La mas consentida de la mafia
img img La mas consentida de la mafia img Capítulo 5 Otra ruta
5
Capítulo 6 Guardando la calma img
Capítulo 7 Cual es la virgen img
Capítulo 8 Descubriendo a la virgen img
Capítulo 9 Solo es una broma más img
Capítulo 10 Médico especialista img
Capítulo 11 La despedida img
Capítulo 12 Viaje en avión img
Capítulo 13 Explotación sexual img
Capítulo 14 El último piso img
Capítulo 15 Elegida para subastar img
Capítulo 16 Empieza la subasta img
Capítulo 17 La mas explotada img
Capítulo 18 Vendidas parte 1 img
Capítulo 19 Vendidas parte 2 img
Capítulo 20 La mafia img
Capítulo 21 Mis condiciones img
Capítulo 22 Venganza img
Capítulo 23 Donde más duele img
Capítulo 24 Adiós dignidad img
Capítulo 25 La creatividad de sintia img
Capítulo 26 La base más grande en usa img
Capítulo 27 El lider de la mafia kitsune img
Capítulo 28 La mafia y el kitsune img
Capítulo 29 El papel de Sandra y soo ah img
Capítulo 30 Las muñecas de la mafia kitsune img
Capítulo 31 La despedida de las muñecas de la mafia img
Capítulo 32 La asistente del líder img
Capítulo 33 La esposa del líder img
Capítulo 34 La suerte de Sandra img
Capítulo 35 A cargo del líder img
Capítulo 36 El líder cae en comas img
Capítulo 37 Continúa el comas del lider img
Capítulo 38 Mi Sandra es intocable img
Capítulo 39 Mi hermana img
Capítulo 40 Infiltración img
Capítulo 41 Escape exitoso img
Capítulo 42 Los daños de amanda img
Capítulo 43 Mi venganza img
Capítulo 44 De regreso a casa img
Capítulo 45 Seguimiento img
Capítulo 46 Por qué lo niegas img
img
  /  1
img

Capítulo 5 Otra ruta

Amanda secaba con una toalla la sangre que destilaba el chófer. El golpe no fue tan grave, así que no utilizó muchas.

-No sabía que la ciudad era tan peligrosa como para robar así abiertamente.

-No es algo que se vea muy seguido, me tomó por sorpresa -dijo en respuesta el chófer.

Amanda, al igual que Sandra, aún estaban asustadas. Ya habían salido del tráfico, por lo que las probabilidades de que las robaran otra vez eran menores.

-¿Cómo es que cargaba encima tanto dinero? -preguntó sospechosamente Sandra.

El chófer la vio a través del retrovisor, entrecerró los ojos y luego centró su vista en ella, diciendo:

-Había recién sacado del banco unos ahorros, por eso los llevaba conmigo.

-¡No seas insensata! -dijo Amanda, susurrando-. Le acaban de quitar todo su dinero y aún nosotras conservamos el nuestro.

-Chicas, lo siento, pero tendré que tomar otra ruta. Si sigo por esta, encontraré policías de tránsito que me multarán por el vidrio roto.

-¿Qué? ¿Pero esa otra ruta cuál es? -preguntó Sandra.

-Es la carretera vieja, donde no hay policías de tránsito. Además, por allí llegaremos más rápido.

-Pero podemos decir que la acaban de romper ladrones...

Amanda sujetó del hombro a Sandra.

-Estamos en la ciudad, aquí no existen excusas.

-Como sabrán, a esta hora no hay quién arregle mi vidrio, además de que no tengo un solo euro.

-Las multas son mucho dinero. Tampoco podemos devolvernos porque también hay policías atrás. Eso sin mencionar que no soy el dueño del auto.

Sandra y Amanda se vieron el rostro, un poco preocupadas, pero terminaron accediendo.

A las 11 p. m. el carro seguía rodando y la carretera no parecía acabarse. Ya no era solo Sandra la que sospechaba del chófer, sino también Amanda, pues él dijo que sería más corto por esta ruta, por lo que ya deberíamos haber llegado hace rato.

-¿Falta mucho para llegar? -preguntó Amanda al chófer.

Él no respondió, sino que guardó silencio.

-Oiga, ¿me escuchó? -insistió.

Recibió la misma respuesta.

Amanda sacó su teléfono y comenzó a buscar su ubicación en el GPS, pero se encontró con algo que la puso un poco nerviosa.

"No hay señal en el GPS", decía su teléfono.

No quería asustar a Sandra, así que cuando ella la miró para preguntarle dónde estaban, solo le sonrió.

-¡Espera un momento!

Prosiguió a llamar al número de un conocido y, tal cual como ella esperaba:

-¡Lo siento! Pero no hay señal para que te puedas comunicar -dijo la operadora.

