El amor que nos cambia, compilación del 2023 Capítulo 1 Mes de enero 2023, la bestia del apocalipsis
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No hace poco se habló del momento de nuestra liberación otra forma de llamarlo también es el momento de nuestra redención y sabemos que redención es perdón. En otras palabras, a este momento podríamos llamarlo el momento en que la humanidad recibe el perdón de Dios.
También se habló acerca de la muerte, que a todos nos sobrevendrá irremediablemente, pero que quienes tenemos fe pues sabemos que la muerte no va a ser para siempre.
Juan 11, 26 – 27
Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.
Finalmente, para no irnos muy lejos, también hablamos acerca del matrimonio, la unión que Dios instituyó ser inseparable entre el hombre y su mujer.
Pues en todo sepamos que Dios creó un plan para la salvación del hombre, Dios va a cumplir la promesa de salvar a la humanidad entera, pero para tal propósito se pagó un precio muy alto, fue la sangre derramada por Jesús en la cruz del calvario, allí entregó su vida por amor a la humanidad.
Pues bien, nos estaremos preguntando a qué se debe el título de la bestia del apocalipsis de la que se titula el relato, entonces, digo que es para completar el significado enmarcado y llegar a comprenderlo completamente era necesario aclarar antes estos puntos.
Recurramos a las santas escrituras.
Génesis 1, 1 – 2
En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
Pues bien, este es el inicio de las escrituras "los cielos y la tierra creados al principio", pero si notamos algo aún estaba desolada, también notar que el Espíritu de Dios estaba presente.
Ahora en el final de las escrituras en el apocalipsis se lee.
Apocalipsis 17, 8
La bestia que has visto es la que antes era, pero ya no es, y está a punto de subir del abismo, pero va rumbo a la destrucción. Los habitantes de la tierra, cuyos nombres, desde la creación del mundo, no han sido escritos en el libro de la vida, se asombrarán al ver a la bestia, porque antes era, pero ya no es, y sin embargo reaparecerá.
La bestia que le indica Dios a Juan –que escribió estas escrituras en apocalipsis– es el demonio que estaba en el principio en la creación, cuando se indica y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo.
En la biblia las tinieblas tienen la connotación de lo contrario al amor, es decir estás tinieblas se mueven de forma opuesta al amor de Dios y solo pudieron ser notadas por Espíritu de Dios que en las escrituras "Y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas".
Las aguas también tienen una connotación del Espíritu Santo porque es con agua que nos bautizamos, es el agua la que nos da la purificación del Espíritu Santo, es la que nos limpia de nuestros pecados y nos convertimos a una vida nueva a una vida movida por el Espíritu Santo.
Mateo 12, 31
Por eso les digo que a todos se les podrá perdonar todo pecado y toda blasfemia, pero la blasfemia contra el Espíritu no se le perdonará a nadie.
Pues bien, si es el Espíritu Santo es quien nota la presencia del maligno, aquello opuesto al amor de Dios, todos podemos ser conscientes que los pecados son movidos por aquel enemigo de Dios que quebró la voluntad de Dios para con los hombres. Adán y Eva se dirigían por el camino que los conduciría al árbol de la vida que nos otorga bajo su gracia, de poseer su naturaleza de vida eterna.
Dios no dio muchos detalles del árbol de la vida al hombre y a la mujer, dio un detalle esclarecedor de por qué no comer el otro árbol del conocimiento del bien y del mal.
Génesis 2, 17
Pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas, ciertamente morirás.
Dio la prohibición porque los dirigía en ese sentido, el hombre tiene plena libertad, pero esa libertad es para hallar los frutos del árbol de la vida.
La libertad del hombre se vio interrumpida por el enemigo de Dios dio un conocimiento engañoso, que era parecido a la voluntad de Dios, pero que los conduciría a la condena al cual estaban destinados él, si el demonio y sus ángeles desde el inicio, es decir estaban conduciéndose por el terreno de la tentación "y la tierra estaba desordenada y vacía y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo".
Estos ángeles malignos moraban, de alguna manera atraídos, sobre la faz del abismo y como ellos cayeron caen repetidamente pues inquieren al hombre a actuar como uno de ellos, se saben ir a ser destruidos, pero en su camino arrastran a los hombres. Aquel abismo conduce a la bestia del apocalipsis.
