Sinfonía de un amor inesperado
img img Sinfonía de un amor inesperado img Capítulo 1 EL ESCÁNDALO Y LA PROPUESTA
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Capítulo 6 ESCÚCHAME BIEN img
Capítulo 7 EL DEBUT PÚBLICO img
Capítulo 8 ¡QUE GROSERA! img
Capítulo 9 ¿QUÉ... img
Capítulo 10 SERÉ BREVE: ¿EDITASTE LAS FOTOS img
Capítulo 11 VOY A DORMIR CONTIGO, COMO LOS VIEJOS TIEMPOS img
Capítulo 12 ¡LLEGAMOS! img
Capítulo 13 ¿DIJISTE ALGO, MIN-HO img
Capítulo 14 INTENTÉ SEGUIRLES EL RITMO img
Capítulo 15 NO HAY NADA DE QUE HABLAR img
Capítulo 16 ETHIANA: EL ERROR img
Capítulo 17 MI OTRA MITAD img
Capítulo 18 HUELES DELICIOSO img
Capítulo 19 TÚ TAMBIÉN img
Capítulo 20 ¡¿ARIANA ! CELOS img
Capítulo 21 ¿A QUÉ PRECIO img
Capítulo 22 NO ME IMPORTA LO QUE DIGAN LOS MEDIOS img
Capítulo 23 YU-JIN img
Capítulo 24 TENEMOS QUE HABLAR, ETHAN img
Capítulo 25 ¿ESTÁS BIEN img
Capítulo 26 JUEGO PELIGROSO img
Capítulo 27 ¡TÚ ERES MÁS QUE ESO! img
Capítulo 28 ¿QUÉ SIGNIFICA ESTO img
Capítulo 29 ES LO MEJOR, ARIANA img
Capítulo 30 HE DADO EN EL BLANCO img
Capítulo 31 PUEDES DORMIR AHÍ img
Capítulo 32 MALDITA SEA, ARIANA img
Capítulo 33 NO ME VOY A IR img
Capítulo 34 SÉ QUE ESTUVISTE CON OTRO... img
Capítulo 35 ¿LAS MARCAS NO SON NADA img
Capítulo 36 TE QUIERO, ETHAN img
Capítulo 37 NO PODEMOS... img
Capítulo 38 YO... TE CONFESÉ... img
Capítulo 39 MÁSCARAS ROTAS img
Capítulo 40 ¿QUÉ PASÓ AQUÍ img
Capítulo 41 BIENVENIDOS CHROMACTIC, BIENVENIDA ARIANA img
Capítulo 42 ¿APOYO MUTUO img
Capítulo 43 ¿INTERRUMPIMOS A LA PAREJITA img
Capítulo 44 DECISIONES DEL CORAZÓN img
Capítulo 45 ¿QUÉ ESTÁS TRAMANDO, ARIANA img
Capítulo 46 ¡AL AEROPUERTO, CARLOS! img
Capítulo 47 ¿NUEVA... NUEVA ORLEANS img
Capítulo 48 LO SIENTO, ETHAN... LO SIENTO POR TODO img
Capítulo 49 NOTICIAS FAKE img
Capítulo 50 EL PESO DE LA VERDAD img
Capítulo 51 ¿UN MOMENTO DE DEBILIDAD img
Capítulo 52 LO SÉ, CHICOS. LO SÉ img
Capítulo 53 ¡NO EN LA CARA! img
Capítulo 54 ¿APOYARLO img
Capítulo 55 YO TAMBIÉN QUISE CREER QUE FUESE ASÍ... img
Capítulo 56 LA VERSIÓN OFICIAL img
Capítulo 57 ¡ESTAMOS HABLANDO DE MILLONES DE DÓLARES! img
Capítulo 58 ¡NO VOY A PERMITIR QUE HAGAS ESO, SILVIA! img
Capítulo 59 NO ENTIENDO NADA img
Capítulo 60 ¿Y QUÉ PASA SI ME NIEGO img
Capítulo 61 ENTRE LA ESPADA Y LA PARED img
Capítulo 62 ESPERA, ¿QUIÉN TE ENGAÑÓ img
Capítulo 63 ¿PUEDEN DEJAR DE HACER ESE PAPEL img
Capítulo 64 ARIANA, ¿QUÉ DEMONIOS CREES QUE ESTÁS HACIENDO img
Capítulo 65 ¿VISTE LOS CELOS DE ETHAN img
Capítulo 66 SON ÓDENES ESTRICTAS img
Capítulo 67 ¡ERES UNA INGENUA, ARIANA! img
Capítulo 68 EL SILENCIO OBLIGADO img
Capítulo 69 NO HARÉ NADA SIN CONSULTARTE img
Capítulo 70 DESCANSA, ARIANA img
Capítulo 71 EL AMOR NO LO JUSTIFICA, ETHAN img
Capítulo 72 ¿CONFIAR EN ÉL img
Capítulo 73 NO VOY A FINGIR QUE ARIANA NO EXISTE img
Capítulo 74 TIENES QUE CONFIAR EN ÉL, ETHAN img
Capítulo 75 PUNTO DE QUIEBRE img
Capítulo 76 ¿POR QUÉ PERMITISTE QUE NOS PASARAN POR ALTO img
Capítulo 77 ¡ME ESTOY VOLVIENDO LOCO! img
Capítulo 78 ¿ESTÁS LOCO ¿ESTÁS HABLANDO EN SERIO img
Capítulo 79 DESDE SIEMPRE img
Capítulo 80 DÉJALO SALIR img
Capítulo 81 ME SIENTO BIEN CONTIGO img
Capítulo 82 LO QUE QUIERAS SERÁ TUYO. ¿A DÓNDE VAMOS img
Capítulo 83 ¿QUÉ SENTISTE CUANDO TE BESÉ img
Capítulo 84 ERES MI MEJOR AMIGA img
Capítulo 85 ME GUSTAS, SARAH img
Capítulo 86 NO ME IMPORTA NADA img
Capítulo 87 VOY A SER HONESTA CON USTEDES img
Capítulo 88 ÉL NO ME GUSTA img
Capítulo 89 ¿CREES QUE NO DIGA NADA YU-JIN img
Capítulo 90 ATRACCIÓN IMPARABLE img
Capítulo 91 PUEDO SER MANTENIDA POR USTEDES img
Capítulo 92 ¿A DÓNDE CREES QUE VAS img
Capítulo 93 DESFALCOS img
Capítulo 94 ESTO ES SOLO EL COMIENZO img
Capítulo 95 UNA SOSPECHA DULCE img
Capítulo 96 SÍ, TODO BIEN, SOLO COSAS DEL TRABAJO img
Capítulo 97 ¡NO ME DIGAS! img
Capítulo 98 ¿VIENEN A COREA CONMIGO img
Capítulo 99 GRACIAS, PERO... img
Capítulo 100 LA MIRADA OCULTA DE ETHAN img
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Sinfonía de un amor inesperado