Sandra, al igual que Amanda, sacó el teléfono. Ella rápidamente se fijó en la barra de señal, que decía "sin señal".

Le devolvió la mirada a Amanda y esta ya la tenía puesta en ella.

Ambas comenzaron a ponerse nerviosas. Sandra no sabía qué hacer. Sin embargo, aunque Amanda tampoco tenía muchas opciones, logró calmar un poco su mente.

Luego buscó en su bolso gas pimienta y una tijera. Se quedó con la tijera y pasó el gas por debajo del asiento, sutilmente, a su hermana.

Ese movimiento hizo que el miedo se apoderara de Sandra, haciendo que su respiración se volviera muy intranquila.

Su hermana mayor lo notó y colocó su mano encima de la de ella, también temblorosa, pero aun así la tranquilizó un poco.

El chófer dio una curva a un lugar mucho más desierto. Ya no era una carretera, sino casas abandonadas.

"¿Hacia dónde nos lleva?", se preguntaba Sandra, temblando, mientras Amanda decidía si atacaba de una vez al chófer con la tijera al cuello antes de que intentara algo o si solo se estaba adelantando a los hechos.

"¿Cómo puedo saber si no habla en esta situación?"

El auto frenó, algo que las intranquilizó aún más.

Algo que no calcularon fue que el chófer se bajó, cerró la puerta y caminó hacia una de esas casas. Sandra intentó abrir la puerta, al igual que Amanda, pero todas estaban con seguro. Solo quedaba un lugar por donde salir: la ventana rota, pero si intentaban salir por allí, terminarían con múltiples cortes.

Al ver nuevamente al sujeto, Amanda dijo:

-Solo está orinando.

"Por alguna razón, no quiere hablar. Puede ser que solo esté molesto por el robo", pensó.

-Esto es muy raro. Creo que no debimos venir con él a este lugar abandonado -respondió Sandra y luego se recogió su cabello rubio oscuro en una cola, preparándose para cualquier posible situación.

El chófer regresó en silencio, se metió en el auto y siguió manejando. Parecía muy tranquilo, como si todo fuera normal, haciendo que cada vez Sandra y Amanda sintieran que tal vez solo era paranoia.

Minutos después, ya no se veían casas abandonadas, sino casas arregladas. Luego pasaron por una plaza y, poco a poco, comenzaron a aparecer estructuras de una ciudad.

Los corazones de estas hermosas chicas empezaron a calmarse. Parecía que se habían adelantado a los hechos.

Ya estaban bastante tranquilas. Después de que el sujeto pasó por varias plazas vacías, comenzaron a ver plazas llenas de gente. Esto las calmó aún más.

Ambas se vieron el rostro, sonriendo incrédulas por todo lo que había pasado por su mente.

El auto frenó. Sandra vio su teléfono y dijo:

-Hay señal.

-¡Mmm! Es verdad -dijo Amanda-. Voy a llamar a...

Antes de que completara las palabras, la puerta del lado de Sandra se abrió. Al voltear, un sujeto apareció encapuchado. Era blanco, muy alto y fornido. El Sujeto con fuerza sujeta a Sandra , intentando de bajarla con brusquedad

-¡Deja a mi hermana!

Sandra se resistió gritando. Amanda también sostuvo a Sandra y le clavó la tijera al sujeto en el brazo.

Él le quitó la tijera, pero antes Amanda se la clavó varias veces, hasta hacerle varios agujeros y romperle toda la camisa, revelando así el tatuaje de un fenix. De pronto, otra persona arrastró a Amanda por el lado de su puerta.

Ambas fueron amordazadas allí mismo y metidas en el capó de una camioneta.

Sus ojos también fueron vendados, pero antes de que eso pasara, vieron cómo el chófer simplemente arrancó del lugar, cambiando la placa del auto.

Una de las cosas que desesperó a Sandra fue que en la plaza donde frenó el auto no es que estuviera llena, pero sí había gente. Sin embargo, esas personas apartaban la mirada y otras salían corriendo.

"¿Qué está pasando?"

Sandra no entendía por qué no ayudaban ni pedían ayuda.

Sandra fue vendada de mala manera, así que logró ver que el sujeto que su hermana había apuñalado intentaba ocultar su tatuaje. También pudo observar que el otro sujeto llevaba camisa de manga larga.

-¡Véndala bien! -gritó uno.

Luego, se le colocó una segunda venda a Sandra y la camioneta arrancó, sin los sujetos a bordo.

Eso fue algo que Sandra no pasó por alto. Apenas cerraron el capó, el vehículo arrancó con mucha velocidad.

"Quiere decir que hay varias personas involucradas. Quizás a eso se debía la falta de ayuda. Quizás era un grupo organizado." Pensó sandra

                         

COPYRIGHT(©) 2022