Veamos bien lo que nos indica las sagradas escrituras.
Génesis 3, 1 – 5
La serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Dios el Señor había hecho, así que preguntó a la mujer:
-¿Conque Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín?
-Podemos comer del fruto de todos los árboles -respondió la mujer-. Pero en cuanto al fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: "No coman de ese árbol ni lo toquen; de lo contrario, morirán".
Pero la serpiente dijo a la mujer:
-¡No es cierto, no van a morir! Dios sabe muy bien que cuando coman de ese árbol se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal.
Este conocimiento engañoso es la tentación, que mora sobre la faz del abismo y nos induce a pecar.
Sin embargo, es muy atrayente al decirnos lo contrario "¡No es cierto, no van a morir!" el demonio engañándonos, porque nunca dice la verdad" sino todo lo contrario.
Hoy en nuestras vidas sabemos que, un mal obrar o los desatinos de caer en tentación nos conducen a la culpa al sabernos alejados de Dios; pero una vez hecho sabemos al igual que como Eva, luego de comer el fruto prohibido, no morir en dicho instante nos percatamos que ese morir –aparentemente al instante– no es así, sino que aquel pecado trae congoja y desolación. Dios estaba hablando a futuro "No coman de ese árbol ni lo toquen; de lo contrario, morirán". Es decir, inevitablemente nos conducirá a la muerte.
Como sabemos el maligno es un espíritu, llevó consigo a Eva un conocimiento engañoso, sabemos a dónde nos conduce sus razonamientos, nos conducen al abismo y en ese abismo notemos claramente quien se encuentra.
Apocalipsis 17, 8a
La bestia que has visto es la que antes era, pero ya no es, y está a punto de subir del abismo, pero va rumbo a la destrucción.
La bestia se dará a conocer con todo su furor, pero ahora sabemos lo que es para nosotros, la bestia del apocalipsis.
Juan 8, 44b
Desde el principio este ha sido un asesino, y no se mantiene en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, expresa su propia naturaleza, porque es un mentiroso. ¡Es el padre de la mentira!
Entonces las personas, la generación que ha reconocido al demonio y sus estrategias para tener dominado al mundo, aquellos que solo adoran a Dios y al cordero de Dios bajo la guía y protección de su Santo Espíritu ellos no se asomarán a ver a la bestia, lo rechazarán de sus vidas, la palabra de Dios son palabras de vida y son el principal alimento para valerse y defenderse en este mundo de maldad.
Dios salva, se vale de muchos medios para traernos la salvación, vivir en pobreza es el principal medio para hacernos partícipes de su gloria pues fue Jesús quien vivió así y su conocimiento traspasó la barrera del tiempo y de la muerte.
2 tesalonicenses 2, 8 – 12
Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.
Dios es principio y fin, si en el principio Adán siguió el engaño de la mujer quien antes había sido seducida por el engaño de la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás.
Apocalipsis 12, 9
Así fue expulsado el gran dragón, aquella serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, y que engaña al mundo entero. Junto con sus ángeles, fue arrojado a la tierra.
Notar que el demonio fue expulsado a la tierra como Adán y Eva, pero aquellos espíritus malignos conjuntamente con el demonio no tienen afinidad alguna con el hombre, es decir a los hombres otorga salvación y al demonio la destrucción.
Génesis 3, 15
Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
Ahora este conocimiento engañoso para haber comido el fruto que le dijeron claramente que no, en cierta medida este conocimiento del bien y el mal era necesaria para tomar del fruto del árbol de la vida.
Génesis 3, 22
He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.
Se llegaba a este conocimiento al rechazar saber por sí mismo la ciencia el bien y el mal, lo conseguiría por estar en la presencia de Dios, este fruto sería desechado puesto que no podía llegar al otro por este. Era necesario, obtenerlo sin transgredir la advertencia, es decir debía llegar a este conocimiento por la gracia de Dios, y no tomando el fruto de dicho árbol porque en todo este pecado les impondría una barrera infranqueable que es la muerte.
Entonces sabemos a dónde nos conducimos al dejarnos llevar por la tentación. Veamos, cuál fue la primera reacción de ellos tras haber comido aquel fruto.
