Eterno Amor
img img Eterno Amor img Capítulo 4 4
4
Capítulo 6 6 img
Capítulo 7 7 img
Capítulo 8 8 img
Capítulo 9 9 img
Capítulo 10 10 img
Capítulo 11 11 img
Capítulo 12 12 img
Capítulo 13 13 img
Capítulo 14 14 img
Capítulo 15 Final Primera Parte img
Capítulo 16 Ethan y Lucas 1 img
Capítulo 17 Ethan y Lucas 2 img
Capítulo 18 Ethan y Lucas 3 img
Capítulo 19 Ethan y Lucas 4 img
img
  /  1
img

Capítulo 4 4

- Joseph, ¿No crees que estás bebiendo demasiado?

- ¿Temes que vaya a golpear al idiota que no ha dejado de observarme toda la noche?

- Eres demasiado bueno como para golpear a alguien.

- Él definitivamente lo merece.

- Concuerdo contigo, pero ha sido demasiado vodka para ti.

- Ve a disfrutar de tu boda, Ellington, ¿En dónde está tu guapo esposo?

- Bailando, ¿No quieres ir a la pista?

- ¿Te puedo hacer una pregunta?

- Por supuesto.

- ¿Tú sabes si el bebé que tiene Louis es... de él?

La mirada de ambos se dirige hacia el recién mencionado, quien en un intento fallido de fingir que no estaba observando al ruloso de ojos verdes, desvía su mirada hacia el pequeño Darlington sentado sobre sus piernas.

-Sí, Joseph, es su hijo.

Joseph entrecierra sus ojos y Lucas casi puede ver las operaciones matemáticas en donde su mejor amigo busca las respuestas que Louis jamás le ha dado.

- ¿Cómo cuánto tiempo tiene ese bebé?

- Un año, creo.

- Que hijo de puta.

Es lo último que dice antes de ponerse de pie torpemente.

- ¡Joseph, no!

El intento de detenerlo es completamente inútil, Joseph camina hacia la mesa en la que Louis se encuentra y de alguna manera, el castaño ya sabe lo que se le avecina. Pero Joseph no hace un escándalo, no grita ni tiene actitud violenta, no va a arruinar la boda de su mejor amigo, no por culpa de su infiel exnovio.

Se sienta en la silla vacía junto al ojiazul, quien ha quedado completamente inmóvil, esperando golpes, gritos, reclamos.

-Tu bebé es precioso, ¿Cómo se llama?

La voz no le sale, se ha ido y no tiene idea de a dónde y cómo recuperarla. Lleva el vaso hacia su boca para darle un sorbo a su jugo de manzana, sus manos tiemblan y su vista se empaña.

- ¿No hablas? ¿Eres mudo?

Usa el mismo perfume que usaba en la secundaria, el olor entra por sus fosas nasales haciendo que miles de recuerdos broten por montones.

--

- Louis, es precioso.

Louis sonríe al ver la reacción de Joseph quien observaba el collar entre sus dedos como la joya más preciada del mundo.

- ¿De verdad te gusta?

- Nunca me habían dado algo tan bonito, Lou, muchas gracias.

Los dedos de Joseph delinean el dije de mariposa con delicadeza.

-No es tan bonito como tú.

Las mejillas de Joseph se colorean y Louis vuelve a sonreír.

-Joseph, ¿Te gustaría ser mi novio?

Los verdes ojos de Joseph abiertos en sorpresa se posan en los suyos y una sonrisa se va formando de manera lenta hasta hacer aparecer esos adorables hoyuelos en sus mejillas, asiente de manera efusiva mientras su sonrisa se hace todavía más grande y sus ojos más brillantes.

-Sí, Lou, por supuesto, me encantaría.

Hubo muchas oportunidades en las que ambos pudieron haberse besado, pero de alguna u otra manera no sucedía, así que luego de recibir la respuesta afirmativa por parte de Joseph, Louis procede a darle el primer beso al rizado, lleva las manos a las mejillas de su- ahora novio- y acerca su rostro hasta que sus labios están rozándose.

- Te adoro, mi pequeño amor.

