Amor, Ambición y traición
img img Amor, Ambición y traición img Capítulo 1 Prologo
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Capítulo 6 El Peso de la Verdad img
Capítulo 7 Las Cicatrices de los Blackwell img
Capítulo 8 La Verdad de Maximus img
Capítulo 9 El Verdadero Legado de los Blackwell img
Capítulo 10 Una Propuesta Tentadora img
Capítulo 11 Un Juego de Insinuaciones img
Capítulo 12 Un Encuentro Inesperado img
Capítulo 13 El Encuentro con la Tercera Persona img
Capítulo 14 Apostando al Futuro img
Capítulo 15 La Confrontación img
Capítulo 16 La Distancia Silenciosa img
Capítulo 17 El Primer Duelo img
Capítulo 18 Las Tres Cartas img
Capítulo 19 El Plazo de los Diez Días img
Capítulo 20 La Tentación de Cassandra img
Capítulo 21 El Último Día img
Capítulo 22 El Adiós de Clara img
Capítulo 23 La Cena que Nunca Fue img
Capítulo 24 El Juego de los Poderosos img
Capítulo 25 El Desafío de la Libertad img
Capítulo 26 Los Aliados Invisibles img
Capítulo 27 El Plan de Daphne img
Capítulo 28 La obsesión de Daphne img
Capítulo 29 Despertar en la incertidumbre img
Capítulo 30 En la Oscuridad img
Capítulo 31 Decisiones Cruciales img
Capítulo 32 Celebración img
Capítulo 33 El Primer Reto img
Capítulo 34 La Mano Invisible img
Capítulo 35 Acusaciones y Amenazas img
Capítulo 36 La Estrategia Sutil img
Capítulo 37 Adios! Lilith img
Capítulo 38 Sombras y Susurros img
Capítulo 39 Aliadas en la Sombra img
Capítulo 40 El Juego del Poder img
Capítulo 41 Propuestas y Amenazas img
Capítulo 42 Competencia en la Órbita img
Capítulo 43 Jugadas Misteriosas img
Capítulo 44 Entre Sombras y Luz img
Capítulo 45 Sombras Reveladas img
Capítulo 46 Reputaciones en Juego img
Capítulo 47 El Peso de las Apariencias img
Capítulo 48 El Precio de la Verdad img
Capítulo 49 El Doble en la Sombra img
Capítulo 50 La Traición Revelada img
Capítulo 51 El Nuevo Comienzo img
Capítulo 52 Lealtades Divididas img
Capítulo 53 Despedidas y Desafíos img
Capítulo 54 Nuevos Horizontes y Viejos Fantasmas img
Capítulo 55 Regreso al Juego img
Capítulo 56 Jugadas en la Oscuridad img
Capítulo 57 Máscaras Caen img
Capítulo 58 Sombras en el Tablero img
Capítulo 59 Sombras y Alianzas img
Capítulo 60 El Verdadero Motivo img
Capítulo 61 Una Nueva Tentación img
Capítulo 62 Las Revelaciones de Clara img
Capítulo 63 El Juego Se Complica img
Capítulo 64 La Sombra del Enemigo img
Capítulo 65 El Juego de las Sombras img
Capítulo 66 La Sombra Detrás del Trono img
Capítulo 67 El Juego de las Máscaras img
Capítulo 68 A la Sombra de las Dudas img
Capítulo 69 Entre Sombras y Aliados img
Capítulo 70 La Caída del Grupo Hunt img
Capítulo 71 Decisiones Bajo la Superficie img
Capítulo 72 La Negativa Final img
Capítulo 73 El Retorno al Juego img
Capítulo 74 La Estrategia Silenciosa img
Capítulo 75 Aliados en la Sombra img
Capítulo 76 El As bajo la Manga img
Capítulo 77 Entre Líneas y Deseos img
Capítulo 78 La Estrategia en Juego img
Capítulo 79 Entre la Ambición y la Traición img
Capítulo 80 Sospechas y Alianzas Invisibles img
Capítulo 81 La Jugada Final de Edward img
Capítulo 82 Decisiones Cruciales img
Capítulo 83 Desenlaces y Nuevas Alianzas img
Capítulo 84 Alianzas y Traiciones img
Capítulo 85 La Mano Oculta img
Capítulo 86 Al Borde del Abismo img
Capítulo 87 El Fin y el Comienzo img
Capítulo 88 La Última Jugada img
Capítulo 89 Decisiones y Destino img
Capítulo 90 Epílogo img
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Amor, Ambición y traición