Génesis 3, 7
Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.
Hasta allí parece que solo caían en cuenta de su desnudez, es por alejarse de la gracia que les otorgaba Dios, sigamos.
Génesis 3, 8 – 10
Y oyeron la voz de Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Dios entre los árboles del huerto. Mas Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.
Primera consecuencia del pecado: Rehuir al llamado de Dios porque se pone cuesta arriba, la culpa nos abruma.
Segunda consecuencia. El miedo de estar nuevamente en la presencia de Dios, rehuir, vemos claramente un concatenamiento de acontecimientos de la degeneración del alma humana que requiere de la guía de Dios, pero se siente no merecerlo. El corazón humano se había hecho para la complacencia en todo sentido con su creador, su corazón estaba hecho a la medida de Dios. Pero el miedo y la culpabilidad les impide acercarse plenamente. Continuemos.
Génesis 3, 11 – 12
Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.
El demonio había dicho que serían como Dios; este pecado del engaño al cual cayeron por el engaño de la serpiente se manifestada, ciertamente no era verdad no eran como Dios en ningún sentido. La mujer cayó y luego su esposo, este engaño los había contaminado ahora ya no solo fue el fruto en sí, sino también el engaño de la serpiente echando a actuar en ellos dos.
Adán se sintió con el derecho de juzgar a la mujer, de culpar en cierta medida a Dios por ponerla por compañera es decir se enaltecía de poder resolverlo sin estar ahora en la presencia de Dios.
Génesis 3, 13
Entonces Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.
Es claro notar que ella culpó, aunque tiene parte de la verdad, juzgó y ese hecho es solo potestad de Dios; se enalteció igualmente de poner remedio a lo acontecido. Pensó, en cierta medida, que admitiéndolo al igual que Adán podría librarse de la congoja del pecado que tenían actuando en ellos dos, esto lo sabemos todos, llevó a la humanidad entera para separarnos de Dios, a enaltecernos de no tener necesidad de Dios –porque el pecado enraizó en nosotros– esto lo vemos en muchos pasajes de la biblia, se piensa equivocadamente que Dios no es necesario, el hombre intenta por sí mismo llegar a la salvación intentando resolver la muerte.
El hombre fue creado para tener una comunicación permanente con Dios, Jesús oraba incansablemente.
Si se es casado es necesario ser uno con la esposa donde el hombre es la cabeza, el hombre y la mujer tienen también una connotación de servir en el matrimonio.
Cuando no se está casado pues debe igual tomarse la relación de Jesús con María su madre, como ejemplo.
Juan 2, 4
Cuando el vino se había terminado la madre de Jesús le dijo: Ellos no tienen vino. Mujer, ¿eso qué tiene que ver conmigo? -respondió Jesús-. Todavía no ha llegado mi hora.
La mujer no es quien se aventura a resolver la situación llama al hombre, aunque sea quien lo induzca o encuentre en el hombre poder resolver la situación, es el varón como cabeza quien determinará su decisión a tomar. Luego María la madre de Jesús sería quien les diga a los sirvientes que hicieran lo que Él les dijese. Aquí se realiza la conversión del agua en vino, ella propició que Jesús lo hiciera, mas fue por sí mismo, tras su petición, realizarlo con plena decisión suya.
Como se sabe Jesús llevó una vida de conversión continua, consideraba a su madre y sus hermanos a quienes lo escuchaban y ponían en práctica sus palabras, es el nuevo Adán que escucha a la mujer, pero que Dios está por sobre toda relación familiar o de carne, simplemente es guiado por el Espíritu de Dios.
Lucas 8, 21
Pero respondiendo Él, les dijo: Mi madre y mis hermanos son estos que oyen la palabra de Dios y la hacen.
La bestia del apocalipsis solo puede actuar en el hombre si lo hace en pleno uso de su voluntad, lograremos contrarrestarlo que nos impone, la muerte, la culpa, el enaltecernos del pecado y toda esa concatenación de actitudes que solo nos apartan de Dios sin buscamos en la comunidad de la iglesia la gracias de su Santo Espíritu y que prevalecerá al final de los tiempos.
Mateo 16, 18
Mas yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.