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Su Hermano, Mi Refugio

Roberta Atomic
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Capítulo 1 Dulce Calma

Hoy es jueves, casi las 7:00 a.m. Estoy sentada en la mesa de mi cocina leyendo las noticias en mi tableta y bebiendo una taza humeante de cremoso matcha, me lamo el dedo índice y presiono los pequeños granos de azúcar moreno esparcidos al lado de mi taza sobre la mesa de madera de cerezo. Me llevo el dedo a la boca, distraídamente, sintiendo la dulzura derritiéndose en mi lengua. Los rayos de sol que entran por la ventana llegan a mis pies, haciendo que mis calcetines morados se sientan más cálidos.

Coal, nuestro perro, se estira, sus ronquidos y el canto de los pájaros afuera son los únicos sonidos que llenan la habitación.

Dejo la tableta sobre la mesa y camino hacia la puerta corrediza de cristal, observando cómo se han ido derritiendo los últimos trozos de nieve de la temporada en la terraza y los los marrones y los verdes van cobrando vida discretamente entre los árboles de afuera. De repente soy consciente de mi reflejo pero me siento fuera de mí, esos ojos verdes me están mirando, esa chica extraña, pálida con el pelo rojo ondulado aún húmedo, vistiendo pantalones de yogas grises y una sudadera de hombre color azul. Ella vive en esta casa pero realmente no se siente como un hogar, algo falta.

Coal rompe mi trance cuando siento su suave pelaje negro en mi mano, me mira con sus tiernos ojos pidiéndome que lo acaricie. Encontramos al cachorro negro parecido a un lobo hace un año y medio deambulando solo por una carretera cuando conducíamos hacia las montañas para hacer una caminata y escalar. Nos bajamos de la camioneta y revisamos los alrededores buscando más cachorros o a la madre, pero no encontramos nada. Nos llevamos al cachorro con nosotros y lo alimentamos en nuestro campamento pensando en llevarlo al veterinario y darlo en adopción al regresar a la ciudad. El cachorro mezcla de Samoyedo se ganó nuestro corazón con su actitud luchadora y resiliente, esos ojos agradecidos llenos de esperanza atravesaron mi alma y decidí quedármelo. Sabía lo que estaba sintiendo, yo misma lo había experimentado, completamente sola en ese camino, esperando que alguien me rescatara y me mantuviera a salvo.

Abro la puerta y dejo salir al perro, el aire fresco llena mis pulmones y me pregunto qué habría pasado con Coal si no lo hubiéramos encontrado, si no estuviéramos allí en ese momento exacto. Me pregunto qué hubiera sido de mí si Jackson y su familia no hubieran llegado a tiempo ese día fatídico.

"¡Buenos días, nena!" Jackson dice mientras baja las escaleras, descalzo, pasándose una mano por su despeinado cabello color arena, vistiendo pantalones de pijama de franela a cuadros y una camiseta blanca lisa. Se ve hermoso con sus amables ojos azules y una barba incipiente de color dorado. Camino hacia él y abrazo su cintura, él besa mi frente y me susurra al oído.

"Feliz cumpleaños, amor de mi vida". Saca de la nada una cajita de terciopelo. La abro, sé lo que es, pero aún así me emociona ver el contenido. Es un dije de plata con la forma del símbolo del infinito con pequeños cristales. Él toma mi muñeca con suavidad y añade el dije número tres a mi pulsera de plata. El primer dije vino con la pulsera, un corazón con una M y una J grabadas, me lo regaló en el primer cumpleaños que pasamos juntos, y el año pasado me dio uno con la forma de una huella de perro simbolizando a Coal.

"Sé que es cursi, pero realmente te amo, para siempre". Jackson me besa dulcemente, me pongo de puntillas y pongo mis brazos alrededor de su cuello, su tibio aliento se vuelve pesado y sus manos viajan hacia mi espalda baja, encontrando su camino bajo la el elástico de mis pantys grises, acariciando mi trasero con ternura, luego agarrando firmemente llenando sus palmas.

Coal ladra y me saca del trance.

"Se me hace tarde, tengo que vestirme".

Digo y Jackson resopla.

"¿Por qué tienes que irte? ¡Es tu cumpleaños! Camy, Susan, Tex y el señor Roberts tienen todo bajo control, puedes llegar tarde un par de horas. ¿O no puedes tomarte el día libre?" Dice haciendo una mueca.

"Una buena jefe tiene que dar un buen ejemplo. Hay café y te hice unos huevos, están en en sartén sobre la estufa. No olvides alimentar a Coal." Beso su mejilla y subo las escaleras.

            
            

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