La venganza de la CEO Adolescente
img img La venganza de la CEO Adolescente img Capítulo 4 Entre el amor y el odio
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Capítulo 6 La vida tras bambalinas img
Capítulo 7 La doble cara de la fama img
Capítulo 8 Enamorando a mi hijo img
Capítulo 9 Sueños rotos img
Capítulo 10 Ella y yo img
Capítulo 11 Lucio img
Capítulo 12 Libre soy img
Capítulo 13 Michelle, la emisaria vengadora img
Capítulo 14 Verónica y Mayra img
Capítulo 15 La nueva inquilina img
Capítulo 16 La medium img
Capítulo 17 Máscara contra cabellera img
Capítulo 18 El mundo de los sueños img
Capítulo 19 En busca del nuevo CEO img
Capítulo 20 El lado obscuro de Verónica img
Capítulo 21 Mi admirador secreto img
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Capítulo 4 Entre el amor y el odio

Reconocí las caras.

- ¿Y saben ya que pasó? Digo, en la televisión dijeron que fue un accidente, pero, ¿No está todo muy raro?

- ¿Alguna vez te subiste con ella? Manejaba pésimo. No es nada extraño que haya tomado el camino equivocado. Esta gente es toda igual. Siempre la llevaba el chofer y justo esta ocasión que se aventuró a conducir ella, se accidenta. Se malacostumbró y se volvió una inútil...

Quiero aventarles el cenicero que tengo a mano. Es uno de los doctores del área de psiquiatría. Siempre me sonreía y me hablaba cordialmente y el día que le di un aventón a su casa porque su coche estaba en el taller, no dejó de elogiarme por mis habilidades al volante y mi amabilidad...

- ¿Y tú qué demonios haces aquí? ¡¿Cómo te atreves?!

Reconozco la voz, es Lina, mi hija. Volteo tratando de identificar a quién le habla; a lo mejor ya se enteraron de lo de su padre con Abril y por supuesto no iban a quedarse de brazos cruzados...

- ¡No te hagas tonta! ¡Te estoy hablando a ti! ¡Respeta el último adiós de mi madre!

Me paralizo al darme cuenta que le grita a Michelle. A mí en el cuerpo de Michelle. Trato de acercarme, pero ella se aleja horrorizada. Mario se acerca corriendo, de la nada aparecen Abril y mis gemelos.

- ¿Qué es este escándalo Lina?

- Es que cómo se atreve a venir papá... ¿Qué pretende? ¿Darme el pésame?

- Mar... Doctor Estrada, creo que es la paciente que estaba en urgencias, junto a la cama de la Lic. Luna.

- ¿Qué hacía junto a mi mamá?

Me descubro bien la cara para que todos puedan ver mis cicatrices.

- Tuve un accidente. Escuché que la persona que estaba en el cubículo junto al mío falleció y quise...

Lina se adelanta y me da una cachetada. Los asistentes empiezan a cuchichear, Mario detiene a mi hija y Abril intenta consolarla. Maldita desgraciada, quítale las manos de encima... Alguien me detiene antes de que intente algo y me saca del lugar. Es Víctor, uno de mis gemelos.

- Disculpa a mi hermana, está muy alterada. Lamento mucho que hayas tenido un accidente, ahora entiendo porque no podía contactarte y no sabía nada de ti. Yo pensaba que... Bueno, no importa. ¿Estás bien? ¿No te lastimó Lina? Mi hermano es cirujano plástico, de los mejores que conozco, así que no te preocupes por las cicatrices, sé qué él podrá arreglarlas...

No entiendo nada. Lina me detesta y al parecer Víctor tiene interés en mí. En Michelle. Pero, ¿Cómo es que yo no sabía de la existencia de esta chica en la vida de mis hijos? Trato de hurgar en mi memoria lo que me decían en las videoconferencias, en las pláticas en Navidad, en vacaciones... ¿Quién es esta chica y que les hizo que está entre su odio y el amor?

- Yo no quería perturbar a tu familia, sólo quería...

- No te disculpes ElleT. Es el dolor lo que hace a Lina sobre reaccionar.

¿ElleT? Ahora recuerdo. Desde hace un año Lina se queja amargamente de una compañera de la carrera. Decía que era una malcriada, que entró a esa universidad sólo por haberse hecho famosa haciendo comerciales y videos desde pequeña y por eso le dieron una beca, pero que no tenía ni dinero ni talento. Cuando le dije que al final eso se notaría y si no daba el ancho terminaría siendo expulsada, me dijo que usaba sus encantos para convencer a los profesores de que le dieran buenas calificaciones y la eligieran primero para los eventos. La gota que derramó el vaso fue una pasantía en la semana de la moda en Nueva York y que era la puerta para sus iguales en Paris y Milán. Lina no durmió casi durante un mes para preparar su presentación y sus diseños, hasta Santiago me llamó preocupado porque la veía muy débil, pero no pudimos persuadirla, estaba decidida. Una noche antes del examen, un error en el sistema contra incendios del taller provocó que se activaran los aspersores y varios de los atuendos quedaron arruinados porque estaban aún frescos los últimos detalles que había pintado a mano para darle más impacto. La pasantía se la dieron entonces a ElleT y mi hija lloró durante dos semanas porque estaba segura que la había saboteado.

