para ser aclamado por las naciones y engrandecido por todos los coros celestiales que vuestros padres han creado para llenar y reconfortar sus egos llenos de lascivia y deseo desesperado por llenarse de aclamaciones durante su existencia que es infinita, ¡Ahora tu mereces esto y mucho más que esto!

- ¿Por qué es que siento que me haces sentir un tanto inferior a ti mi amada Diosa? ¿Acaso no debería de ser mi gracia la que te adorne de admiración y te cubra con mi belleza? Creo que me estas sobre protegiendo y mostrando algo más que un solo regalo creado desde tu interior, pero reconozco que me haces sentirme en paz cuando estoy contigo, debo de reconocer que tu solo presencia es capaz de haberme olvidar que en la ciudad de cristal existe un reino el cual sigue siendo desigual para todos los que habitan en ese lugar, en ocasiones me hace sentirme desconcertado el hecho de no haber llegado a poseer esta gracia extrema, con toda seguridad hubiese sido uno más de los recintos de mi padre, aunque también debo de admitir que has sido mi salvación cuando te encontré en los linderos de los reinos y que poseías una gracia altamente atractiva.

- ¿Qué cosas dices Helel? Me reconforta tus emociones dirigidas hacia mi existencia, de todo lo que ha hecho tu padre ¡Sin duda tu eres lo único y maravilloso que se ha atrevido a crear de su deseo! No te imaginas siquiera cuantas veces le rogué porque entre los dos tuviésemos un hijo que sacara lo mejor de nosotros, por lo que creo que al fin lo hizo con la única intención de demostrarme que era muy capaz de hacerlo sin mi ayuda, ¡Podría aceptar eso! Pero también he de suponer que desde que te creo sus poderes se han visto mermados y necesita de la adoración en extremo de sus súbditos para llegar a sentirse completo ¿De casualidad has logrado ver algún tipo de actitud de su parte?

- ¡Pues ahora que lo mencionas de esa manera! Si he visto cuando la mayoría del tiempo se ha pasado sentado en su trono y de cualquier otra manera sus mensajeros y hermanos son los que llegaran a rendirle tributo y algunas esencias que son llevadas de los otros cielos existentes.

- Estaba en la razón con eso, porque eso quiere decir que se desprendió de algo más que un parte de su gracia para crearte, se ha desprendido de una gran parte de su gracia para que el resultado final fueses tú, ¿Qué pensarías de llegar a ser igual que tu padre?

- ¡De hecho no me considero igual, porque sé que puedo llegar a ser mejor que mi padre! Lo que me permite llegar a gobernar uno de los 6 tronos que te colocarían a ti como la Diosa suprema, de mi parte solo deseo sentarme por unos instantes en uno de los 6 tronos para luego cederte el lugar a ti.

- ¡Ya verás como si lo lograremos Helel! ¿Pero aquí no hemos venido solo a conversar y planear? Te he traído conmigo porque deseo que nuestra lujuria se apodere de nuestro ser y hagamos aquello que en su tiempo hicimos el día que nos conocimos, ¿Deseas estar dentro de mi ser nuevamente como si fuese la primera vez?

- Preguntarlo es igual o peor a no desearlo, desde hoy que quede establecido que a Helel no se le pregunta, solo se le da lo que se desea entregar ¿Entendido Hera?

- ¡Como guste su majestad! Pero si me permite deseo que vea lo que ahora soy gracias a usted, he diseñado un cuerpo más voluptuoso para que disfrutes de mi esencia, ahora cuento con un cuerpo perfecto para dejar derrochar nuestros deseos lujuriosos sin detenernos hasta que cualquiera de los dos no desee continuar.

- ¡Veo que estas llena de sorpresas Hera! Algo me hacía sentir que estabas muy cambiada desde que te presentaste en el reino de las tinieblas.

- ¿Eso cómo es que dices que se llama ese lugar? ¿Reino de las tinieblas? ¿Cómo es que has decidido ese nombre que es un tanto parecido al reino de la oscuridad?

- ¡He existido conforme a tu deseo de haber creado a un ser que te diera satisfacción y placer en la lujuria cierto! Por lo que eso se vio reflejado desde el mismo momento en que aparentemente por casualidad nos encontramos por fuera de tus gobiernos, es por eso que llegue a considerar que somos más compatibles de lo que puedas creer mi Diosa, por esa razón es que ahora también poseeré un reino del cual ahora soy el Dios de ese reino y lo he proclamado el "Reino de las tinieblas" del cual tu eres mi Diosa cuando así lo desees visitar.

- ¿Pero en qué momento lo gobernaras? Porque no creo que Ishmalkahama te permita gobernar un lugar de esa magnitud ¡Mucho menos que te auto proclames Dios de ese lugar al cual el desecho y sello con el idioma de los Dioses!

- ¡Por eso mismo es que he definido a mis creaciones como los gobernantes en mi ausencia y en cuanto encuentre a Samael de nuevo, tendré una conversación pendiente que resolveré de la mejor manera para que desde ese reino se lleve a cabo la rebelión que se está orquestando.

- ¡Definitivamente tendremos mucho de que hablar al respecto Helel! Es demasiado información la que me estas brindando y ni siquiera he llegado a mostrarte todo el cuerpo que tengo preparado para ti en este espacio que aún nos quedad por descubrir antes que tu padre se atreva a atravesar mi reino al sentir la presencia de su hijo dentro de mi ser.

