Luna Amanda se encuentra como loca, dice que debían haberme atado y encerrado y así nunca nadie iba a verme. Intenta pegarme pero el Alfa la detiene.
Me ordenan que vaya a mi habitación pero no puedo evitar escuchar como dicen algo de que si alguien descubre mi verdadera identidad todo lo que han conseguido se vendrá abajo.
Es extraño saber que tengo que irme a otro lugar, nunca he salido de aquí, lo más lejos que me han permitido ir es al jardín y solo en la noche.
Hoy no me han dejado comer nada, estaban tan enfadados, sobre todo la Luna Amanda, que me ha encerrado con llave, al menos tengo una jarra con agua.
Cojo la única muda de ropa que tengo, un viejo abrigo roto y un pequeño oso de peluche que mis amos lo tiraron y yo lo rescaté de la basura. Si ellos supieran que lo tengo lo habrían roto o quemado hace tiempo. Lo meto todo en una pequeña bolsa y listo!, ya tengo todas mis cosas preparadas
Me tumbo en el pequeño sillón y miro al techo, mi habitación solo tiene un sillón , un orinal y una silla. Me hubiese gustado tener una ventana en el cielo pero no importa, quizás en la nueva casa a el Amo no le importe que tenga una ventana.
No sé en que momento me quedo dormida pero lo hago. Me despierto cuando la puerta se abre y me dicen que salga porque me están esperando.
Cojo mi bolsa y camino hacia la entrada de la casa, allí está ese señor junto al Alfa Steven y la Luna Amanda.
--- Vámonos-- dice él, indicándome el camino hacia la calle.
Por un momento me quedo parada, miro a la Luna Amanda y su cara solo muestra furia, agacho mi cabeza y salgo a la calle. Otro hombre me dice que me suba al coche y abre la puerta. Me siento dentro y espero.
Desde donde estoy sentada puedo ver como mi nuevo amo habla con el Alfa y la Luna, pero no soy capaz de escuchar lo que dicen
Luego de unos minutos el señor sube al coche y nos vamos de allí.
El esta sentado junto a mi, pero mas cerca de la ventana que de mi persona, observo en silencio el paisaje, es la primera vez que subo a un coche y que voy a algún sitio que no sea el jardín.
--- Donde están tus cosas.?--- Me pregunta mi nuevo Amo
No me doy cuenta de que está hablando conmigo, estoy muy ensimismada mirando la gran arboleda que hay a nuestro alrededor.
---Es que no sabes hablar --- dice en un tono más desagradable.
--- Si...., si que sé hablar señor...---
---Te he preguntado que dónde están tus cosas.---
---Aquí señor --- respondo y le enseño la bolsa, con algo de miedo por si ve a mi osito y lo quiere romper o tirar.
Escucho como da un gruñido y sus ojos azules cambian a dorados.
---Está bien, como te llamas y cuántos años tienes--- dice algo enfadado, no sé porque del enfado pero he aprendido a lo largo de los años que lo mejor es obedecer ya que el castigo es mucho peor si no lo hago.
--- Mmm Sanguijuela, a veces me llaman también Basura y mi edad no la sé, nunca nadie me lo ha dicho.---
---No me gustan las bromas, ni las mentiras, cuánto antes lo sepas mejor te irá --- responde muy enfadado, pero no entiendo porqué está enfadado si le he respondido como él lo ha pedido.
--- Alfa, creo que te dice la verdad, no ves en que estado la tenían --- dice el señor que conduce el coche.
Me observa en silencio, no lo miro a la cara pero sé que me está mirando, al menos no me ha pegado aún.
Pasamos bastante tiempo en el choche montados hasta que llegamos hasta un lugar hermoso, rodeado de casas y muchos arboles. Paramos en la puerta de la casa más grande.
El señor que iba conduciendo me abre la puerta y agarro fuertemente la bolsa entre mis brazos al instante que bajo del coche.
Ellos comienzan a caminar y yo los sigo. Igual no tenía que hacerlo pero es que está empezando a llover y la última vez que me mojé estuve bastante días enferma.
Entramos a la casa y me quedo parada en la entrada, esta casa es enorme, se ve que es mucho más grande que la casa del Alfa Steven, no sé si seré capaz de hacer todas las tareas en un solo día yo sola, suelto un suspiro y mi estómago comienza a rugir.
Mi amo y el señor que lo acompaña se voltean hacia mi.
Ya está aquí! Agacho la cabeza y espero el golpe, un golpe que tarda en llegar.
---Levanta la cabeza y mírame cuando te hablo.---
Ahora si que me va a golpear, era nada más cuestión de tiempo.
-- Tienes hambre? Hace cuánto tiempo que no te dan de comer esos malnacidos...---
Estoy un poco confundida porqué aun no me ha pegado, o tal vez sea que me está poniendo a prueba
---No tengo hambre, gracias señor...---
Se acerca de golpe y coge mi muñeca con fuerza, escucho como hace clac y siento un dolor muy fuerte. El me suelta rápido y me observa.
---Austin llama al doctor, creo que le partido la muñeca.---
---Liam estás loco, como has podido hacerle eso..---
---No, yo no la sujete tan fuerte... Lo siento--- me repite acercándose más a mi.
Pego mis brazo mal herido a mi pecho, suelto mi bolsa y con el otro protejo mi cabeza. Los golpes en la cabeza son los que más me cuesta curar.
---No te voy a pegar, no quise hacerte daño. Esa no fue mi intención por favor acompáñame arriba y esperemos al doctor.---
Ahora no parece enfadado, más bien como si sintiera lástima por mi. Que extraño es mi nuevo Amo.
Llegamos a la puerta de una habitación, la abre y me pide que entre, es una habitación enorme, tal vez del mismo tamaño que el salón de mi antigua casa.
Me siento en el borde de la cama como el me pide que haga. Quiere coger mi bolsa pero yo lo agarro más fuerte.
--- No voy a tirar tus cosas, solo las voy a dejar ahí.---
---Lo prometes-- Respondo casi en un susurro.
---Sí, solo confía en mi..---
A regañadientes le entrego la bolsa y el la deja sobre una mesa.