Capítulo 5 Capítulo 5

Amethyst

Esta tierra era el triple de grande que Stone Heart. No pude contener mi asombro mientras me sumergía en el vasto territorio de la manada Blood Moon. Kaden tenía un montón de ropa de mujer y de hombre guardada en la frontera. Optó por jeans rotos lavados y una camisa negra lisa con cuello en v.

La frontera estaba flanqueada por enormes puertas que me recordaron a una prisión. Pude distinguir unos diez hombres montando guardia mientras el resto estaba camuflado. El miedo comenzó a apoderarse de mí, imaginé una prisión con lobos asesinos rodeándome como a su próxima presa.

Jade no transmitía las emociones que había bajo mi piel, se sentía en paz. Como si alguien hubiera pasado la mano por su pelaje y le hubiera dicho que todo estaría bien. Sentía una familiaridad con el territorio o con la manada, no estaba segura de que esta fuera la primera vez que venía.

Lo que esperaba encontrarme no tenía nada que ver con lo que vi. La manada Stone Heart estaba dentro del bosque, cada casa estaba hecha de troncos, como en la edad antigua. Alfa Jack nunca había cuidado su tierra, nos mezclamos con el bosque como enredaderas alrededor de una casa antigua.

La manada Blood Moon era diferente.

Era un paso hacia el futuro. También vivían dentro del bosque, pero era como entrar en otro mundo. Suelos pavimentados, casas de ladrillo pintadas de blanco o gris. Postes de luz en cada parada para que no hubiera demasiada oscuridad por la noche, una fuente gigantesca con dos lobos luchando entre sí. Cachorros pequeños jugando alrededor de la aterradora fuente de mármol, sonriendo y admirando lo que parecían ser sus antepasados.

Todos tenían sonrisas auténticas, sin terror ni tristeza acechando en sus ojos, rebosantes de la felicidad y alegría que les proporcionaba la manada. Pensé en la manada Stone Heart, donde todos vivían dominados por el miedo en un estado constante de tristeza.

En la manada más letal, todos estaban felices.

Cambiando mi atención a Kaden, recordé de repente que estaba a mi lado, lo pillé estudiándome mientras yo observaba a su gente. Un fantasma con una sonrisa en su rostro. "¿Pensaste que verías cadáveres y personas hambrientas de carne?" bromeó.

Jade se rio de su broma. Resoplé a pesar de que me acaloraba la vergüenza. "Sí"

Se reía y eso me hacía sonreír, un sonido que irradiaba alegría absoluta, una melodía para mis oídos. Por un momento, olvidé por completo por qué estaba en este lugar. Se quedó en silencio, vinculándose mentalmente con alguien, haciéndome señas para que lo siga. Caminamos en medio de la multitud; la gente iba de camino al centro comercial y todos saludaban con respeto a Kaden. Él les daba la mano, les preguntaba sobre ellos o su familia. Era asombroso cómo recordaba cada uno de sus nombres y detalles sobre su vida. Deduje por su comportamiento y respeto que era alguien importante.

Kaden y la manada Blood Moon eran lo opuesto a mi antigua manada.

Tras unos veinte minutos, finalmente llegamos a la mansión. Se podría comparar con un castillo, el ambiente era espeluznante, ya que estaba aislado del resto de la manada. Pintado de negro por todas partes, desde las tejas hasta las altísimas torres a cada lado. Las puertas dobles a la entrada tenían la cresta dorada de los lobos esculpidos en la fuente, solo el fuego los rodeaba.

¿No era un poco demasiado oscuro?

Conectó mentalmente con alguien y se oyó un fuerte chasquido al abrirse las puertas. Comparado con el exterior, que parecía una mansión embrujada, el interior estaba bañado en blanco. Baldosas blancas, pulidas hasta el punto de vernos reflejados. Las paredes eran de nieve mate y si te acercabas, podías ver diseños intrincados impresos en blanco.

La casa estaba tan en silencio que se podía escuchar caer un alfiler, ¿no vivía nadie más aquí? Seguramente no vivía solo.

"¿Vives aquí?" pregunté, arrastrándome detrás de él mientras observaba las obras de arte colgadas en las paredes. Eran pinceladas, diferentes colores fusionándose entre sí. Me hizo querer estudiarlo, intentar averiguar qué podrían hacer los colores simples.