Así la conoció Víctor. Él había trabajado con la compañía de seguridad que estaba en el edificio donde se encontraba el taller y los convenció para que le dieran los videos de seguridad de ese día. Se veía una figura de complexión pequeña pero no se distinguía el rostro. Decidió entonces acercarse a la principal sospechosa sin revelar que era hermano de Lina y tratar de sacarle la verdad. Lo último que me dijo es que su hermana estaba siendo injusta y se dejaba llevar por sus prejuicios, porque la chica era inocente, había tenido una infancia muy difícil, ya que, a diferencia de los niños normales, ella no había podido jugar ni ir a la escuela de manera regular por su carrera artística. El poder entrar a la Universidad y estudiar diseño de modas era un sueño hecho realidad para ella porque así podría demostrar su valor por su talento y no por su apariencia...

Ahora lamento no haberles hecho mucho caso a ninguno de los dos. Me enfrasqué en las preocupaciones y responsabilidades del trabajo. Pensé que era sólo un berrinche de mi hija, una rivalidad infantil agravada por la frustración de lo que había pasado con la pasantía y, dado que Víctor estaba en Europa y esta chica en Nueva York, ese aparente enamoramiento se le pasaría rápido; creía que sólo estaba buscando llevarle la contraria a su hermana porque siempre se han fastidiado.

- Entiendo que siga molesta conmigo. Además, algo tan difícil como la muerte de su madre... Cómo estaba en el hospital, no sé bien que pasó, sólo que un accidente...

La mirada de Víctor se ensombreció y yo me estremecí sin saber por qué.

- Mi madre siempre ponía su trabajo por encima de todo lo demás. No podía alejarse ni en su día de descanso, porque creía que era indispensable y nadie podía hacer nada si no estaba ella. Mi hermano dice que seguramente estaba agotada y eso afectó sus reflejos, que de por si se van deteriorando con la edad...

Las palabras de mi hijo me hirieron más que la traición de Mario. Todo lo que trabajé, los puestos que escalé, los sacrificios, todo lo había hecho para que a ellos no les faltara nada, para que tuvieran acceso a las mejores escuelas, para que cumplieran su sueño de hacer posgrados en el extranjero... Pero al parecer, en lugar de un bien, les hice daño porque sentían que los había descuidado y que no había estado cerca de ellos lo suficiente...

- Todo lo hice... Seguro todo lo hizo por ustedes. Así como mis padres se sacrificaron para llevarme a las audiciones, a las grabaciones...

- ¿De qué hablas? Tus padres viven desde hace mucho tiempo de lo que generas. Tú misma me lo dijiste.

- ¿Si? Bueno, así lo debo haber sentido en algún momento, pero ahora, viéndolos sufrir por mi...

- ¿Todo está perdonado ya? ¿Sufren por verte mal o por que no vas a poder actuar o hacer contenido y, por tanto, no vas a generar ingresos?

No pude contestarle. Aún no conocía tanto a Michelle. Vi a Mario salir a fumar. Abril venía tras de él. Me hirvió la sangre.

- ¿Es tú padre?

- Sí, así es.

- ¿Y esa mujer?

- ¿Abril? Es la asistente de mi mamá. Y uno de sus proyectos de caridad. A veces sentimos que estaba más al pendiente de ella que de nosotros. Pero cuando nos atrevimos a reclamar, nos decía que los tres crecimos con todos los privilegios, que nunca habíamos sufrido carencias como ella y por eso no sabíamos lo que era luchar para tener lo más básico.

- Idiota...

- ¿Perdón?

- Que... esa ideota que tenía suena a lo típico que dicen las madres...

Qué imbécil fui. Siempre cuidándola por su triste pasado y ella clavándome un puñal por la espalda, metiéndose con mi marido y conspirando en mi contra. Víctor se rio. Tuve ganas de darle una bofetada.

- Ellet, no te preocupes por nada, como te dije, yo veré como ayudarte para...

- No necesito tú ayuda, gracias.

Me di media vuelta y volví a entrar a la funeraria, esta vez, cuidándome de que no viera Mario, Abril, Santiago o Lina. Necesitaba escuchar más sobre lo que pensaban de mí los que supuestamente me querían y admiraban y sobre todo, ver como se comportaba la que se suponía era mi familia feliz.

            
            

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