Joss Win
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Capítulo 1 EL ESCÁNDALO Y LA PROPUESTA

(ARIANA JÁUREGUI)

Yo, que era fan de la boyband Chromatic desde sus inicios, sentí una mezcla de fastidio y rabia al ver los titulares. Siempre me había gustado su música, pero Ethan... él siempre me había caído particularmente mal. Había algo en su actitud, en esa sonrisa que parecía reservada para las cámaras, que me sacaba de quicio. No entendía por qué tantas chicas lo idealizaban. Y ahora, por su culpa, toda la banda estaba en el ojo del huracán. Me hervía la sangre al leer comentarios que generalizaban y atacaban a toda la banda. Y me daba rabia, mucha rabia, que por culpa de Ethan se estuviera juzgando a toda la banda. Dejé el teléfono a un lado.

-Ariana, ¿estás lista? Ya tenemos que irnos -dijo mi mamá.

Me levanté. «¿Ya nos iremos a conocer a Robyn? ¿Las fotografías son reales?» No podía creerlo. No era una mala noticia, al contrario, era fantástica. Aun así, no dejaba de sorprenderme. Este desfile no se parecía en nada a los que solía asistir. Era un verdadero espectáculo televisado. Esta sería la segunda vez que desfilaba junto a mi madre. De hecho, mi debut fue a su lado.

-¿Terminaste? Tu mamá me dijo que deben ir a los ensayos en veinte minutos -dijo Keyla, que estaba detrás de mí, apartando mi cabello para sujetarlo en una trenza.

«¿Cómo le explicaba este repentino arrepentimiento?» El miedo a fracasar me atenazaba. «Dios mío, iba a ver a mi artista favorita.»

Keyla me maquilló muy natural, me perfumó y me ayudó a ponerme una chaqueta. «Quiero morir.» Estaba a un paso de conocer a Robyn. «¿Cómo demonios iba a poder mirarla a los ojos sin perder la compostura?» Y ahora que iba a trabajar para ella... La ansiedad me invadía. Al bajar de la camioneta, Silvia me pidió con una mirada severa que me comportara frente a Robyn, que no hiciera nada que pudiera avergonzarnos.

-Lo entiendo -respondí-. Es una gran oportunidad.

-Este show se transmitirá a todo el mundo -añadió Silvia-. Si haces un buen trabajo, las ofertas lloverán.

-¡Silvia! -exclamé-. Me estás poniendo aún más nerviosa.

-Úsalo como combustible -insistió-. Es una plataforma increíble.

«¿Combustible? Lo único que hacía era incendiar mis nervios.»

