Érase una vez una niña traviesa y juguetona, llamada Julia, que su imaginación era inmensa y que pasaba todo el día pensando en cosas que solo cabían en su imaginación,
a la pequeña le encantaba que le contaran cuentos para poder imaginarse sus propias
Aventuras.
Después de un día hermoso y juguetón, a la hora de ir a dormir escoge unos de sus libros y esperaba a su madre Karla para que se lo leyese y le diera el beso de las buenas
Noches.
Ya emocionada, se entra a la cama y le pide impaciente a su madre que le lea la gran
Historia que le tocaba esa noche.
Dice la madre:
-Pon mucha atención Julia – mientras la arropaba y tomaba el libro - ¡hoy vas
Aprender muchas cosas!
Julia responde:
-¡si mama!- emosinada – cuéntame, cuéntame!
Luego de decir esto presta atención y hace silencio.
Con voz tierna y pasiva, la madre empieza a leer la historia:
-La historia de hoy se llama: 'El País Mágico'.
Julia abre su imaginación e intenta imaginarse como seria este lugar.
Empieza la madre:
-En un país no muy lejano donde solo pueden llegar los niños que les gusten
Las plena aventuras y que su imaginación llegue mas allá del cielo, donde niños especiales de todo el mundo van allí, este lugar se llama: El País Mágico.
Interrumpe Julia con preguntas:
-mami... ¿yo soy especial?
-La madre sonríe y responde:
Sí tu eres la niña mas especial del mundo entero – mientras le hace cosquillas y le dice-
¡mi pequeñita!
-¿por qué no son todos los niños que van allí, mami?
Su madre piensa y responde:
-porque hay niños que no le gusta la imaginación, otros no creen y otros son muy, muy malos.