Una Luna para el CEO
img img Una Luna para el CEO img Capítulo 2 Nacimiento de una Luna.
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Capítulo 6 Una mate humana. img
Capítulo 7 El secuestro de una Luna dormida. Parte 1 img
Capítulo 8 El secuestro de una Luna dormida. Parte 2 img
Capítulo 9 El autocontrol de un Alfa. img
Capítulo 10 El veneno de una diosa Parte 1. img
Capítulo 11 El veneno de una diosa Parte 2. img
Capítulo 12 Un mundo desconocido que no nos aterroriza img
Capítulo 13 Los lobos y su mana (parte 1) img
Capítulo 14 Los lobos y su mana (parte 2). img
Capítulo 15 Los lobos y su mana (parte 3). img
Capítulo 16 La fuerza de la unión del Alfa y su Luna. img
Capítulo 17 La leyenda de la Guerrera Blanca y la Diosa Flaithius Parte 1 img
Capítulo 18 La leyenda de la Guerrera Blanca y la Diosa Flaithius Parte 2 img
Capítulo 19 Los poderes de la diosa comienzan a despertar Parte 1. img
Capítulo 20 Los poderes de la diosa comienzan a despertar Parte 2. img
Capítulo 21 Entre dos mundos Parte 1. img
Capítulo 22 Entre dos mundos Parte 2. img
Capítulo 23 Las hijas de Selene y Helios. La diosa oscura. img
Capítulo 24 Primer día (parte 1): Alfa y Luna. img
Capítulo 25 Primer día (parte 2): Luna. img
Capítulo 26 Primer día (parte 3): Isaak y la tentación. img
Capítulo 27 Primer día (parte 4): Isaak y la tentación.  img
Capítulo 28 La ira de una diosa (Parte 1). img
Capítulo 29 La ira de una diosa (Parte 2). img
Capítulo 30 Tercer día: La noche del inicio de todo. El Alfa y la Luna img
Capítulo 31 Tercer día, la entrega de una diosa. Isaak y Faith Parte 1 img
Capítulo 32 Tercer día, la entrega de una diosa. Isaak y Faith Parte 2 img
Capítulo 33 La Gran Guerrera Blanca Parte 1. img
Capítulo 34 La Gran Guerrera Blanca Parte 2. img
Capítulo 35 Un dúo peligroso: La gran loba blanca y la diosa rebelde Parte 1. img
Capítulo 36 Un dúo peligroso: La gran loba blanca y la diosa rebelde. Parte 2 img
Capítulo 37 La historia de la diosa Flaithiu Parte 1 img
Capítulo 38 La historia de la diosa Flaithius Parte 2 img
Capítulo 39 Los problemas de la doble vida de la guerrera y la diosa Parte 1. img
Capítulo 40 Los problemas de la doble vida de la guerrera y la diosa Parte 2. img
Capítulo 41 Los primeros problemas de los mates: Arcel, el Alfa Parte 1. img
Capítulo 42 Los primeros problemas de los mates: Isaak, el Beta Parte 2. img
Capítulo 43 El primer enfrentamiento de la Diosa y la Guerrera. img
Capítulo 44 La visión de Alfa. img
Capítulo 45 El último gran poder de la Guerrera blanca. Parte 1 img
Capítulo 46 El último gran poder de la Guerrera blanca. Parte 2 img
Capítulo 47 El error de la diosa y la Guerrera. img
Capítulo 48 La presentación de la Guerrera y la Diosa. La furia del Beta. img
Capítulo 49 La presentación de la Guerrera y la Diosa. Culpabilidad. img
Capítulo 50 La recepción Parte 1: La diosa y el Beta. img
Capítulo 51 Regalos a la Guerrera y la Diosa: La última premonición. img
Capítulo 52 El último entrenamiento : Los poderes de la Guerrera y la Diosa. img
Capítulo 53 El último entrenamiento: La premonición del Alfa. img
Capítulo 54 Nereida, la gran diosa oscura. img
Capítulo 55 La gran batalla: Un dolor directo al corazón. img
Capítulo 56 La gran batalla: La unión hace la fuerza. img
Capítulo 57 Epílogo. img
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Capítulo 2 Nacimiento de una Luna.

Narrador.

Toronto, febrero 2002, Canadá.

- "¿Pero de verdad?, ¿no hay otra forma?, esto es muy cruel, es sólo una bebe, crecerá sin nuestro amor."- decía una mujer lobo mientras sostenía un manta con una beba recién nacida, enrollada en ella.

- "Ya sabes lo que nos dijo la bruja, ella está en peligro, sólo podrá salvarse si encuentra a su mate, así podrá resurgir su magnífica loba interior, con todos sus poderes. Nuestra hija, esposa, es especial, muchos querrán matarla para obtener sus poderes, o la querrán utilizar para hacer daños otros. Ella ha matado a toda nuestra manda para llegar a nuestra hija, no podemos dejar que la encuentre, o todos, tanto lobos como brujas, estaremos en peligro, sólo su mate, puede protegerla, y volverla más fuerte. Así algún día podrá enfrentarla, como dijo la hechicera, ella tendrá a una pareja fuerte que dará su vida por ella, si hiciera falta. Pero para protegerla hasta que lo encuentre, ha señado a su loba en su interior, hasta que él llegue a ella, y la marqué como suya, hasta ese momento, nuestra hija estará protegida como una humana más, sólo su mate sabrá quién es ella verdaderamente, la conexión se lo dirá."- dijo el hombre mientras conducía por las calles de Toronto, en esa noche oscura.

