Capítulo 2 -Capitulo 2-

-Alicia Elizabeth tiene 19 años vivía con su abuelo hasta que enfermo, la llevaron a un orfanato y las personas que la adoptaron son la peor mierda del mundo-dijo para lanzar un par de fotos sobre el escritorio enfrente de los chicos

-¿Por qué nunca supimos de ella?- pregunto Max mientras veía las fotos

-Los separaron al nacer, ya que su sangre era diferente, pero cuando sus padres se fueron no la pudimos encontrar a tiempo cuando la adoptaron y por lo que descubrimos sufre desde los 5 años de esquizofrenia- dijo hablando el director

-Vamos a ir a verla, tenemos derecho de verla, y si tiene esquizofrenia no nos importa, ya que ella es nuestra hermana y quieras o no vamos a ir a verla- dijo completamente enojado Matt

-Hablando de eso tenemos un problema- dijo agarrándose el pelo con frustración

-¿Qué problema?- pregunto Max

-Aproximadamente 2 horas se le vio que estaba en el hospital con su abuelo luego de 20 minutos se escucharon disparos, las personas que contraté para qué la cuidarán, me dijeron que vieron como Alicia se tiraba por una ventana que estaba en el piso más alto y caía al suelo como si nada, intentaron ayudarla, pero ella estaba asustada así que corrió y mis hombres la perdieron- dijo con cierto enojo en su voz

-¿QUÉ?- Gritaron los 2 hermanos al mismo tiempo

Narra Alicia

Sentí como mis piernas ya no podían más, así que deje de correr, para luego recargarme en un árbol, sentí un dolor horrible en mi brazo y vi que estaba sangrando sabía que una bala me había dado, y dolía horrible

-Lo que dijo mi abuelo no tiene puto sentido mierda- dije mientras me agarraba el pelo

-Eso ya lo sé no tiene sentido nada de lo que te dijo- dijo Alec enojado, intente mover mi brazo, pero dolió horrible -Tenemos que encontrar un lugar donde escondernos- dijo Alec mientras veía mi brazo

-Una casa en 2 km- dije mientras agarraba mi brazo

-Vamos- con ayuda de Alec nos dirigimos a la casa que estaba abandonada y que como lo sé por qué aveces venía aquí cuando no soportaba a mi padrastro ni a mi Hermano.

Alec me dejó en el piso de un cuarto del piso de arriba, me empezaba a sentir débil y ya sabía por qué era, era porque estaba perdiendo demasiada sangre

-Tenemos que sacar esa bala- dijo Alec mientras venía con algo en sus manos

-No te acerques, no quiero que te acerques- le dije totalmente asustada, ya que la última vez que quiso ayudarme no fue muy bonito que digamos

-Bien entonces muérete desangrada- dijo Alec enojado y soltando lo que tenía en la mano.

Al mismo tiempo que soltó el objeto se escuchó un vidrio quebrarse de la planta de abajo, con esfuerzo me pare del piso y con mi poder me acerque un bate, me asomé por el rabillo, mala idea al mismo tiempo que me asomo la puerta fue abierta haciendo que me diera un golpe en la frente

-¿Quién mierdas eres tú, y que haces en mi casa?- escuché la voz de un hombre y cuando levanté mi cara ví que no era un hombre era chavo con pelo blanco

-Tu casa es está........- no pude terminar cuando siento que su mano tapa mi boca y nos escondemos en el armario que estaba cerca.

Apenas iba a morderlo cuando veo que 5 hombres con armas entraban

-revisen la casa aquí debe de estar el maldito- dijo uno de los sujetos, y antes de que se movieran todos entraron ahora los sujetos que me perseguían, así que puse mis manos encima de la que tenía el chavo

-¿Ustedes quiénes son?- pregunto otro de las armas apuntando a los sujetos, ahora más que nunca quiero que les disparen

-Enfermeros del hospital psiquiátrico de la ciudad, buscamos a esta chica- hablo el maldito que me disparó, y si claro, enfermeros que usan armas de fuego

-Enfermeros que usan armas, queremos la verdad- dijo el mismo tipo

-Bien la chica nos servirá demasiado para algo que tenemos planeado, si la ven no duden en decirnos- dijo el mismo sujeto entregándole una foto, y luego se fueron.

Luego que se fueran los sujetos que me buscaban pude respirar un poco más tranquila hasta que me acordé que aún estaban eso sujetos que persiguen al chico que tiene su mano en mi boca

-Señor no hay rastro de él está todo normal- dijo uno de los hombres que subieron a la azotea

-Bien vámonos no a de estar lejos ese hijo de puta, no es tan listo como su tío, será el sobrino del más temido narcotraficante, pero no es tan listo, así que vamos- dijo el sujeto como si nada

No podía creer lo que había dicho, un narcotraficante estaba junto a mí. Vi como los tipos se iban y después de 5 minutos el sujeto destapó mi boca.

-Bien ya se fue............- No lo deje terminar cuando con mi brazo bueno le di un codazo en el estómago que hizo que se doblará pará luego hacer mi cabeza para atrás y así poder darle un cabezazo.

Abrí las puertas del armario y empecé a correr hacia la puerta principal, casi matándome en las escaleras, estaba a punto de llegar a la puerta, pero siento como algo fuerte me toma de los hombros y me empuja hacia una pared, dándome en la cabeza con la esquina de la pared, trate de levantarme, pero me sentía muy débil, y por último perdí el conocimiento.

Llegué al lugar donde estaba mi abuelo, justo antes de que se acabará la hora de pedir los pases para entrar a los cuartos

-Puntual como siempre Ali- dijo la recepcionista entregándome el pase que rápidamente tome mientras le daba una sonrisa y me iba hasta el elevador para llegar al cuarto de mi abuelo, que como siempre estaba acostado con su rostro pálido y con su oxígeno

-Si tuvieras 1000 años menos tal vez me enamoraría de ti- dije animada y fuerte para qué me escuchará.

Vi que movió su cabeza hacia mi dirección y me sonrió

-Hola, mi bello Ángel- dijo con voz apagada, me acerqué hasta él, me senté en la silla que estaba a lado de su camilla. -¿Qué te pasó en el ojo?- hablo al mismo tiempo que tocaba mi cara.

-esos imbéciles te volvieron a golpear, mira como te dejaron, corazón- dijo aún sin despegar su mano de mi cara

-Naaaaa solo le golpearon la cara, ya fea estaba- dijo Alec en tono de burla

-Alec cállate- dijo mi abuelo.

DIJO MI ABUELO..... Me puse totalmente pálida, mi abuelo también puede ver a Alec

-¿Puedes ver a Alec?- Dije casi gritando

-Mi niña tenemos que hablar- dijo mi abuelo