Capítulo 5 Lo conocí en el ascensor

sus ojos me parecen acogedores. ─ ¿Por qué no vendría? Estuve de acuerdo contigo, soy una persona de palabra. ─ Sonrío devolviéndole tu amabilidad. ─ Por favor, no me llame señora. Debemos tener la misma edad. ─ Señala una silla frente a ella ─ Te imaginas por qué la llamé, te confieso que en ciertos momentos me niego a decir que soy hermana de Henry. ─ Lo siento, pero tu hermano se esfuerza mucho en ser un imbécil. Lo conocí en el ascensor y me dijo que si me ofrecías un trabajo, no lo haría. quién se cree que es? ─ Yo me hago la misma pregunta.

Casi no podía creerlo cuando escuché la estúpida razón por la que te despidió. Por eso quiero contratarte como mi asistente, tendrás trabajo, beneficios para tu hija y hasta podemos irritar a mi hermano mostrándole cómo perdió a un profesional ejemplar. ─ Si tengo la oportunidad de irritarlo, aceptaré cualquier trabajo. Porque habló como si mi hija estuviera obstaculizando mi desempeño profesional, lo cual no es cierto. Sé separar una cosa de otra. ─ ¿Cuántos años tiene tu hija? ─ Mi Carina tiene cinco años, mi pequeña leona. ─ Cuando se trata de mi hija, no puedo ocultar mi lado babeante de madre. ─ Se te iluminaban los ojos cuando hablabas de tu hija, imagino que es de esas madres que babean. ─ Desde el principio siempre hemos sido solo nosotros dos, así que termino babeando demasiado sobre mi pequeño. ─ ¿Entonces no estás casado? ─ No. Han pasado algunos años desde que me separé de su padre. Y no tuve tiempo de entablar otras relaciones. Pero eso no significa que tenga que asumir todas las responsabilidades sola, su padre me ayuda mucho. ─ Mi hermano y tú haríais una preciosa pareja... ─ dice con una sonrisa de satisfacción. ─ No pensé que me odiaras hasta el punto de desearme daño. ─ Me puse la mano en el pecho. ─ Me despidió porque soy madre, incluso tengo miedo de qué esperar de este hombre. Toda su belleza desapareció con su actitud arrogante. ─ ¿Entonces te parece hermoso? ─ pregunta mirándome fijamente. ─ No voy a ser hipócrita, claro que es hermoso. Pero sus actitudes lo convierten en el más feo del mundo. ¿Por qué diablos tiene este prejuicio? Él habló de ello, pero no puedo creer que sea verdad. ─ No estoy seguro, creo que alguna madre soltera le dio una patada en el culo, por eso se queda así... Terminamos riéndonos de su comentario. Dejamos a Henry a un lado por un momento y ella me dijo lo que espera de mí como su asistente. Estoy feliz de no tener que dejar la empresa, ya estaba preocupada por las facturas. Lo mejor de todo es que tendré el placer de molestar a ese idiota. Voy a enseñarte una hermosa lección. CAPÍTULO 5 ─ Si ibas a lucir así, sería mejor que hubieras rechazado la invitación, Henry ─ João sonríe tomando un poco de su bebida. ─ ¿A qué se debe este mal humor? ─ Ha pasado un mes y todavía no tengo secretaria, ¿por qué me cuesta tanto encontrar a alguien competente? Recibimos varios CV, le pedí a RRHH que seleccionara los mejores y me los enviara. Estuve dos días mirándolos a todos, excelentes calificaciones, experiencias impresionantes, pero cuando miré el archivo extra, todos tenían algo inusual: Niños. ─ Usted no busca competencia, sino una persona que cumpla con sus estúpidas exigencias. A tu antigua secretaria parece que le va muy bien con Luz, al parecer perdiste a una gran profesional. ─ No son requisitos tontos, ¿has olvidado lo obsesionado que estaba con Larissa? ─ Sacude la cabeza. ─ Entonces, no quiero volver a pasar por esto, necesito viajar y no preocuparme por regresar y que mi secretaria no esté en el puesto o no atienda mis llamadas. ─ Se sincera, te dejó una mujer que era madre, ¿no? Esto nunca me