Capítulo 5 No.5

El punto de vista de Isabella

Un nudo de miedo se me atasca en la garganta cuando nuestras miradas se cruzan y aparto la mirada rápidamente mientras la culpa y la vergüenza me invaden.

No puedo creer que mi jefe y yo nos reunamos en un club y no sé por qué está tan enojado conmigo por estar en un club.

Al final, me trago el trozo, tragando ruidosamente y asintiendo con la cabeza.

La música ya ha empezado y miro con atención para buscar a Julieta donde la dejé. No está allí.

La dejé ahí porque quería ir al baño. No hemos hablado del motivo por el que estoy aquí, porque está despotricando sobre algunas cosas a las que no he estado prestando atención.

Mi mente estaba a kilómetros de distancia.

Pensando. Debatiendo. Preguntando. Y deseando.

-Isabella, te dije ¿qué haces aquí? -Me agarra de nuevo, hablando en voz baja pero con los dientes apretados.

Quiero hablar pero no encuentro la voz. ¿Cómo puedo decirle que estoy aquí para hablar con mi amigo sobre su oferta? ¿O estoy aquí para quitarme las penas bailando y bebiendo toda la noche?

-Yo... yo ... estoy... aquí con mi amigo -balbuceo, evitando su mirada gélida mientras mi corazón comienza a acelerarse de nuevo.

-¿Un amigo? -pregunta con incredulidad-. ¿Un chico?

Levanto una ceja y lo miro por el tono que está usando para preguntarme si el amigo con el que estoy aquí es un chico.

¿Por qué suena posesivo?

-No -sacudo la cabeza con fuerza-. Mi amiga Julieta -señalo hacia donde estábamos sentadas Julieta y yo antes. Afortunadamente, ella está de nuevo en el asiento.

Él se gira lentamente y observa a Julieta que mueve su cuerpo al ritmo de la música lentamente y bebe mientras espera que yo aparezca para que podamos bailar juntos.

Veo un destello de alivio invadir su expresión mientras exhala un profundo suspiro antes de volverse hacia mí.

-Buenas noches -murmura, como alguien cansado de ver mi cara o probablemente cansado de estar aquí.

¿Qué está haciendo él aquí también? Jayden no es de los que van a clubes y fiestas. ¿Está aquí para una reunión de negocios?

Antes de que pueda darme cuenta de lo que quiere decir con buenas noches, pasa junto a mí.

"Espere", digo antes de poder evitar soltarlo. "Espere, señor", repito.

Se detiene en seco sin darse la vuelta. Cuando finalmente se da vuelta para mirarme directamente, vuelvo a inclinar la cabeza hacia abajo. "Lamento lo que hice antes. No..."

-Isabella -me interrumpe. Levanto la cabeza y lo veo mirando a su alrededor, lo que me hace ver claramente que estamos en un club, un lugar poco conveniente para este tipo de conversación-. Nos vemos mañana.

Dicho esto, se da la vuelta y, en cuestión de minutos, desaparece.

¿Acaba de decirme que nos vemos mañana? ¿Significa que todavía tengo mi trabajo? ¿Por qué es tan tranquilo y suave conmigo? ¿Me ha perdonado?

Inconscientemente, una sonrisa se dibuja en mis labios y corro hacia donde está sentada Julieta.

De repente, recuerdo que aún no he obtenido solución a mi problema.

Mi abuela todavía está en casa, postrada en cama. Todavía tengo que buscar la manera de conseguir el dinero necesario para su operación.

No haber sido despedida de mi trabajo no es el único problema que tengo. Tengo otros, de los cuales la operación de mi abuela es el más importante. Pueden venir otros después.

-Oye -me mira cuando me acerco-. ¿Por qué tardaste tanto?

-Nada -me dejo caer en el sofá a su lado. Ella coge una copa de vino y me la ofrece. La acepto y me la bebo de un trago.

Dejo escapar un suspiro.

-Juliet -la llamo antes de que pueda continuar con sus desvaríos. Ella me mira fijamente, moviendo su cuerpo en una danza a cámara lenta-. Hay algo que necesito decirte.

Me inclino hacia delante para dejar caer la taza y ella la vuelve a llenar, pero yo no la tomo ni la bebo. Me inclino hacia atrás y espero a que me pregunte qué es.

Ella no dice nada

-Julieta -grito por encima de la música, preguntándome si no me ha oído. Ella me mira de nuevo-. Tengo algo que decirte.

Ella asiente. "¿Qué pasa?"

Resoplé y miré hacia otro lado, pasando mis dedos por mi cabello y mordiéndome el labio inferior, pensando en cómo empezar.

Su tacto me saca de mi ensoñación. "¿Qué pasó?"

"Le pedí a mi jefe que me ayudara con el dinero para la cirugía de la abuela tal como usted sugirió", comienzo, haciendo una señal con las manos para ocultar mi nerviosismo.

-¿En serio? -Su rostro se iluminó de emoción-. ¿Estuvo de acuerdo?

-Sí, lo hizo -digo con firmeza, apretando los dientes y añadiendo-: Pero con una condición.

La confusión se extiende por su rostro y ella inclina su cabeza hacia mí. "¿Cuál es el truco?"

Pongo los ojos en blanco y respondo: "Quiere que me case con él".

El silencio cae mientras sus ojos se abren de par en par por la sorpresa.

Yo también me quedé muy sorprendida cuando me lo dijo, pero la sorpresa se multiplicó cuando me dijo que era sólo por un año.

