Capítulo 5 El encuentro inesperado

Capítulo 5

Miré a Noah, nuestros ojos se encontraron, y un escalofrío recorrió mi cuerpo al instante. ¿Querrá vengarse de mí? Más bien de Celeste, por lo que le hizo a Elizabeth...

-Tenía que ser Noah -murmuré, mordiendo mi labio con frustración-. ¡Para que lo sepan, yo fui a clases de artes marciales mixtas, ¿eh?! -les lancé una mirada penetrante y desafiante.

Claro, recordé que solo había asistido un mes antes de dejarlo. Solté un suspiro y me sentí ridícula.

-¡Pero miren, está temblando! -se burlaron aquellos tres inútiles.

Uno de ellos se giró hacia Noah.

-Oye, tú, el de allá. Ella es nuestra, así que lárgate... si no quieres salir lastimado.

Sin embargo, sus palabras no coincidían con sus actos. Aunque intentaban mantener la compostura, claramente temblaban. Era evidente que sentían la presencia intimidante de aquel hombre.

Por mi parte, aunque me preocupaba más lo que esos tres podían hacer, algo en la figura de Noah me provocaba una inquietud inexplicable. Como si la sola presencia de Noah lograra que el aire se volviera denso y pesado.

-¿En serio? -La voz grave de Noah resonó en el callejón, haciendo eco entre las paredes.

Dio un paso más, y la luz tenue reveló su rostro. Mi corazón se detuvo por un segundo.

Creo que si quiere vengarse de mí, esta vez no me salvaré.

-Oh, Dios... Sé que he sido mala... Bueno, no tanto, pero sí lo suficiente. ¡No quiero morir! Y si lo hago, ¿qué pasa si mi cuerpo real también muere? -susurré, buscando algo de valor en mis propias palabras.

Retrocedí, tratando de escapar. Era mi oportunidad para salir de esa situación.

"Creo que esto te lo dejaré a ti Noah. Espero que te encargue de esto, te deseó lo mejor y suerte "

Pero cuando miré a mi alrededor, vi que todos los caminos estaban cerrados. No había salida.

-¡Maldita sea! -susurré, mirando a los hombres. Uno de ellos intentó amenazar a Noah de nuevo.

-Te... te vamos a matar si no te mueves.

Pero en lugar de intimidarlo, el trío que intentó atacarlo fue esquivado con una facilidad tan impresionante que me sentí como si hubiera visto una escena épica de una película.

-¿Eso es todo? -dijo Noah, su tono burlón reflejaba una ligera decepción.

Sacó un paraguas con un movimiento fluido, y con una precisión asombrosa, golpeó a los tres en la nuca, dejándolos inconscientes en cuestión de segundos.

Observé la escena con la boca abierta, incapaz de apartar la vista. Me quedé sin palabras, asimilando lo que había sucedido. Cuando finalmente alcé la mirada, nuestros ojos se encontraron de nuevo. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, y un nudo se formó en mi garganta. Bajé la mirada rápidamente, nerviosa y desconcertada.

-Ah... Eh... -murmuré, sin saber qué decir.

¿Qué debo hacer? ¿Fingir que no lo conozco? Después de todo, lo que pasó entre nosotros es algo que no quiero recordar. Sin embargo, finalmente pude balbucear:

-Oye... Gracias.

Cuando volví a mirar hacia donde él estaba, ya no estaba. Había desaparecido tan rápido como había llegado.

-Qué bueno que se fue... Capaz que quería matarme después de lo que pasó entre nosotros -dije en voz baja, más para mí misma que para cualquiera.

Finalmente, encontré la salida del callejón y caminé hacia mi casa. La noche ya había caído, pero lo importante es que había salido con vida.

-Gracias, Dios, gracias por dejarme vivir -murmuré aliviada.

Entré a mi casa sigilosamente, dirigiéndome hacia mi habitación. Me quité los zapatos y dejé caer mi cuerpo en la cama.

-Hoy fue un día cansado -exhalé un suspiro, cerrando los ojos. Pero la imagen de Noah apareció en mi mente una vez más, como una sombra que no podía deshacerme de ella.

Gracias a el me salve pero por qué me salvó si yo fuera el yo la hubiera dejado jajaja

-si que soy cruel jaja- suspire y me acomode en la cama, cerré mis ojos y me quedé profundamente dormida

            
            

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