"Sí"

Sin molestarme en deambular seguí sus pasos, embriagada por su olor a lluvia, que provoca cortocircuitos en mi cerebro y no sé por qué. Ni siquiera sabe que el olor de la lluvia perfuma su piel.

"¿Vive alguien más aquí?"

Nos detuvimos ante una puerta negra.

Había una especie de pantalla sobre la puerta. Colocó su pulgar y un escáner verde parpadeante hizo que las cerraduras se abrieran, rompiendo el silencio con su sonido.

"Sí, unos pocos"

No tuve la oportunidad de reflexionar sobre su respuesta, porque tras abrir la puerta me hizo un gesto para que entrase primero. Todo estaba oscuro, las persianas cerradas. Encendió una luz que iluminó la oficina ante mí. Había un escritorio color cuervo situado cerca del ventanal con vistas a la manada, montones de libros sobre nuestra historia a lo largo de los años y registros de los miembros de la manada. Había también dos asientos frente a la cabecera del escritorio, que parecía muy cuidado ya que estaba impoluto. Había un aroma a mezcla de lavanda y hierbas.

Kaden cerró la puerta y caminó hacia la biblioteca de la izquierda. Sacó un par de libros y, tras presionar un botón, de repente la librería se movió revelando una pequeña caja fuerte plateada con una sola cerradura. Kaden se quitó un collar con una llave en el extremo y la metió en la cerradura.

Sacó una gruesa carpeta beige, cerró la caja fuerte y la estantería volvió a su lugar. Volvió a deslizar el collar alrededor de su cuello y se desplazó hacia el escritorio, parándose detrás mientras yo estaba al frente. Sus ojos transmitían una mezcla de dolor e ira, espejo de su alma.

"Deberías sentarte para ver esto", sugirió con voz profunda.

"Estoy bien"

Él tampoco tomó asiento. Ambos nos quedamos de pie, su cuerpo aún por encima del mío. Puso la carpeta sobre la mesa, esperé que la abriese, pero no lo hizo.

"Tus padres eran el Alfa y la Luna de su manada", comenzó.

Mis ojos se abrieron en estado de shock, se me puso la piel de gallina. Eso no puede ser, no soy hija de un alfa. No hay manera, no es posible. No tenía características ni remotamente cercanas a un Alfa o Luna.

No podía discutir, mi lengua parecía papel de lija. Jade parecía igualmente sorprendida por esta información.

'No lo vi venir, morado'

Kaden continuó a pesar de mi sorpresa. "Hay cinco familias fundadoras a cargo de la existencia de los hombres lobo. Se dice que son la primera línea de sangre de hombres lobo que existió, esencialmente, son la realeza de nuestra especie. Para asegurarse de que las familias fundadoras no se extingan, se requiere que tengan crías, da igual si tienen una o diez. Ya sea por tu pareja o por elección, las reglas no importan, siempre y cuando produzcas un heredero para continuar con tu linaje".

Ahora sí que me había quedado sin palabras. Tal vez se debiera a que la manada Stone Heart nos guardaba secretos, pero nunca se había mencionado a estas cinco familias fundadoras. Ahora que lo pensaba, Alfa Jack había alterado nuestra educación para adaptarla a sus deseos en lugar de explicarnos la historia real de nuestra gente.

"No sabía nada acerca de estas familias"

Él asintió. "Algunas manadas tienden a no informar a su gente sobre estas familias porque eso da una idea de que hay personas por encima de tu Alfa. Si no te hablan sobre las cinco familias fundadoras, no causarás alboroto ni desafiarás al alfa: es una táctica para infundir miedo"

Esto se alineaba perfectamente con la manada Stone Heart.

"Entre las familias fundadoras, existe un sistema de clasificación que difiere cada año. La quinta posición pertenece a la familia Harrow, la cuarta es la familia Ravenstone, la tercera es la familia Knight, la segunda posición pertenece a la familia Hale y la número uno es la familia Phoenix", me informó.

No respondí, esperando a que continuase.

"Alfa Jeremy y Luna Sofia, tus padres, no solo eran los líderes de la manada Blood Moon, sino que fueron los número uno en las familias fundadoras durante años. Tu padre es del linaje Phoenix, tú eres Phoenix Amethyst, la última heredera."