Shadow: El Heredero Sombrío
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Shadow: El Heredero Sombrío

Infinity Nexus
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Capítulo 1 Prólogo

Prólogo

La noche se cernía en el país de Haunt, en la provincia de Ascope. Debido a ser una ciudad ubicada en el campo, era víctima de un poderoso frío. No había nadie en las oscuras calles. Eran las ocho, por lo cual, la gente estaba descansando para una nueva jornada. No obstante, el eco de pasos chocando con el suelo pavimentado llenaron la plaza del lugar.

Un hombre se paró bajo un farol revelando que se trataba de un hombre pelirrojo con una mirada afilada, sus iris eran rojas, pero su ropa constaba de un traje negro muy elegante. Enfrente de él apareció la silueta de un perro que bajaba de lo más alto de un árbol en la misma plaza. La criatura caminó en cuatro patas hacia él, se podía escuchar jadeando como si hubiera caminado mucho. De pronto, de un impulso hacia atrás, se consiguió poner en dos patas.

Se le quedó viendo al sujeto de cabello rojo que portaba una oscura aura que incrementaba con su sonrisa.

-Oye, ¿cómo estás muchacho? -Le preguntó al perro con un tono infantil. Le acarició la cabeza como si lo conociera.

Él perro respondió alegre con unos ladridos que se escuchaban como un hombre tratando de articular palabras con un tono grave.

- Esta noche se terminaron de activar todas las marcas de herencia. El Heredero sombrío ha sido llamado.

»Si quieres tener tu deseo cumplido, deberás usarlo para la resurrección de Darkson y obtener los dos sellos malditos.

-Un mundo de paz donde todos puedan ser libres. Para eso necesito el poder de ese debilucho -exclamó el chico con aires vanguardistas.

Mientras se podía en sus pensamientos sobre lo que quería lograr, no pudo evitar sentir cómo un extraño crujido salía de él. Miró hacia abajo topándose con un raro arpón que salió de su pecho, lo miró con una expresión llena de confusión.

Al ver hacia atrás, se encontró cara a cara con un chico de tez morena que jadeaba por cansancio.

-Por fin, después de tanto tiempo... ¡Nataniel, te he vencido! -Exclamó el joven con una sonrisa.

Nataniel pudo sentir como había una disminución de maná en el ambiente. Frunció el ceño antes de sacarse ese arpón, el cual destruyó con nada más que sus manos. Él hechicero que tenía enfrente estaba asustado, pero tragándose el temor, se prendió en electricidad para ir rápido contra su rival.

Con golpes rápidos parecía haber conseguido darle batalla a Nataniel cuando este no se movía. Sólo lo observaba con una fría mirada. Lo único que hizo el pelirrojo fue tocar la parte superior de su nariz con dos dedos. Suspiró antes de detener la patada de su rival, quién estaba acalorado por la batalla y alzó polvo. Sin quedarse quieto, él mago prendió en fuego sus manos para dispararle una poderosa llamarada.

Lamentablemente, Nataniel lo observó intacto y con una mirada furiosa. Por un momento el mago pensó que no le haría nada, pero no era así. Nataniel apretó fuertemente su pierna antes de lanzarlo hacia la derecha con tanta fuerza que acabó arrancándosela. Su cuerpo cayó en la pista, mientras que su pierna seguía en la mano de su rival. Él mago solo sollozaba ante su pérdida de sangre y algunas raspaduras.

-Tontos hechiceros -dijo mientras se acercaba a él-. Cuando aprenderán que ni ustedes ni nadie podrá evitar que cumpla mi sueño. Un mundo sin maldad -agregó con una mirada maníaca.

Nataniel hizo una pistola con sus dedos para apuntar al pecho del chico. Sin embargo, antes de poder moverse, sintió una nueva presencia en el campo de batalla. Movió su cabeza a la derecha esquivando un potente rayo que destruyó una casa causando una gran explosión. Por detrás, apareció una figura femenina con los ojos cubiertos por su flequillo rosa.

Tenía los brazos levantados, listos para repetir su ataque mientras volaba en el aire. Nataniel solo la miró enfurecido. De un momento a otro, él desapareció para aparecer detrás de la chica.

La mujer abrió sus ojos ante una sensación de frío que recorría su cuerpo, había sido atravesada por el brazo de Nataniel.