- "¿Pero si no la encuentra? Sabes que hoy en día eso pasa mucho, hay pocos lobos con sus mates, lo nuestro es, hoy en día, excepcional. Tendrá que vivir y morir como humana, ya que, al estar su loba sellada, no se podrá curarla, si se hiere, rápidamente, además que vivirá sin nuestro amor."- dijo la mujer llorando lastimeramente mientas besaba la cabeza de su hija.

- "Si eso ocurre así, también estará a salvo, y ella tendrá que esperar otros mil años más para que renazca otra loba blanca, con la marca de la diosa luna, en su frente. Y así nuestra hija podrá vivir su vida a medias, sentirá que no está completa, que le falta algo, pero estará a salvo."- dijo el hombre lobo con su expresión marcada por la preocupación, aunque también se le veía la esperanza, sabía que su hija sobreviviría, y eso era suficiente.

- "Pero ¿Por qué tenemos que dejarla en un orfanato?, ¿Por qué no podemos huir con ella? Crecerá sin el amor de sus padres, con extraños."- decía la mujer entre lágrimas de dolor.

- "Sabes mi amada esposa, que ella, conoce vuestro olor, nos buscara por todo el mundo, hasta encontrarlo, y sabes que siempre nos encuentra. Ahora por el hechizo que nos hicieron, tenemos retenido nuestro olor, pero pronto desaparecerá, y nuestra hija ahora sólo huele a humano, así que debemos dejarla pronto y apartarnos lo que más podamos de ella, para que no la encuentre."- dijo su marido, con la cara seria.

- "Pero si ni le he puesto un nombre. ¿La entregaremos así sin nombre? ¿Cómo si nunca hubiera sido querida?"- dijo por fin la mujer mirando a su marido.

- "Pongámoselo, por lo menos un nombre, ya que nunca podrá llevar el apellido de nuestra familia."- dijo su padre sonriendo a su mujer mientras aparcaba delante del edificio donde su hija viviría durante algunos años, ajena a quién era, y el peligro que corría.

- "Elizabet, como nuestra reina, ya que ella será una reina entre los lobos."- dijo su mujer, el hombre sonrió, cogió a su hija de los brazos de su esposa, y la abrazo, para después besarle en la frente.

- "Bien, Elizabet, debes crecer fuerte, hija mía, tu madre y yo siempre pensaremos en ti, pero eres más importante que nosotros, si sobrevivimos, nos volveremos a ver cuando seas mayor, por ahora vive por nosotros. Te amos preciosa loba."- le dijo su padre antes dársela a su madre para que la abrazara por última vez.

Esta la abrazo, y la besó ente lágrimas, de hecho, no había parado de llorar, como madre sentía que le arrancaban una parte del cuerpo, la parte más importante, el corazón. Finalmente entregársela a su esposo. Él salió del coche, subió las escaleras que llegaban al edificio y la llevo al depósito que tenía en la, un depósito con una campana, para colocar allí a los niños entregados.

Colocó a su hija, y antes de girar el depósito, para después tocar la campana, besó por última vez a su hija, mientras dejaba que sus ojos expresasen su dolor en forma de lágrimas, lágrimas de un Alfa por la pérdida de su descendencia.

- "Te acompañaremos siempre, Elizabet."- y tras esto giró en torno del depósito, y tocó la campana para salir corriendo hasta su coche, y partir de allí rápidamente. Dejando tras ellos al ser más importante de sus vidas.

Archipiélago de Kodiak, octubre 2002, Alaska.

- "Por fin os he encontrado, pensasteis que podríais huir de mí siempre, ¡Ilusos!."- esa voz llego detrás de ellos, habían corrido por todas las islas huyendo de ella, pero quedaba poco, para donde correr, así que allí estaban en lo alto del acantilado, el Alfa se interpuso entre ella y su mujer, quería defenderla hasta la muerte, pero también sabía que, si los atrapaban vivos, ella tenía medios para arrancarle hasta el último de sus pensamientos, aun en contra de su voluntad.

La pareja en su forma de lobo, se miraron, y supieron lo que tenían que hacer, su hija era lo primero, así que se giraron hacia el acantilado al mismo tiempo, y saltaron. Mientras caían hacia las rocas, junto al mar, oyeron un fuerte gruñido animal, ella no estaba contenta, así que ambos sonrieron y juntaron sus patas antes de estrellarse, y morir entre las rocas, todo por su hija, todo porque Elizabet estuviera a salvo, hasta que su mate la encontrara y la protegiera el resto de su vida.

            
            

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