DaniM
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Capítulo 1 Prologo

El viento nocturno era frío, y las luces de la ciudad apenas iluminaban los callejones más oscuros. Allí, agazapado junto a los enormes contenedores de basura de una lujosa mansión, un joven de 19 años revolvía entre desechos en busca de algo que le permitiera sobrevivir un día más. Había escapado de casa hacía meses, buscando algo mejor, pero todo lo que había encontrado hasta ahora eran puertas cerradas y miradas de desprecio.

De repente, sintió una sombra sobre él. Al levantar la vista, vio al mayordomo de la mansión, un hombre alto y serio, con los ojos fijos en él. Antes de que el joven pudiera huir, el mayordomo habló con voz calmada pero firme.

-Ven conmigo.

El joven, acorralado y sin opciones, asintió en silencio y siguió al mayordomo hasta el interior de la mansión. Lo condujo a una sala elegante, donde un hombre de aspecto imponente, vestido con un impecable traje negro, lo esperaba sentado tras un gran escritorio de madera oscura.

-Así que... buscabas algo de valor en mi basura -dijo el millonario, con una leve sonrisa que no alcanzaba sus ojos-. Tal vez has encontrado más de lo que esperabas.

El joven no dijo nada, su corazón latía rápido. El millonario se levantó y caminó lentamente hacia él.

-Te ofrezco una oportunidad -continuó el hombre-. La oportunidad de cambiar tu vida, de dejar atrás lo que eres ahora. Pero debo advertirte: cualquier decisión que tomes a partir de este momento tendrá consecuencias. ¿Estás dispuesto a pagar ese precio?

El silencio llenó la habitación mientras el joven se debatía entre el miedo y la tentación de un futuro diferente.

El joven tragó saliva, sintiendo cómo el peso de las palabras del millonario se cernía sobre él. Nunca había tenido oportunidades reales en la vida, y ahora, en el momento más desesperado, una puerta parecía abrirse, aunque no podía ver qué había detrás de ella.

-¿Qué... qué clase de oportunidades? -preguntó con la voz rota, intentando sonar más seguro de lo que realmente estaba.

El millonario sonrió, esta vez con un destello de interés en sus ojos.

-Las que tú elijas. Podría ofrecerte un trabajo aquí, podrías aprender de mis negocios, incluso podrías ascender mucho más rápido de lo que imaginas. Pero, como dije, no todo es gratis. Cada elección que hagas te llevará por un camino distinto. Un camino del que quizás no puedas regresar.

El joven se mantuvo en silencio. Sabía que no había llegado hasta allí para tener otra vida de miseria. Si aceptaba, tal vez tendría que pagar un precio más alto del que imaginaba, pero ¿qué opciones tenía?

-Si rechazo tu oferta... -empezó a decir, su voz casi un susurro-. ¿Qué me pasará?

El millonario miró al mayordomo, quien se mantenía firme y en silencio cerca de la puerta, y luego regresó su mirada al joven.

-Vuelves a la calle -respondió sin emoción-. Vuelves a esa vida que ya conoces. Pero si aceptas... podrías cambiar todo.

Un torbellino de pensamientos atravesaba la mente del joven. Sabía lo que era vivir en las sombras, buscando en la basura, sobreviviendo de sobras y sin un futuro claro. Y aunque esta oferta parecía arriesgada, lo atraía la posibilidad de algo diferente.

-Acepto -dijo finalmente, su voz firme aunque sentía el temblor en su cuerpo.