Es lo que dice antes de juntar sus labios permaneciendo estático primeramente, Joseph suspira y justo ahí Louis aprovecha para comenzar a mover sus labios siendo correspondido al instante, es un beso suave y tímido, el rizado no había besado a nadie antes así que está siendo guiado por el contrario, poco a poco tomando un ritmo coordinado y dejándose llevar disfrutando del momento.

--

- Sí, creo que eres mudo. Hola, pequeño.

Joseph estira su mano hacia el pequeño Emmanuel, quien posa su mirada en el chico frente a él y sin duda envuelve su mano en el dedo de aquel desconocido. Esta vez Louis dirige su mirada hacia Joseph, observando su rostro por un segundo antes de pasar a la mano que acaricia con ternura la diminuta mano del menor.

- ¿Cómo te llamas, mm?

Emmanuel sonríe como si Joseph le hubiera contado un chiste demasiado gracioso, la sonrisa es contagiosa así que el rizado no puede evitar sonreír también.

- Tienes unos ojos muy bonitos, me recuerdan mucho a alguien.

- Joseph, ¿Qué haces acá?

- Oh, sí hablas- Habla con dura ironía- Es la boda de mi mejor amigo, Lucas Ellington, ¿Lo conoces?

Louis rueda los ojos.

- ¿Qué haces acá, sentado a mi lado?

- Me gustan los bebés, son adorables, ¿Cuánto tiene? ¿Ocho meses? ¿Doce?

Louis permanece en silencio y Joseph sonríe por la respuesta que el silencio le otorgaba.

- ¿Y dónde está su mamá?

- Tienes muchas preguntas.

- ¿Tú qué crees?

- Nene, si vamos a...

- Joseph- Lo corrige- Joseph Callahan.

- Joseph, si vamos a tener esta conversación, no va a ser aquí, es la boda de nuestros mejores amigos, no es el momento más adecuado.

Joseph suelta una risa y niega con su cabeza.

- No tenemos nada de qué hablar, ni siquiera te conozco, pero eso sí, te pareces mucho a un ex que tengo, ¿Sabes?

- ¿Ah sí? - Decide seguirle el juego- ¿Y qué pasó con él?

- Se esfumó, a veces creo que quizás fue producto de mi imaginación, o tal vez solo una muy mala pesadilla- Dice con el tono de rencor claro en su voz.

- ¿Lo odias?

- No puedo odiar a alguien que no existe.

- ¿Y si existiera y no fuera producto de tu imaginación?

- Lo odiaría, sí, por mentiroso y cobarde.

- Eres demasiado bueno como para odiar a alguien.

- No me conoces.

- Por supuesto que lo hago.

- No, no lo haces- Endurece su tono- Quizás conociste a alguien de cabello rizado alborotado, con unos kilos de más, acné y enamorado hasta los huesos de su mejor amigo. Inocente e ingenuo. Pero a mí no me conoces, ni un poco.

- ¿Y qué ha cambiado?

- Creo que eso salta a la vista.

Y sí, algunas cosas saltaban a la vista.

El cabello hecho un lío de rizos sobre su cabeza ahora llegaba más debajo de sus hombros en ondas desordenadas, su estilo de vestir definitivamente había cambiado, pasando de anchas sudaderas y zapatillas a camisas con los botones del pecho desabrochados, trajes, jeans ajustados y botines. Los kilos de más de los que hablaba se habían convertido en músculo, su pancita ahora era un abdomen plano y marcado, la piel blanca de su cuerpo ahora llena de tatuajes, y había crecido, vaya que había crecido.

Su mirada tampoco había cambiado, en los vídeos y fotos que pasaba horas y horas viendo podía notar que era la misma mirada inocente y frágil de aquel rizado de catorce años que había conocido. Pero justo en ese momento, era una mirada completamente diferente, que solo se notaba cuando sus ojos se posaban en él, en el momento en el que se posaban en otra persona u objeto, regresaba a ser la misma, pero hacia él solo había rencor, enojo y una profunda tristeza.

-Lo siento mucho, Joseph.

Louis puede ver la mandíbula de Joseph tensarse, como si estuviera presionando con fuerza sus dientes, su atención regresa al bebé, ignorando las palabras de Louis.

-Es un bebé precioso, espero que a él no le falles.