Sus ojos bajaron para presenciar la forma, en la cual, un brazo cubierto con sangre salía de su pecho, solo pudo intentar gritar. No obstante, la sangre inundó su cuerpo haciéndola escupir y terminó por caer al duro concreto. Nataniel vio su brazo manchado con la olorosa sangre, estaba sorprendido, actuaba como si no le importara. Aquel mago no lo podía creer, su compañera estaba muerta y ahora seguía él. Por dentro sufría la muerte de su compañera. Parecía ser su fin.

-Tranquilo niño, aún te necesito. Después de todo, necesito de alguien que cuente lo que viste.

»Ve y recuérdales a tus amigos magos que nada, ni nadie puede vencer a Nataniel -Exclamó con una clara devoción hacia él mismo. Sus ojos estaban abiertos como los de un psicópata.

Nataniel creó la pistola con sus dedos y de un disparo, desapareció al mago que dejó una gran mancha en el suelo. Una vez terminó con su contrincante, Nataniel dirigió su atención al perro en dos patas, pero este se encontraba sin vida en el suelo. Parecía consternado, y más cuando la chica hada se levantó rápido con un rostro sin vida. Parecía entender lo sucedido. Ella se puso de pie, puso sus manos en su pecho y de estas salió una onda que cubrió su cuerpo convirtiendo su ropa en un vestido antiguo de estilo gótico. Fue hacia Nataniel.

-Así que, ¿Ese perro ya estaba muerto? -Exclamó Nataniel dudoso.

-Este cuerpo tiene mayor semejanza a mi verdadero yo. -Fue hacia él-. Es momento de ir por esos Herederos -Dijo el extraño ser con un tono delicado.

-Con nuestra fuerza militar será fácil que gane esta vez -Mencionó Nataniel con mucho orgullo.

-Hmm, no estoy tan segura. Luego de que Alex y yo acabáramos con la rueda zodiacal, no quedan muchos que te puedan hacer frente. -De entre las penumbras de un callejón, emergió una chica de unos veintinueve años. Vestía una bata de laboratorio verde y ropa de oficinista.

-Victoria, la Inquisidora del tiempo -Gruñó Nataniel con una evidente molestia-. ¿A qué te refieres con eso?, Y más importante aún, deberías estar muerta.

-Como diría la Inquisidora de la luz: "Nunca moriré mientras hayan creyentes". Lo importante aquí es que, en todos los futuros que veo pasan una de tres cosas.

» La tierra es un desierto sin vida, una oscuridad consume el universo o la tierra explota.

» No importa que seas un estratega tan cauteloso si de todas formas perderás, aunque también perdemos todos.

» Ni siquiera con ese poder para alterar el tiempo puedes vencer al mismo tiempo -Sacó un cigarro y lo encendió.

-Si te crees tan poderosa, ¿Por qué no me borras de la faz de la tierra?, ¿Acaso no te gustaría que todos vivieran en un mundo sin maldad y sin reglas para más libertad?

-En primera, si no te mato no es porque no quiera.

»Tantas muertes me hacen querer llorar, pero mis ansias de investigación me impulsan a analizar y descubrir.

»Será interesante ver cómo tratas de evitar tu muerte después de varias pruebas y errores que tuviste. ¿Será que tu plan tendrá resultados?

»En segundo lugar, la libertad es buena, pero si nuestra sociedad ya es un caos con reglas, imagínate lo que pasará con menos control y con más libertad.

» Muertes sin razón y otras atrocidades que la mente humana tiene oculta.

» Lamentablemente, no puedo interferir de manera significativa -Tenía una expresión neutral. Tiró el cigarro al suelo y lo pisó.

-Veo que tú sí que eres un fastidio para mi plan.

»Pero descuida, solo debo acabar con los Herederos para poder encontrar a la Inquisidora del caos y así ganaré.

-Si estas versiones de ellos dos acabarán con el mundo, démosle un buen final a este planeta -Fue hacia Nataniel.

-Huhuhu, "Del orden viene el caos y quienes sobrevivan al caos, tendrán derecho a crear su propio orden natural".

Ambos estrecharon las manos dándose un fuerte apretón que marcó el inicio del fin que se avecinaba en medio de uno de los países más importantes por los eventos que se llevarían a cabo en ese mundo.

Fin del Prólogo...

                         

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