El millonario asintió lentamente, como si hubiera esperado esa respuesta desde el principio. Luego, con un tono que indicaba que todo ya estaba decidido, dijo:

-Bien. A partir de ahora, trabajarás para mí. Pero antes de comenzar, hay algo que debes hacer. Una prueba, si quieres llamarla así.

El joven frunció el ceño, sintiendo un escalofrío.

-¿Qué clase de prueba? -preguntó, dudando si debía haber aceptado tan rápido.

El millonario se acercó y le tendió una pequeña llave dorada.

-Detrás de esta puerta -dijo, señalando una entrada oculta al otro lado de la habitación-, hay algo que necesito que recojas. Cuando regreses, discutiremos tu futuro.

El joven tomó la llave, sintiendo su peso en la mano. No sabía lo que le esperaba al otro lado de esa puerta, pero algo en la manera en que el millonario lo observaba le dejó claro que su decisión ya había sido tomada.

El camino hacia su nueva vida acababa de comenzar, y no había vuelta atrás.

El joven avanzó hacia la puerta con la llave en la mano, el eco de sus pasos resonando en la sala. Cada vez que se acercaba más, sentía una tensión indescriptible. ¿Qué podía haber al otro lado? ¿Qué clase de prueba le había preparado el millonario?

Al abrir la puerta, encontró una habitación vacía, salvo por una silla en el centro. En ella estaba sentado otro joven, de la misma edad que él. La mirada del joven sentado era tranquila, pero había algo en sus ojos, como si entendiera perfectamente lo que estaba ocurriendo. En una pequeña mesa junto a la silla, había una pistola.

El corazón del joven comenzó a latir con fuerza. La prueba era clara, brutal y definitiva: si quería cambiar su vida de pobre a millonario, tendría que eliminar a ese otro joven.

-¿Esto es una broma? -susurró, pero ya sabía la respuesta. El millonario había sido claro, toda decisión tendría consecuencias, y esta era la más decisiva de todas.

El joven en la silla lo miraba sin moverse, sin decir una palabra. ¿Quién era? ¿Cómo había terminado allí? Ninguna de esas preguntas parecía importar en ese momento. Lo único que estaba claro era que para tomar la vida que deseaba, tendría que arrebatar la de otra persona.

El joven se quedó paralizado un momento, su mente luchando contra la moral que había conocido toda su vida. Él no era un asesino, nunca había pensado en quitarle la vida a nadie. Pero entonces, como un veneno en su interior, comenzó a recordar las palabras del millonario. Las promesas de riqueza, poder, una vida que nunca podría imaginar mientras siguiera siendo el joven desesperado que escarbaba en la basura.

Se acercó lentamente a la mesa, sus manos temblando mientras tomaba la pistola. El metal frío contra su piel lo despertó a la cruda realidad de lo que estaba a punto de hacer. Miró al joven en la silla por última vez, buscando una señal, una razón para detenerse. Pero no había nada. Ninguna palabra, ningún gesto. Solo silencio.

-Lo siento -murmuró, apenas capaz de pronunciar las palabras.

Cerró los ojos y, tras un momento de vacilación, apretó el gatillo. Un fuerte "bang" resonó en la habitación, sacudiéndolo hasta lo más profundo de su ser. El eco del disparo fue todo lo que pudo escuchar por un momento.

Cuando abrió los ojos, el joven en la silla estaba inmóvil, su vida extinguida en un instante. Y con ese simple y devastador acto, todo cambió.

El joven dejó caer la pistola, sintiendo el peso de lo que acababa de hacer. Sabía que nunca sería el mismo, que esa acción había sellado su destino. Pero, al mismo tiempo, sabía que había cruzado un umbral. No había marcha atrás.

El millonario apareció en la puerta, observándolo con una leve sonrisa de satisfacción.

-Felicidades -dijo, su tono calmado, como si el joven acabara de completar una simple tarea-. Acabas de cambiar tu vida para siempre.

El joven, aún en shock, solo pudo asentir.

-Recuerda -continuó el millonario-, cada elección tiene un precio. Ahora, prepárate, porque este es solo el principio.

            
            

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