Joseph se pone de pie y camina hacia el baño, ya que la silla en la que se encontraba anteriormente ahora era ocupada por Ethan, quien estaba bastante entretenido comiéndole la boca a su esposo.

Louis sabe que es momento de irse, el nudo en su garganta pica, solo quiere meterse en su cama, taparse por completo con las cobijas y llorar hasta quedarse seco.

- ¿Cómo que ya te vas, Lou? Inaceptable, es temprano.

- Es muy tarde y debo regresar a Ámsterdam mañana temprano.

- No seas aguafiestas, un ratito más, ven, te presentaré a mi esposo, ni siquiera han hablado.

- Ethan, en otra ocasión, ¿Sí?

- Nada de eso.

Louis suspira y no le queda otra opción que dirigirse hacia la mesa en la que se encuentra Lucas, deja la carriola con el bebé a un lado y estira su brazo hacia el morocho cuando Ethan los presenta.

-Es el goleador estrella del equipo, ¿No es así, Lou?

Por la manera en la que Lucas lo mira y por la tensión de su cuerpo, es claro que sabe lo que había pasado entre él y Joseph en el pasado.

-Voy por un trago, no tardo- Dice Ethan antes de ponerse de pie para alejarse de la mesa.

Mierda.

- Louis Darlington, ¿No?

- Sí.

- No voy a preguntarte acerca de Joseph, no te preocupes, no me incumbe.

- ¿Son amigos hace mucho tiempo?

- Nos conocimos en la escuela de música.

- Entiendo.

- ¿Y tú y Ethan?

- En la escuela de fútbol, lo odiaba.

Lucas suelta una risa.

- ¿Ah sí?

- Era demasiado bueno en el fútbol, el maldito era el consentido de la escuela, tapaba todos los goles que yo intentaba hacer, todos.

Lucas sonríe con el amor siendo notable en su expresión.

- Sí, él es bueno.

- Cuando regresó de ese viaje a Las Vegas, no paraba de hablar de ti, todo el tiempo.

- ¿Ya eran amigos en ese entonces?

- No, ni un poco, pero hablaba mucho de ti en todas partes.

- Joseph también hablaba mucho de ti.

La expresión de Louis decae inmediatamente.

- Lo siento- Dice con rapidez Lucas.

- No pasa nada.

- ¿Cómo se llama tu bebé?

- Emmanuel.

- Tiene el color y la forma de tus ojos.

Louis sonríe y asiente.

- Pero es rubio, ¿Su mamá es rubia?

- Sí, lo es.

- ¿Estás con ella?

- No, hum... fue solo una noche de tragos.

- Entiendo.

- Debería irme antes de que Ethan se dé cuenta y quiera tenerme aquí hasta que amanezca, fue un gusto conocerte.

- Lo mismo digo, Lucas, felicidades por tu matrimonio.

Lucas sonríe amablemente por sus palabras, pero antes de poder ponerse de pie alguien se sienta junto a ellos, alguien que definitivamente había bebido demasiado vodka esa noche.

- ¿Ya conociste al mudo, Lucas?

Ninguno de los dos responde ante las palabras de Joseph, Louis solo se pone de pie para poder salir del lugar.

- ¿Ya te vas? Una lástima, es muy temprano.

- Ten una buena noche, Joseph.

Mientras Louis se dirige hacia la salida hasta que lo pierden de vista, la actitud socarrona de Joseph desaparece hasta que la tristeza de los recuerdos es notable en su mirada.

- ¿Por qué no intentas encontrar esas respuestas que esperaste durante años, Jos?

- Ya no tiene caso, ya hasta una familia tiene.

- Son solo su hijo y él, no está con nadie.

- No importa de todas maneras.

- Joseph, solo pregúntale, aclaras las dudas que has tenido estos años y así puedes cerrar ese ciclo para continuar con tu vida de una vez por todas.

Joseph lo piensa por un momento, pero al final decide que no desaprovecharía esa oportunidad, no sabe si volverá a ver a Louis en algún momento, pero el castaño le debe esas respuestas, le debe muchas explicaciones, y se las va a exigir justo ahora.

Se pone de pie y camina fuera del lugar buscando con la mirada a Louis, lo encuentra doblando la carruela del bebé para meterla en el baúl del auto.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022