Oculto
img img Oculto img Capítulo 5 Descaro
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Capítulo 6 Explicación img
Capítulo 7 Caliente img
Capítulo 8 Celos img
Capítulo 9 Importante img
Capítulo 10 Sonrojo img
Capítulo 11 Confundida img
Capítulo 12 Mía img
Capítulo 13 Misterio img
Capítulo 14 Destinada img
Capítulo 15 Maldición img
Capítulo 16 Control img
Capítulo 17 Vínculo img
Capítulo 18 Beso img
Capítulo 19 Deseo img
Capítulo 20 Lazo img
Capítulo 21 Razón img
Capítulo 22 Trampa img
Capítulo 23 Akira img
Capítulo 24 Reina de dos mundos img
Capítulo 25 ¿Qué estás dispuesta a ofrecerme img
Capítulo 26 Eres la única img
Capítulo 27 Fortaleza img
Capítulo 28 Furia img
Capítulo 29 Determinación img
Capítulo 30 Esperanzas img
Capítulo 31 Salvación img
Capítulo 32 Muerte img
Capítulo 33 Trato img
Capítulo 34 Ritual img
Capítulo 35 Libre img
Capítulo 36 Calidez img
Capítulo 37 ¿Te casarías conmigo img
Capítulo 38 Temor img
Capítulo 39 Nacimiento img
Capítulo 40 Epílogo img
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Capítulo 5 Descaro

El frío y la humedad en mi rostro me despertó de aquel sueño tan extraño. Caleb se encontraba poniendo una toalla húmeda en mi frente cuando abrí los ojos por completo. Una leve sonrisa apareció en sus labios y me advirtió de lo cerca que estaba de mí. Mi corazón se aceleró con volver a tenerlo cara a cara.

-¿Una pesadilla? Lo digo porque no dejabas de temblar, de gritar y llorar mientras dormías - su voz es muy profunda y calmada-. Mi abuela dice que se debe a un efecto secundario de la medicina. Puedes llegar hasta alucinar o ver figuras dónde no las hay.

-Pero parecía tan real...

Todo me pareció haberlo vivido. La luna, la figura, el lobo e incluso el rostro distorsionado de la Sra. Elisa cuando me sostuvo del cuello. Debe haber una explicación para tener un sueño de eso, ya que nunca antes había tenido sueños de ese tipo. Desde que desperté en la mañana, me he sentido muy extraña.

-Son medicamentos muy fuertes los que estás tomando para tu recuperación. Es normal que estés un poco desorientada - quitó la toalla de mi frente y la volvió a meter en el pequeño tazón de agua-. ¿Cómo te sientes? ¿Tienes dolor?

-Me siento muy bien.

-Mentir no es bueno - volvió a poner la toalla en mi frente.

Me quedé atontada viendo sus ojos, son tan atrayentes y extraños. No puedo dejar de mirarlos. Por más en que quiera apartar la vista de ellos, hay algo de ellos que no me deja. Son como dos imanes.

-¿Te gustan?

-¿Qué?

-Mis ojos - sonrió-. ¿O me ves como la mayoría lo hace?

-¿Cómo te ve la mayoría?

-Como si fuese un espécimen de otro planeta.

-Me parecen muy hermosos - fue lo que dije sin si quiera pensar.

-Es lo que has dicho desde el primer día en que los viste.

-¿En serio? - fruncí el ceño, tratando de recordar cuándo dije eso-. No recuerdo muchas cosas antes y después del accidente. Es como si me hubiera cortado parte de la memoria.

Que vergüenza tan grande es no recordar nada, pero los demás sí hacerlo por uno.

-Supongo que debe ser por el medicamento - se encogió de hombros, restándole importancia-. Ahora te bañaré.

-¿Disculpa? - abrí los ojos de par en par.

-Bañarte. Lo he hecho desde que estás en cama - lo dijo como si no fuera nada importante.

-No, no puedes bañarme tu - presioné los labios con fuerza, muriendo de la vergüenza tan grande que siento en este momento.

-¿Por qué no? - enarcó una ceja.

-Eres hombre. Además, no recuerdo que me hayas bañado en todos estos días.

-¿Estás segura? Porque yo sí recuerdo muy bien. No es como que vaya a ver algo que no haya visto antes - me encaró de repente con una sonrisa y una mirada que descifre como maligna-. O me vas a decir que de la noche a la mañana te salió un seno demás.

-¿Qué rayos le sucede? ¿Cómo puede ser tan descarado y no sentir vergüenza por lo que acaba de insinuar? No sé cómo es que me bañó antes, pero olvídese que lo volverá a hacer - mi rostro quería de explotar de vergüenza y mi cabeza de muchas preguntas-. ¡Fuera ahora mismo! ¡Váyase!

Se levantó de la silla que había al lado de la cama y salió sin siquiera disculparse o mirarme.

¿Cómo pudo haber hecho eso ese hombre? ¿Cómo es que la Sra. Elisa permitió tal cosa? Tenía cientos de preguntas, pero ninguna de ellas con una respuesta lógica. Con los sueños, los pocos recuerdos que tengo y ahora con lo que acaba de decirme ese hombre tan descarado, no pienso quedarme un segundo más en este lugar.

                         

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