/0/11609/coverbig.jpg?v=444403a0d8d5ab97fb5e9bcfbf6e6ce4)
Dereck Mu se despertó antes de que sonara su alarma, con una sensación de energía y anticipación. Comenzó su día con una serie de estiramientos matutinos, sintiendo cómo su cuerpo se despertaba y se preparaba para la jornada. Luego, se puso manos a la obra con su rutina de ejercicio, una mezcla de yoga y cardio que lo ayudaba a aclarar su mente y a ponerse en forma.
Después de sudar un poco, se sentó frente a su escritorio y revisó cómo iba la bolsa, analizando las tendencias y noticias financieras que podrían afectar sus inversiones. Mientras tanto, puso un poco de música clásica de fondo, dejándose llevar por las melodías de Chopin o Debussy.
Una vez que hubo terminado de revisar sus finanzas, se dirigió a la cocina para preparar un desayuno saludable. Se sirvió un tazón de avena con frutas frescas y un poco de miel, acompañado de un vaso de jugo de naranja recién exprimido. Disfrutó de cada bocado, sintiendo cómo su cuerpo se nutría y se preparaba para el día que tenía por delante.
Con su energía renovada, se preparó para salir hacia la oficina. Llegó temprano, con tiempo de sobra para revisar sus tareas, Dereck Mu se sentía listo para enfrentar cualquier desafío que se presentara, con su mente clara y su cuerpo energizado. Estaba preparado para hacer que este día fuera productivo y exitoso.
Dereck Mu vestía un traje negro impecable, con una camisa blanca almidonada y una corbata de seda gris oscuro que parecía haber sido seleccionada con precisión quirúrgica. Su cabello oscuro estaba peinado hacia atrás, revelando un rostro anguloso y definido, con cejas gruesas y ojos castaños que parecían evaluar constantemente a aquellos que lo rodeaban. Su nariz era recta y su boca era una línea fina y firme, que parecía contener una sonrisa de suficiencia. Su mirada era intensa y penetrante, como si estuviera constantemente evaluando y calculando las posibilidades.
Mientras pasaba frente a la puerta giratoria con su equipo de trabajo, la escena que se desarrollaba ante sus ojos era algo desesperant. Una joven, que parecía ser una torpe incurable, intentaba cruzar la puerta sin éxito. Luego de hacer un par de intentos, solo para terminar de vuelta en su punto de partida. Luego, con una determinación que parecía ser más fruto de la desesperación que de la confianza, cerró los ojos y se lanzó hacia la puerta. El resultado fue predecible: chocó èl.
La joven se disculpó profusamente, con las manos juntas en señal de ruego y los ojos cerrados, como si temiera la reacción de aquel hombre ---¡Lo siento!, ¡lo siento!...
Era de esperarse, todos los que me conocen saben que prefiero no tener contacto fisico a menos que sea necesario. Su amiga, que parecía ser la voz de la razón en esta ecuación, se acercó y se disculpó en nombre de ambas. Su voz temblaba ligeramente. --¡Lo siento tanto! No quisimos incomodarlo, si no los permite nos retiramos --
Las mirò con una mezcla de arrogancia y disgusto, arreglando su ropa con un gesto automático. No se dignò a responder a sus disculpas, simplemente continuò suu camino sin pronunciar una sola palabra. su mirada, sin embargo, habló por èl, y de seguro de que ambas mujeres la interpretaron correctamente.
Mientras cruzaba la puerta, sentiò una sensación de alivio al dejar atrás la escena.
--No tengo paciencia para la torpeza y la ineptitud, penso aquel hombre y estas dos mujeres parecían ser un ejemplo perfecto de ello. Se preguntò qué estarían haciendo en un lugar como este, y si serían capaces de sobrevivir en un entorno que valoraba la competencia y la eficiencia.
Se detuvo frente a su asistente, Henry, y le preguntò con un tono de curiosidad:
--¿Quiénes eran esas chicas que acabo de encontrar en la entrada?
Henry, con su habitual eficiencia, respondió:
- La chica de cabello corto que se disculpó por la otra, es la hija del director de finanzas, el señor Han Forrester. Su nombre es Karol Forrester, y trabaja en... no estoy seguro de su puesto exacto, pero sé que es cercana a la familia. Al parecer, la chica que chocó con usted es alguien que la acompaña, pero no la conozco, nunca la había visto aquí. La hija del señor Forrester, Karol, es una joven muy capaz, habla tres idiomas: español, inglés y francés, y trabaja en el área logística.
Dereck se quedò pensativo, procesando la información. La chica que chocó con èl no era la hija del director de finanzas, sino su amiga. Se preguntaba quién podría ser esa joven y por qué estaba con Karol Forrester. La imagen de la chica torpe y desgarbada con la que había chocado se quedó grabada en su mente, y no pude evitar sentir curiosidad por saber más sobre ella.
--¿No sabes nada sobre la otra chica? - preguntò a Henry, intentando obtener más información.
Henry negó con la cabeza.
--No, señor Mu. Lo siento. Nunca la había visto antes.
Ambos se dirigieron a sus puestos de trabajo.
-Señor Mu, no olvide que hoy tiene un almuerzo con el dueño del restaurante "Le Grand Palais" a las 12:30 pm deberia salir a las 11:50 pm para que pueda estar 10 minutos antes, a las 2:15 pm debe estar nuevamente en la oficina para asistir a la reunion con los inversionista para discutir sobre el nuevo producto que lanzaremos y su imagen y campaña publicitaria.
Dreck Mu se sento en su escritotio y comenzo a trabajar a las 11:36 tomo su saco y su celular para cumplir con su compromiso, La puerta se abrió con un suave crujido, y Dereck Mu salió de su oficina, listo para dirigirse a su reunión de almuerzo. Al abrir la puerta, chocó con Alisson, quien estaba absorta admirando los detalles de la puerta.
-¡NIÑA TONTA! ¿Qué haces ahí parada? -gritó Dereck Mu, su rostro tornándose rojo de ira.
La señora Lin y Henry se sobresaltaron al escuchar el grito y vieron cómo el rostro de Dereck Mu se tensaba.
-Lo siento, señor Mu -se disculpó la señora Lin-. ¡Lo siento señor Mu!, es mi culpa, yo le pedi que me esperar aquì, lo siento de verdad. Yo estaba por indicarle cual seria su puesto de trabajo.
Alisson se inclinó en señal de disculpa, aún temblando.
-Quiero disculparme con usted, señor Mu. Sé que no debía estar aquí parada, pero me fue inevitable. Mi padre amaba los trabajos artesanales, y cuando era pequeña, lo acompañaba en sus viajes y admiraba junto a él el trabajo de algunos orfebres. Y no pude resistir ver el gran trabajo que tiene en las manijas de su puerta.
Dereck Mu la miró con desagrado, pero finalmente aceptó sus disculpas.
-Está bien, señora Lin. Ubique a esta mujer en su lugar de trabajo y trate de enseñarle a no ser una asistente torpe.
La señora Lin asintió con la cabeza, mientras Alisson se inclinaba de nuevo en señal de agradecimiento.
-Sígame, Alisson -dijo la señora Lin-. Le mostraré su lugar de trabajo.