¿Un año?

"¿Casarme con él?", me preguntó de nuevo, como para asegurarse de que no estaba mintiendo contra mi jefe multimillonario, a quien no había visto físicamente, pero que siempre aparecía en la televisión. Juliet está loca por mi jefe, pero yo nunca le dije que yo también estuve enamorada de él.

Ni siquiera me creería si se lo dijera. Siempre se burla de mí por los hombres, me llama demasiado seria e incluso a veces se burla de mí porque podría acabar muriendo virgen.

-Sí. Dijo que quiere que me case con él por sólo un año y la idea suena ridícula -fruncí el ceño, expresando mis pensamientos sobre todo el asunto.

Ella se queda pensativa por un momento antes de preguntar: "¿Qué ganas con este matrimonio?"

Me encojo de hombros con indiferencia. "Prometió pagarme 50.000 dólares además de los otros gastos como compras, dietas y demás..."

-¿Te dijo por qué quiere estar casado sólo por un año? -me interrumpe con una mirada seria en su rostro.

Me encojo de hombros otra vez. "No. Probablemente sea por negocios".

"¿En serio?" Asiento.

"¿Estás dentro?", pregunta con una sonrisa pícara.

Mi ceño se frunce aún más. "¿Eres estúpida? La idea es ridícula. No puedo casarme con él por sólo un año..."

"¿No puedes casarte con él por solo un año o no puedes casarte con él?" Me interrumpe, haciéndome darme cuenta de lo que acabo de decir. Esto fue lo mismo que le dije a mi jefe cuando me pidió que me casara con él en su oficina.

-Espera -dice, mirándome directamente-. ¿No puedes casarte con él o no quieres casarte con él o no te casarás con él?

Ni siquiera entiendo a qué se refiere. Agito las manos en el aire. "Todo lo anterior".

Ella se echó a reír, haciéndome arquear una ceja en señal de confusión.

¿Es esto gracioso?

Cuando se le pasó la borrachera, sacó su teléfono móvil y me lo tendió para que lo tomara.

"Dame su número. Estoy interesada en casarme con él por un año o dos años o incluso un día".

-No hablas en serio, ¿verdad? -La miro con incredulidad y duda. Juliet puede ser juguetona y a veces ni siquiera sé cuándo habla en serio y cuándo no.

"Lo digo en serio", subraya el "serio". "Lo digo en serio, lo digo en serio, carajo. ¿Qué demonios te pasa? ¿No sabes que esta es una oportunidad única en la vida? Te la ofrece un hombre al que conoces muy bien. Es tu jefe y lo conoces desde hace más de un año. Dime, entonces, ¿qué es exactamente lo que te impide aceptar la oferta como una rana?"

No puedo creer que me esté pidiendo que acepte la oferta.

¿Qué esperaba?

-No seas tonta, Bella. No estás haciendo esto por ti. Siempre he sabido que eres una humana desinteresada. Estás haciendo esto por la supervivencia de tu abuela. ¿No es esto mejor que convertirte en la puta de ese cerdo? No seas tonta -me mira con enojo antes de darse vuelta para agarrar su vaso de vidrio rellenado.

Parpadeo.

Parpadeo de nuevo, intentando absorberlo todo.

¿Debo ceder?

"No voy a decir nada más sobre esto. Ni siquiera te voy a aconsejar que aceptes la oferta. Lo mínimo que puedo hacer para ayudarlos a ambos es robar su número de teléfono, llamarlo y decirle que estoy interesada en convertirme en su esposa. No me importa si tendré que tener sexo con él todas las noches..."

-Él mencionó que no habrá condiciones -le informo y ella jadea suavemente.

"¿Sin sexo durante un año?" Su boca se abre de sorpresa y yo asiento.

-¡Qué desperdicio! ¿Cómo puedo estar bajo su techo sin fantasear con que me posea, me haga el amor, me bese...? -Se queda callada con una mirada soñadora en el rostro.

Juliet siempre había querido reunirse con mi jefe, pero no había tenido la oportunidad y supongo que el flechazo está empezando a desaparecer. No me visita en la oficina porque no está permitido. Nadie puede entrar a la oficina sin la identificación adecuada, excepto los socios comerciales de mi jefe que viven en el extranjero.

"Tómalo", sale de su ensoñación y golpea mis piernas, haciéndome estremecer de dolor.

-¿Por qué demonios fue eso? -Me aparto pensando que me golpeará de nuevo. Ya parece borracha.

Ella se ríe y me muestra sus dientes blancos. "Acepta la oferta. De todos modos, eres virgen".

Pongo los ojos en blanco otra vez.

"Pero es una oportunidad perdida, ¿sabes? Yo habría sido la mejor persona para el trabajo si él hubiera querido que tuviéramos sexo y nos hiciéramos cosas malas. No puedo imaginar cómo se sentirá él al comer..."

"Julieta", le grito que deje de decir esas palabras crudas y ella se ríe, luego se levanta, arrastrándose el cabello hacia atrás.

"Bailemos. Bailemos hasta el cansancio. Bailemos por la oferta y la esperanza de un futuro mejor", me levanta con fuerza.

Me mantengo erguido, con cuidado de no dejar que me caiga y ella me arrastra hacia la pista de baile.

Mientras se balancea sobre mí, grita de emoción: "Bella va a ser la esposa de un multimillonario. ¡Yayyyyyy !"