pasó a mí, porque siempre evité involucrarme con ellos. ─ Mírame bien a la cara, ¿parezco alguien rechazado, João? ─ Bebo mi bebida de un trago. ─ No tiene nada que ver con mi vida personal, simplemente me gusta tener mi vida profesional en orden, sin mayores riesgos. En la mesa de al lado, un grupo de mujeres nos mira. Son preciosas, pero mañana tengo que coger un vuelo a las siete de la mañana, no puedo perder el tiempo con estas cosas. Llamo al camarero y pido que les entreguen una ronda de bebidas, a cambio, él me entrega una servilleta con algunos números de teléfono. Ya tengo a alguien a quien recurrir para tener sexo. Me despido de João y me dirijo a casa de mi madre, después de muchas peticiones y algún chantaje, le prometí que cenaríamos juntos. El viaje hasta su domicilio no duró mucho, veinte minutos fueron suficientes. Saludo al guardia de seguridad, ingresando al condominio de casas lujosas, estaciono enfrente y entro. ─ Buenas noches, madre. ─ Beso tu mejilla. ─ Pensé que tendría que cogerlo por la fuerza, Henry. ¿Por qué tu madre tuvo que suplicar tanto por tu presencia? ─ Mamá, sabes que soy una persona ocupada, además no tengo secretaria y necesito arreglármelas cuando tenga treinta y tantos. ─ No tienes secretaria porque fuiste un idiota, mamá. ─ ¡Luz, no te metas! ─ La miro fijamente y ella se encoge de hombros. ─ Vamos a cenar, necesito ir a casa a dormir, mañana viajaré a Maranhão. ─ Mamá, ¿sabías que a Henry le decían hijo de hacha? ─ Pasa sonriendo y tomando asiento a la mesa. ─ ¿Por qué? ─ No hagas caso de lo que dice, madre. A comer, la comida ya debería estar fría. Y tú... ─ Señalo a mi querida hermana. ─ no empieces a meterle cositas en la cabeza a mamá, los asuntos de la empresa no se deben llevar a casa. Nos acomodamos y en silencio disfrutamos de una buena comida, a pesar de tener varios empleados, a la señora Mariza siempre le gustó cocinar para sus hijos. Modestia aparte, tu comida es maravillosa. ─ Ahora que hemos terminado de comer, quiero saber de qué se trata esta historia del hijo de un criadero. ─ Dice mi madre sentándose en el sofá. ─ Mamá... ─ No puedo continuar, porque Luz me interrumpe. ─ Su hijo despidió a su secretaria sólo porque tenía una hija. ─ ¿Qué? ─ Eso es exactamente lo que escuchaste, hace un mes llegó de viaje y sorprendió a todos diciéndole a Vitória que se fuera. Él dijo que no podía retenerla, ya que siempre lo dejarían en la estacada. ─ Henry Bueno, no puedo creer que hayas adoptado una actitud tan sexista. ¿Fue esa la educación que te di? ¿Alguna vez imaginaste que podríamos haber estado nosotros en una situación similar? ─ Mamá, no importa el motivo de la dimisión, no podemos olvidar que yo soy el presidente y puedo hacer lo que quiera. Luz solo quería estar atenta, como cada vez – digo irritada, sabía que no debía haber venido. ─ No me importan los motivos, ni que usted sea el presidente. Contrata nuevamente a esta chica, es muy difícil que las empresas le den una oportunidad a las mujeres, tu padre nunca lo permitiría. ─ Mamá, no puedes obligarme a contratarte, ya tomé mi decisión y no volveré atrás. ─ Mi voz sale autoritaria. ─ Me voy. ─ Henry, no te lo pregunto, es una orden. ─ ¡Santa paciencia! No puedo contratar a Vitória, porque mi querida hermana y vicepresidenta de la empresa la contrató como secretaria. ¿Satisfecho? ─ ¿Es cierto, hija? ─ Sí, no pude ver una injusticia y quedarme de brazos cruzados. Y a diferencia de lo que piensa mi hermano, ella es una empleada muy competente y tiene una hermosa hija, necesitas conocer a Carina, madre - dice sonriendo. Eso es todo lo que me faltaba, ¿ahora se han hecho amigos? ¿Conocer al hijo de un empleado? No es que