Intento preguntar por su padre, pero ella ni siquiera responde. Después de unos minutos, su Mario se acerca a la puerta.
- Pueden entrar... - Dice, extendiendo el brazo y mostrando la entrada.
- ¿Señor Mario? ¿Ya habló con su hija? - Pregunto preocupado.
- Sí, ya lo hice. Ella está consciente... - Me dice sonriendo.
- Supongo que no le gustó mucho, ¿verdad?
- No, eso no es nada, es solo momentáneo. No se preocupe. ¿Trajo el contrato?
- ¡Sí!
Nos conduce hasta el sofá mientras toma el contrato de las manos de mi abogado y comienza a leerlo. Lara no aparece en la sala, y cada vez estoy más preocupado por la situación. Su Mario lo lee todo y en algunas partes hace preguntas a mi abogado. Luego, coge la pluma y firma.
- ¡LARA! VEN AQUÍ, CHICA... - Eleva la voz llamándola.
Ella viene con los ojos llorosos y muy rojos. Creo que ha llorado mucho.
- ¿Es eso cierto, papá? ¿Me está vendiendo a este señor? - Pregunta con la voz entrecortada.
- ¡Qué dices, Lara! Delante de las visitas. Ya te dije que todo esto es para nuestro bien, y además, vivirás como una reina, hija mía, ¿verdad, doctor? - Pregunta mirándome.
- Sí, eso es correcto. Cumpliré todo lo que está en el contrato, y aunque tengas que dormir a mi lado, no necesitarás tener ninguna intimidad conmigo.
- Pero papá, por favor, no quiero... - Ella es interrumpida por su padre.
- No hay "peros". Ya he decidido y ya he firmado. Firma ahora tú. Lara toma la pluma con las manos temblorosas y comienza a firmar. Mi abogado me mira y dice.
- Señorita, si no quiere firmar, no puede ser obligada.
- Sí, lo soy. Mi vida se convertirá en un infierno si no lo hago... - Dice, completando la firma.
- Listo, papá. Ahí tienes, firmé como querías. ¿Estás satisfecho ahora?
Veo a Mario tomar el papel y contemplarlo con un brillo en los ojos...
- Ahora, ¿cuándo obtengo el dinero? - Pregunta.
- Ya he traído una parte. Está aquí, en este maletín. Todas tus deudas serán pagadas tan pronto como salgamos de aquí, incluso la que tienes en mi casino.
- Ah, él es dueño de un casino. Uff, solo podía ser por eso... - Dice Lara.
- ¡Cállate! No sabes nada. El dinero que recibirá mi hija será depositado en su cuenta... - Me pregunta.
- No, señor. Se abrirá una cuenta a nombre de ella, y solo ella podrá realizar movimientos. Será su dinero, el que me pidió que depositara una parte en su cuenta, y traje una parte en efectivo, lo cual cumplí y está aquí en sus manos. Lara se encargará de ayudarle con lo que necesite, a través de la tarjeta de crédito que le proporcionaré.
- ¡Ah! Entendido. Entonces, bienvenido a mi familia, señor "King".
- Gracias. Pasaré todos los detalles del matrimonio a través de mi abogado, quien designará a alguien para ayudarla con todo. Ella ni siquiera me mira. Saludo a todos y salimos de allí. Miro de reojo y veo las lágrimas corriendo por su rostro, mientras su padre le hace un gesto de reprobación. Me despido del Dr. Miller, quien me mira compasivamente, sin decir una palabra, y se va a su coche. Luego, Lucas y yo entramos en mi coche, y Lucas comenta de inmediato.
- Amigo, te espera un buen lío con Lara. Creo que no le gustó nada el acuerdo.
- Pero Lucas, cualquier mujer en su lugar estaría dando saltos de alegría. Va a adquirir una pequeña fortuna por los años que tendrá que pasar a mi lado, y además, no creo que sea un ogro.
- Sí, amigo, pero ella no es cualquier mujer. Viste que es diferente. - Pero se acostumbrará. Es necesario. Además, ya firmó el contrato y no puede retroceder... - Digo, con determinación.
Llegamos a mi casa y Lucas va directo al bar, toma dos whiskys y los trae a la sala de estar.
- Toma aquí, los necesitarás en abundancia. Ahora, cuéntame sobre la increíble mujer que conociste anoche.
- Ah, amigo mío, parecía un huracán, ¡qué mujer! Me volvió loco y no imaginaba que pudiera dominarme, pero dio un espectáculo en la cama.
- ¡Vaya! - Sonríe Lucas - ¿Fuiste dominado?
- No, tonto. Fui yo quien la dejó dominarme. Es diferente, pero puedo decir que fue una experiencia fantástica - Digo, recordando.
- ¡Caray! Después de casarte, ¿se acabaron las aventuras?
- ¿Quién lo dijo? Solo no puedo dejar que nadie lo descubra. Pero, ¿crees que pasaré tres años y medio sin sexo? Debes estar pensando que me convertiré en monje, ¿verdad? - Digo, sonriendo.
Pasamos el resto del día conversando y bebiendo. Lucas dice que estamos celebrando mi boda. Mientras tanto, en la casa de Lara...
Lara Suzan Bitencourt...
- Papá, ¿cómo pudiste hacer esto conmigo? Me vendiste sin siquiera preguntar mi opinión - Digo, llorando.
- Déjate de dramas, niña mimada. Aseguré tu futuro, y ni siquiera me agradeces - Dice, sacudiendo el dedo en mi cara.
- Papá, eres un verdugo sin corazón. Veo a mi padre levantar la mano y bajarla con fuerza hacia mi rostro. Siento ardor. Pongo mi mano. Nuevamente, me golpeó. Sufro mucho con las agresiones de mi padre. Siempre que quiere dinero para beber o apostar, y yo no doy, me golpea mucho. Acepté este contrato porque sé que, esta vez, si no lo aceptaba, me mataría a golpes. Si lo hiciera perder esta oportunidad de ganar dinero fácil, como él mismo dice. Además, allá en la casa de ese hombre, no tendré que recibir tantos golpes. - ¿Qué estás haciendo ahí? Ve a hacer mi comida - Levanta la mano una vez más, mientras salgo corriendo hacia la cocina.