- ¡Eso ya no me importa Hera! Ahora solo estoy concentrado en ti y en la lujuria que nos rodea, muéstrame tu cuerpo, muéstrame y enséñame lo que puedes llegar a hacer con esa lujuria que arde por fuera de tu silueta que me está llevando a experimentar otras emociones aún más fuertes que las que llegué a experimentar cuando te conocí.

- ¡Déjame mostrarte lo que es un cuerpo de mujer! Déjame enseñarte lo que es dar placer en su máxima lujuria.

- ¿Cuerpo de mujer? ¿A qué le llaman ustedes mujer?

- ¡Oh si perdóname Helel! Lo que sucede es que Ishmalkahama aún no permite que existan nuevamente las mujeres y los hombres, ya que en un pasado y en la primera creación, estos fueron más allá de lo permitido y por ese motivo fueron exterminados y borrados de cualquier escrito que puedas encontrar en los 9 cielos, por lo que solo he escuchado que Ishmalkahama ha estado recabando fuerzas de los otros Dioses para comenzar nuevamente el plan "Edén" que con toda seguridad estará en marcha en algunos siglos venideros, pero de momento deseo enseñarte lo que un cuerpo de mujer es capaz de hacer en un cuerpo de hombre del cual he preparado para tu deleite y veras como es que pueden llegar a complacerse al estar dentro de esos cuerpos que en gran parte fue mi idea pero que Ishmalkahama ha deseado arrebatarme esa propiedad y modificar el diseño original que creamos en la antigüedad.

- ¡Ahora entiendo cómo es que tengo el poder para modificar lo creado y no específicamente de crear desde cero! Igualmente no me interesa eso de crear, estoy más que conforme con modificar todo lo que mi padre ha logrado hacer todo este tiempo y lo puedo llegar a usar en su contra de un momento a otro, pero deseo que me muestres ¿Cómo es que le cuerpo de mujer y el de hombre se dan placer mutuamente?

Hera con todo el conocimiento que poseía al respecto y tras haber sido la primera madre de la humanidad que fue creada antes del proyecto Edén liderado por Ishmalkahama, dejo que Helel viera el espléndido y lujurioso cuerpo que Hera poseía, unos pechos considerablemente grandes pero sin llegar a la exageración, como toda una Diosa, simplemente poseía los pechos perfectos para ser admirados y vanagloriados por todo aquel que deseara ver su inmensa e infinita belleza de perfección.

Tras haber descubierto sus pechos, resalto su perfecto abdomen que fue creado desde las zonas más recónditas del reino de la oscuridad, el cuerpo de la Diosa suprema resplandecía de deseo y lujuria por cualquier parte de su extensa piel que cubría su divinidad.

Antes de dejar que su cuerpo dejara de descubrirse por completo, presento ante Helel el cuerpo de una mujer creada en la antigüedad, esta mujer fue llamada Lilith que era la misma creación de la Diosa y que Ishmalkahama desecho por completo por haberse atrevido Hera en haber creado a una mujer con las mismas condiciones y derechos que el hombre que fue creado por Ishmalkahama.

Un cabello aún más largo que su propio cuerpo y que cubría el contorno de su figura fue visto por Helel, lo que provoco que su deseo fuese en aumento inmediatamente ante la mirada de Hera, esta supo que su propósito estaba siendo revelado y habiendo previsto lo que estaba sucediendo con Helel, Hera dejo que Lilith se desnudara de cabellera para que el cuerpo entero quedara al descubierto ante la mirada y atención de Helel.

- ¿Es tu placer ver la figura que tienes frente a ti Helel? Ella fue considerada como la madre de la humanidad creada y ahora solo fue desterrada a los confines de la oscuridad que desde entonces cohabita conmigo en la misma oscuridad pero que has venido a liberarla para tu placer mi amante y dueño de mi esencia.

Hera siguió mostrando la perfección desde su punto de creación de Lilith, lo que al ver como Helel se quedaba observando, termino por descubrirse al igual que lo hizo con Lilith, con ello dejo al descubierto la desnudez de una Diosa en su totalidad ¡Privilegio que solo Ishmalkahama poseía hasta el mismo momento que su hijo perfecto estaba ahora apreciando el modelo del cuerpo de mujer!

Hera no poseía directamente el modelo del primer hombre creado por su antiguo esposo, por lo que solo imagino como se vería su hombre perfecto y lo transformo a la altura y voluntad de Helel, formando así un ser igualmente perfecto como Helel, solo que era manipulado por el deseo de Hera para mostrarle a Helel Cómo es que dos cuerpos diferentes se unían para formar uno y con ello darse el placer que ¡Nadie más en la existencia podría darse hasta ese momento!

Helel vio como Lilith y la imagen de su ser comenzaron a copular entre ellos con la lujuria desbordándose de Hera por encima de sus creaciones e imaginaciones, lo que llevo a Helel decir.

- ¡Tomare ese cuerpo de hombre para mí y de esa manera disfrutar de los placeres que Lilith puede darme ahora mismo!

Lo que Hera no estando de acuerdo respondió con un aparente enojo...

- ¡Ese es un deseo inapropiado para un Dios Helel!

Helel con picardía y orgullo se enalteció y respondió.

- ¡Solo que no soy el Dios que hasta ahora conoces Hera!

            
            

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