Apreté los labios, guardando mi teléfono en el bolso. Seguí a mi madre. Al alcanzarla, entrelacé mi mano con la suya y entramos juntas al edificio. Silvia me dio una palmada en la espalda y me indicó con la mirada hacia la izquierda. Allí estaba Robyn. Contuve la respiración. Silvia tomó mi mano, y se lo agradecí.

-¿Crees que pueda tomarme una foto con ella? -susurré.

Silvia me miró con una sonrisa divertida y depositó un suave beso en mi cien.

-Al final de la grabación, tal vez. Pero recuerda que este show se grabará. Podrás verlo todas las veces que quieras.

-Lo sé -insistí-. Pero quiero una foto con Robyn.

-Veré qué puedo hacer -dijo, dándome unas palmaditas en la espalda antes de alejarse.

Al cruzar el umbral, me encontré en un mundo aparte. El estudio era un torbellino de color y movimiento. Ropa por todas partes: vestidos vaporosos, chaquetas de cuero, pantalones ajustados, y, por supuesto, una gran cantidad de lencería. Las modelos, con una confianza envidiable, se movían con naturalidad entre el equipo de Robyn, que ajustaba y perfeccionaba cada detalle. Observé con admiración el trabajo del diseñador y su asistente, cómo moldeaban las prendas sobre los cuerpos como si estuvieran esculpiendo una obra de arte. La escena me trajo recuerdos de mis propias sesiones de alta costura, donde la precisión y el detalle eran igualmente importantes. Sin embargo, allí, la lencería, con su crudeza y su cercanía al cuerpo, creaba una atmósfera distinta. En la alta costura, la ropa era una extensión del arte; aquí, parecía ser una extensión del cuerpo mismo, una segunda piel que revelaba más de lo que ocultaba. «Esto es increible, me encanta este mundo.» Un miembro del staff se aproximó con una sonrisa de genuina admiración. Le respondí con una sonrisa educada, escuchando su propuesta.

-¿Te gustaría ver las prendas que el diseñador ha elegido para ti?

Una corriente de nerviosismo recorrió mi cuerpo, un eco de la incomodidad que había sentido al observar a las otras modelos. Sin embargo, me recordé a mí misma que esto era parte del trabajo, un nuevo desafío.

-Sí, por favor -respondí con una sonrisa profesional -me señaló un probador circular, oculto tras una cortina de lino-. Pruébate cada una-me dijo-, necesitamos ver si hay que hacer algún ajuste.

Entré, sintiendo el peso de la tela entre mis dedos mientras me desvestía. Cada prenda, al contacto con mi piel, me recordaba la naturaleza de este trabajo: exposición, vulnerabilidad. Al salir, tras probarme ambas opciones, me repetí que no era tan terrible. Podía manejarlo. Las prendas, de líneas sencillas y escasa tela, contrastaban drásticamente con los elaborados diseños de alta costura que solía lucir. Por un momento, me sentí desnuda bajo la mirada invisible de todos. Pero luego, una sonrisa determinada se dibujó en mis labios. Aceptaría el desafío.

Apenas la asistente terminó de ajustar la última prenda y registrar sus observaciones, el murmullo del estudio se filtró a través de mi concentración. Los asistentes y las modelos hablaban con entusiasmo, con un tono que mezclaba sorpresa e intriga. Un nombre resonó con particular fuerza: Ethan Park. Fruncí el ceño, desconcertada. ¿Qué pintaba él en un evento como este? Y entonces, al levantar la vista, lo vi. Estaba allí, irradiando una confianza casi arrogante que me crispó los nervios. ¡Él también iba a desfilar! La incredulidad me invadió. «¿Esto es una broma?» El nerviosismo que sentía por la lencería, que ya era considerable, se disparó hasta límites insospechados, eclipsado por una creciente irritación. Ethan Park, compartiendo la misma pasarela. Era una cruel ironía del destino. «Dios... ¿cómo voy a sobrevivir el resto de la semana con Robyn presente y con Ethan también?»

Llegó el momento de la caminata. La pasarela se extendía frente a nosotros, un escenario imponente que ahora se convertía en mi peor pesadilla. Intenté concentrarme en la coreografía, en mantener la postura, pero la presencia de Ethan al otro lado era una distracción constante. Cuando llegó mi turno, sentí su mirada clavada en mí. Levanté la vista y nuestros ojos se encontraron. Por un instante, el tiempo se detuvo. Y entonces, el desastre. Tropecé con mis propios pies, cayendo de rodillas con un golpe sordo. La vergüenza me quemaba el rostro. «Tenía que pasar. Justo delante de él.» Lo vi acercarse, con una expresión que no lograba descifrar. ¿Lástima? ¿Diversión? ¿O algo más oscuro?

            
            

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